Una crónica a pie con la oreja puesta en la prepotencia de la naturaleza.
por Santiago Joaquín García
Y otra vez el agua.
Otra vez el agua, y es como decir: otra vez la mañana, el atardecer, el mediodía.
El agua de los árboles que no pueden arraigar en la tierra. El agua de los peces.
El agua de los ríos que desembocan en el mar y la de los vientos de marzo que traen la lluvia para el trigo.