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En plena sequía, el Estado se apropia del 60% de la renta de soja
Los datos se desprenden de un informe privado. Si se suman otros tributos, el porcentaje asciende al 65%. El Estado percibiría USD 9.741 millones con la campaña 2022/23.
En un contexto de rendimientos bajos para la cosecha de soja 2022/23, un informe privado alerta que el Estado está obteniendo el 60% de la renta generada por este cultivo, una situación que impacta particularmente a quienes alquilan tierras para sembrar.
Estos datos se conocen luego del último relevamiento de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que dio cuenta de un panorama desolador para los cultivos de gruesa, con una proyección de cosecha de 25 millones de toneladas para la soja y 36 millones para el maíz.
El productor agropecuario, ex vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y ex secretario de Agregado de Valor, Néstor Roulet, elaboró un informe basado en dos escenarios. Por un lado, aquellos que realizaron la siembra de soja en campos arrendados, con un costo de arrendamiento que oscila entre 6 a 18 quintales por hectárea.
“Esto representa en el país el 60% de la superficie cultivada de soja”, señaló Roulet. El cálculo se basa en un campo alquilado, con un rendimiento promedio de 20 qq/ha, que es el estimado para este ciclo por las bolsas de cereales. Con este nivel de productividad y a los valores actuales, el ingreso bruto de estos productos es de USD 1.100.
De esa cifra, el Estado retiene U$S 363 en concepto de derechos de exportación. Sumando los demás tributos, como Impuestos al Cheque, Ingresos Brutos y Ganancias, el Gobierno se lleva el 64,9% de la renta generada por el agricultor, lo que se traduce en USD 713,8 por hectárea. La cuenta es cruda: por cada hectárea, el productor pierde USD 360,1.
“El resultado final es que el Estado retiene casi el 65% de los dólares que ingresan por una hectárea de soja, mientras que el productor que invierte, alquila campo y siembra pierde el 32% de su inversión”, alertó Roulet.
En el caso de los campos propios, el Gobierno retendrá (sobre el ingreso de U$S 1.100 por hectárea) unos U$S 563,7. Esta cifra representa el 51,2% de la rentabilidad. “El productor invirtió en su campo USD 558,87/ha, de los cuales recupera USD 525,29/ha, lo que significa una pérdida de USD 33,48/ha”, agregó.