Rosario
Gracias, Messi: el Gobierno descubrió Rosario
En el año electoral, el Presidente anuncia medidas de apuro para mostrar acción en Rosario después de tres años de dejarla abandonada a su suerte.
En los últimos 10 años hubo en Rosario 2.500 asesinatos, pero nada conmovió tanto al poder político como una balacera casi de rutina en la ciudad, contra el frente de un supermercado cerrado, sin muertos ni heridos. Los balazos y un papelito.
El supermercado es de la cadena de la familia de Antonela Roccuzzo, la mujer de Messi.
El papelito era para el campeón mundial. Decía "Messi te estamos esperando".
Inmediatamente después, hubo otro tiroteo con un chico asesinado y desoladoras imágenes de vecinos yendo a romper búnkeres de droga por mano propia.
Las palabras Messi, Rosario y Narcotráfico -el Presidente siempre evita mencionar esta última y prefiere el eufemismo "crimen organizado"- dan la vuelta al mundo y zamarrean al Gobierno de un largo período de vista gorda.
Como reaccionando en espasmos y por etapas, Alberto Fernández dijo primero que los rosarinos son argentinos (por eso Messi salió campeón del mundo con la Selección, le faltó agregar a su descubrimiento); después dijo que "algo habrá que hacer" y ahora anuncia lo que hará.
A ver... adivinemos... Correcto. Enviará gendarmes.
Esta vez dijo que será hasta completar los 1.400.
Es la misma cantidad de efectivos que se contratan para la seguridad de un Boca-River.
Hay que ver si los datos anteriores estaban mal o si el Gobierno en vez de sumar seguridad en Rosario la está restando, porque en su momento el Ministerio de Seguridad había dicho que tenía en Rosario más de 2.000 gendarmes.
Apoyará eso con cámaras de seguridad en las calles y tareas encomendadas al Ejército para que entre a "urbanizar" barrios populares.
El Presidente se detiene aquí abriendo el paraguas de la interna: dice que "son las Fuerzas Armadas de la democracia", previendo críticas de La Cámpora y el Instituto Patria.
Alguien debería recordarle que ése será un frente fácil de neutralizar: aún están los videos en YouTube de Hebe de Bonafini pidiéndole por favor al ex jefe del Ejército César Milani que entre con el Ejército en las villas.
En el mensaje presidencial hay, sin embargo, una realidad contundente.
Admite el Presidente que el "crimen organizado", como lo llama, "coopta voluntades de las fuerzas de seguridad, en la justicia y también en la política".
No hubo anuncios para esto, como controles patrimoniales de funcionarios o acciones judiciales con el apoyo de los servicios de inteligencia, a los que Alberto ni mencionó.
Queda dando vueltas la pregunta: si el Gobierno sabe esto y le adjudica repentinamente la gravedad que tiene, ¿por qué en tres años no hizo nada?
El anuncio presidencial es otra salida de apuro en el año electoral que no va a mover la aguja del drama real de los rosarinos y sus víctimas