Dr. Bernardo “Cacho” Gandini
“Las cosas claras y el chocolate espeso…” El ahorro hormiga en esta era… 2ª Entrega
En América Latina, según un estudio, el ahorro no es una práctica recurrente entre la población general, en parte debido a los bajos salarios en la región, como a la poca o nula educación financiera que se imparte. En México, el 40% de la población que genera ingresos no tiene la costumbre de ahorrar, mucho menos por un método formal; en Argentina sólo uno de cada 10 personas pudo ahorrar durante el 2022.
Este hábito, infrecuente, puede cambiar si se inicia de forma sencilla, siempre y cuando sea constante. Uno de los métodos que carecen de complejidad, es el guardar las monedas o billetes que sobran de los gastos diarios. El nombre de esta forma de ahorro viene de los gastos hormiga, que son aquellos que hacemos fuera de nuestro presupuesto y que nos generan una fuga de dinero debido a que son prescindibles. Algunos de estos son comprar cigarrillos, golosinas o botellas de agua, los cuales pueden simplemente no hacerse o remplazarse por opciones más saludables o traídas desde casa. Con el ahorro hormiga se pretende guardar el dinero que sobra de las compras diarias, de los sobrantes de pagar el estacionamiento o de la comida, etcétera. ¿Cómo iniciar el ahorro hormiga? Se debe primero precisar dónde se juntará el dinero, de qué valor serán las monedas o los billetes que se guarden y por cuánto tiempo se realizará. Esto último ayudará a que no se vacíe el contenedor antes de la fecha fija.
La Revista del Consumidor, ejemplifica el método de ahorro hormiga si se ingresan desde 5 a 50 pesos diarios por un mes. Un mexicano que guarde 5 pesos al día tendrá 150 pesos al mes; si el ejercicio se continúa, en un año podría juntar 1,800 pesos.
Consejos para reducir el gasto hormiga: - No llevar dinero en efectivo.- No comer en la calle. - Consumo de alimentos desde su hogar, pero asignando un presupuesto semanal para ello.- Hacer una lista de lo que se comprará y respetarla, para evitar caprichos de última hora.
QUERIDOS LECTORES: Mi historia personal habla de una “sana envidia”, para expresar un oxímoron o contadictio in terminis…porque en nuestro país, el ahorro nunca se pudo llevar cabo; desde que yo era un niño, hace 70 años, experimenté esa frustración; la primera experiencia fallida, fue la libreta de ahorros en la Escuela Castelli, en que una devaluación la transformó en un recuerdo fallido; paralelamente a mi papá lo frustraron los Títulos del Empréstito de Recuperación Nacional 9 de Julio, que se transformaron en papeles sin valor. Hasta que logremos, algún día, estabilidad en la moneda, parece inviable la propuesta, salvo las recomendaciones para disminuir los gastos. El ahorro va en contra, del comportamiento social post-pandemia.
“Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos”
Cicerón