"Upload", la serie que imagina una vida digital después de la muerte
“Las corporaciones hacen que la gente pague por actualizaciones hasta la eternidad. Eso es el capitalismo”, sabe Nora Anthony, la asistente virtual de la costosa plataforma Lake View, donde podrán subirse las conciencias humanas después de la muerte física. La nube emula un paraíso de cinco estrellas, pero solo para quienes lo puedan pagar. ¿Será ideal la vida perpetua online? ¿Habrá tedio y exclusión en este más allá digital?
Estas inquietudes y angustias circulan en Upload, la serie de comedia romántica y de ciencia ficción que se lanzó el 1 de mayo. Una certera crítica sobre el poder sin control de las corporaciones tecnológicas, aún después de la muerte.Sus diez episodios de media hora fluyen con ingenio y mordacidad, exponiendo los avatares de este servicio exclusivo que venden las compañías en 2033: pagar miles de dólares para subir la conciencia de un ser querido a una interfaz de lujo luego de su muerte. Habrá que ver si esta sobrevivencia digital garantiza la felicidad.Como en toda comedia romántica, el carilindo protagonista de Upload (creada por Greg Daniels, exguionista de The Office) deberá afrontar varias peripecias hasta conectar con su otra mitad amorosa. Es lo que vivirá, ya muerto, Nathan Brown (Robbie Amell), un atractivo desarrollador de apps de 28 años que murió tras un dudoso accidente: su coche automatizado se estrelló contra un camión. ¿Fue deliberado o un error de la inteligencia artificial?Previendo su desenlace fatal, su novia, la rubia y frívola Ingrid (Allegra Edwards), compró el paquete de "upload" de Horizen Company. Así, la conciencia de Nathan fue subida a la nube llamada Lake View, una plataforma que emula una cálida residencia victoriana con todas las comodidades, en medio de un bosque y un lago ficticios.Del lado de los vivos, su asistente y guía digital (su "ángel", según esta jerga corporativa y pseudoespiritual) es Nora (Andy Allo), una bella y sensible trabajadora en estas oficinas con ladrillo a la vista. Su labor será resolver las dudas y necesidades de Nathan, el nuevo cliente-residente de este edén virtual donde todo deseo será posible: comidas y recreación sin parar. Siempre y cuando su novia Ingrid, en el plano mortal, no deje de pagar. Nathan es, ahora, su propiedad.¿Vale la pena ser un avatar online por toda la eternidad si se depende del financiamiento de un tercero? ¿Cómo se comportarán Nathan y su "ángel" Nora cuando desarrollen un vínculo real? Aquí, las claves innovadoras de Upload y por qué plantea preguntas reveladoras sobre el futuro, en estos tiempos de pandemia y de angustia global.
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