Cultura
Apuntes sobre Juanele en China
Nuestro poeta universal, Juan Laurentino Ortiz, realizó un viaje a China que tuvo influencia en su obra. Traducciones y compromisos militantes de otras épocas en esta nota. por Santiago Joaquín García
En las Obras Completas de Juanele editadas por EDUNER se nos informa: en el año 1957, Juan L. Ortiz “viajó a China y a Rusia en una delegación cultural. Durante ese viaje escribió parte de ‘El junco y la corriente’, publicado por primera vez en ‘En el aura del sauce’ en 1970, y se relacionó con algunos de los poetas chinos a los que tradujo. El proceso de traducción de los denominados ‘poemas chinos’ continúa siendo un misterio. En un volumen que recopila Guadalupe Wernicke, señala que las traducciones tomaron forma a partir del francés, pero en ciertos casos también del castellano, lenguas que conocían algunos de los poetas chinos con los que se relacionó Ortiz”.
Primeras cuestiones para señalar. Si bien visita los dos países, en el diario de viajes (“Cuando digo China”, sobre el que volveremos enseguida) es notoria la poca referencia que hay a Rusia, partiendo desde el nombre. Se percibe con claridad que su interés está puesto en China. Es probable que haya tenido que ver con el contexto político también. Hay que recordar que en el año 1956 se realizó el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética que abrió la puerta para el Social Imperialismo Soviético, y sus consecuentes invasiones y demás formas de colonización, que fue oportunamente descripto en el “Discurso de Argel” del Che Guevara.
Diario de viaje
El diario de viaje va desde el 24 de septiembre hasta el 12 de noviembre de 1957. Juanele va a estar en China poco más de un mes, tiempo que se va a repartir entre Pekín, Shanghai, Nankin Chongqing y Hangzhou.
La delegación cultural es recibida en China por el famoso dirigente Zhou Enlai y estas son algunas de las referencias al itinerario (mencionadas en forma escueta por el propio Ortiz) que hay en el diario: Gran Tienda y Mercado Central; Templo del Cielo; Fuegos de Artificio; Mercado Popular; Barrio de Anticuarios; Palacio de Verano; Ópera de Pekín; Biblioteca Nacional; Circo Chino; Fábrica de Tejidos; Sociedad de Escritores; Visita a la Represa; Balet; Mercado Popular; Visita el Instituto de Lenguas Extranjeras.
Paremos un poco ahí. La reunión con la Sociedad de Escritores y la visita al Instituto de Lenguas Extranjeras nos conectan con el Juanele traductor de poetas chinos sobre el que volveremos.
Seguimos con el diario de viaje: Shanghai, paseo por la ciudad; visita viviendas para obreros, escuelas y guarderías; exposición de productos chinos; Centro Recreativo Popular de Shanghai; Palacio de los Pioneros, Palacio Central de los Obreros, Museo de Artes y Artesanías de Shanghai; Cooperativa del Jade; Casa de antigüedades; Fábrica de productos de precisión; Estudio de dibujos y de muñecos animados; tienda de la seda, taller de artesanías de marfil.
Cortamos nuevamente. Véase la variedad y la inmensidad que tiene la curiosidad del poeta.
Juanele traductor
Volvamos al misterio inicial. ¿Cómo hizo para traducir poetas chinos? Antes tenemos que decir que Ortiz fue un prolífico traductor. Dice Alfredo Veiravé sobre esta faceta.
“Dotado de una increíble cultura y de un asombroso conocimiento de la obra de los más ocultos poetas de todas las partes del mundo, ha sido el introductor en el núcleo de los escritores del litoral, de voces como las de Hilaire Voronca, de Ezra Pound, de Ungaretti, de Éulard, de Reverdy, para no nombrar sino a algunos de los que muchos años después de su frecuentación en traducciones propias alcanzaron el nivel de la popularidad en ediciones conocidas”.
Escuchamos al propio Ortiz:
“He sido muy curioso. Desde muy chico he leído más o menos la poesía que se ha hecho en todos los continentes. Tuve la suerte de tener ciertas antologías que me dieron una visión diremos universal de la poesía de todas las épocas, de todos los continentes … de África, de Oriente, de América, aparte de la europea.
(...)
Yo pescaba y traía traducciones del ruso, del japonés, literatura africana, todo. Descubrí por traducciones francesas a Panait Istrati y a Pasternak antes de que en la misma Europa los apreciaran tanto … y de Rabindranath Tagore, que tradujo al inglés y al francés a los poetas hindúes. Tomé cosas que traduje, algunas publicadas, otras no. También Maiakovski. Muchas traducciones hice, muchas. Con un amigo de acá, Rubén Turi, traduje varios libros de Louis Aragon. Y chinos, poetas chinos, porque me ayudaron unos muchachos de China que sabían castellano”.
Al final vemos la referencia a las traducciones chinas. Tenemos también para compartir la posdata de una carta que Juanele envía después del viaje a su amigo chino, el poeta Chi.
“Mándeme, siempre, poemas de la última gente o de la que vaya apareciendo con alguna significación. He de continuar, por cierto, renovando la imagen de la China poética actual, hasta el último aliento”.
La curiosidad, ante todo. Para cerrar esta nota vamos a compartir, primero una traducción de un breve poema chino y a continuación la traducción también del chino de un poema que le dedica a Juanele uno de los poetas que frecuenta y que nos permite comprender los cruces que hubo de orilla a orilla.
Bienvenidos
Vienen de lejos, atravesando los mares o las nubes de los mares
los amigos queridos ...
En el jardín nos encontramos.
Nunca olvidaremos, nunca, estas manos y estos ojos.
Otra luz la de estas manos
y estos ojos,
otra luz
que enciende y moja, a la vez, el mismo aire de las flores ..
Sa-Ou. Nankin. 18 de octubre de 1957.
Despedida a Ortiz
Usted ha atravesado el mar
trayéndonos sus poemas como nubes que abren ...
Nos ha traído usted
unos secretos, apenas de plata, de aquel río,
con no sabemos qué figura de su país entre los pliegues ...
Hoy vuelve con las flores y las hierbas y las manos
del cariño de una ciudad
dividida en las montañas,
por el mismo río Yan Tsé, hojeado por tu Tou Fou ...
vuelve,
hacia aquella ciudad, alta, asimismo, en sus noticias,
y seguramente clarísima
de sus ojos sobre las aguas y lejana, probablemente, algo lejana
de sus ojos sobre las islas ...
Oh, si sus poesías, Ortiz, fueran una manta, allá toda extendida
sobre los óleos de la profundidad
y las lámparas de sus montes y campiñas,
para defenderlos de las uñas que vienen todavía en el mundo con los vientos ...
Pero sus amigos están alegres
de que ellas sean, ya, lo mismo que piedrecillas que frotaran el cielo
en el camino de sus humildes, también,
el “paraíso” de nacimiento para los demás frutos del azul
en las encarnaciones sin fin
Adiós, Ortiz …
Usted será para siempre otro latido
del corazón de esta ciudad que sentimos todos, verde …
Y con usted se van, a la vez,
en una compañía sin tiempo,
palpitando igualmente con usted,
sus hermanos de Chun King,
o sus hermanos en el anhelo de ir hasta la flor
que tiembla aquí, o allá, o más allá, en el espacio del “Tao” ...
Quo Ing