Retratos Íntimos
Darío Caracciolo. Referente del deporte de nuestra ciudad.
Mi infancia en Gualeguay ha sido totalmente diferente a lo que vemos hoy en día. El cambio ha sido tan rápido. Yo le digo a un amigo que con 71 años ya hemos vivido tres generaciones.
En esta línea, la computadora y todo el modernismo actual es muy diferente. A mi niñez donde jugaba con una ruedita, en la calle. Eran diferentes pero épocas muy lindas. Cuando vienen amigos míos que están en Buenos Aires y vuelven acá para la ciudad y me preguntan cómo está Gualeguay, se me vienen a la mente todos estos hermosos recuerdos.
Yo arranco el colegio secundario en Escuela Comercio. Tenía esa cuestión de que era muy flaquito y me avergonzaba de mostrar mis piernas flacas, me sentía cohibido hacia los otros, me sentía inferior también. Me toca educación física con el profesor Marzo, un gran docente que venía de Paraná y me sacó un tres en esta materia. Entonces él fue a mi casa a hablar con mi madre y le dice: “él tiene condiciones pero es vergonzoso. De todas maneras yo le voy a sacar esa cuestión a partir del deporte dado éste lo va a ayudar a superar distintas barreras y lo va a exigir a esforzarse”. Y ahí empiezo. Él me enseña el famoso Salto Triple, que luego me permite ser campeón argentino y recorrer y viajar por muchas partes. En ese momento, empecé a superarme y a dejar de sentirme en inferioridad con respecto a los demás. Después, bueno, el deporte comenzó a ser un fanatismo y me tenían que parar un poquito porque yo quería seguir (risas). Es así que empieza mi vida deportiva. Luego con torneos locales, regionales y nacionales.
A los 19 años viajo a un torneo argentino en Córdoba, siendo un juvenil, y salgo subcampeón compitiendo con gente mayor que yo, de renombre y que aparecían, por ejemplo, en la revista El Gráfico. Entonces al verme en esa situación, yo pensé: “tan mal no estoy” (risas).
Luego de la secundaria arranco a estudiar Educación Física para seguir ligado con el deporte. En esa etapa me toca el servicio militar y allí empiezo a jugar al rugby. Así, cuando vuelvo a Gualeguay, formo un equipo acá en la ciudad junto a otros locos como yo que me siguen y comenzamos a jugar con otros equipos de otras localidades vía invitación. Se puede decir que traje esta actividad a la ciudad. Hoy en día veo que hay dos equipos y es un orgullo para mi ver que haya mucha juventud realizando este deporte en Gualeguay. Mirá, a mi el atletismo me encanta pero lo que yo viví con el rugby, los amigos y las anécdotas que tengo con esta actividad deportiva no me las olvidó nunca más porque fue maravilloso. Lo lindo del rugby es el Tercer Tiempo, después de habernos golpeado durante todo el partido, juntarnos a tomar una cerveza, comer un asado, es lo más lindo y te va forjando y haciendo duro en un montón de cosas para la vida. Es un deporte muy lindo.
A mi el atletismo me sirvió para conocer distintos lugares del mundo. Estuve en los mundiales en África del sur, Inglaterra, anduve corriendo por todas partes y te vas haciendo amigos. Además, son experiencias que uno va adquiriendo y lo va volcando hacia los demás. Yo siempre digo que el librito no es solamente para vos, tenés que abrirlo y que los otros también puedan aprender. Dejar una impronta. De todas maneras, yo lo que hago no es por dejar algo, no quiero ser ejemplo de nada, lo hago porque me gusta y. porque lo siento.
Bueno, el servicio militar, ¿a quién le gusta? (risas). Lamentablemente me tocó 976 de cabeza en infantería de marina en Trelew, Chubut. Como joven, a los 20 años, no pasa nada, te la aguantás. Fue una experiencia que me permitió encontrarme con diversa gente de distintos lados del país. Me permitió aprender muchas cosas de la vida para luego poder volcarlas en Gualeguay. Fueron épocas bravas además, de Lanusse en la presidencia, de los Montoneros, se ponían bombas, se mataba, fueron momentos desagradables. De todas maneras miedo nunca sentí, la misma juventud te lleva a no dar cuenta de lo que pasaba en aquel entonces. Nosotros, por ejemplo, practicábamos en la base de tiro donde mataron a los famosos Héroes de Trelew. Fue parte de la historia terrible de la Argentina y que no se puede acomodar más porque en vez de juntarnos todos, nos juntamos en grupos separados con ideas distintas. Yo siempre digo que fue una guerra civil entre los militares que nunca tuvieron que haber hecho lo que hicieron y entre éstos grupos armados que ponían bombas. Fue algo nefasto, algo terrible para nuestro país.
Lamentablemente a esta altura de mi vida no creo en la política. Yo le diría a todos los partidos, que pueden llegar a tener buenas ideas o no, que hicieran una reunión como la Moncloa en España y que vean para qué rumbo quieren sacar el país. Es complicado porque hay intereses creados que nosotros ni siquiera tenemos ideas de qué se tratan, qué es lo que se busca, a cuáles recursos apuntan, territorios, petróleo. En definitiva nunca nos podemos acomodar, siempre estamos con esa crisis. Otro problema es que cada vez hay menos cultura, se busca cercenar, no sé quiénes. Yo creo que hay que darle prioridad a los chicos para que estudien y que salgan adelante. Vivimos en un país muy rico , precioso, tiene todo y no podemos salir nunca. Yo he tenido la suerte de estar en Italia, Francia, entre otros, y nosotros somos un país mil veces más lindo porque tenemos tierra, tenemos vacas, tenemos pescados. Entonces, ¿por qué no podemos salir? Porque no hay voluntad de la parte política. Se pelean por un puesto, déjense de embromar, tenemos la juventud en un país hermoso, con un territorio grandísimo y con gente buena que se adapta a todos lados. Eso es lo que veo yo.
En el cambio social que necesita la Argentina el deporte es de lo más importante porque si vos tenés un chico que lo practica, es sano en el cuerpo y es sano de la cabeza. Hay que apuntar para ahí. El deporte es educación también.