“Podemos juzgar el corazón de una persona por la forma en que trata a los animales.” I. Kant

San Francisco de Asís llamaba “hermanos” a los animales, y recordaba que éstos fueron creados por Dios antes que los hombres. Hay imágenes de santos asociadas íntimamente a los animales, como San Marcos con un León, y San Roque con el perro a sus pies, así como los pesebres que representan el nacimiento de Cristo, rodeados de animales domésticos.

Porque merecen nuestro reconocimiento, se celebra su día. Porque merecen nuestro respeto, se han creado las instituciones que los protegen. En nuestra ciudad hay muchos particulares que les entregan su tiempo, cariño, curan sus heridas, sufren y disfrutan junto a ellos. A todas esas personas de alma sensible y generosa, desde esta Hoja, les decimos ¡gracias!

Pero más allá de eso tomemos conciencia cada uno, cada familia, de la necesidad de castrar a los animales domésticos cuando no podemos cuidar de sus crías porque es muy doloroso encontrar perros tirados en basurales, abandonados en las calles o cachorros en contenedores o sitios baldíos donde sufren  hambre, frío sed, pestes, y la supervivencia se les hace imposible. Seamos conscientes de que son seres vivos que requieren de nuestro cuidado y cariño. Ellos son fieles, no rechacemos su amor incondicional.

Igualmente cuidemos de todos los animales que forman parte de la Tierra; ellos son parte de nuestro ecosistema, son los pobladores del campo, de los parques, de los bosques, de los ríos, de la vida misma. No seamos depredadores.