Salud
SENASA ordenó destruir 360.000 huevos a una avícola, pese a que no se detectó gripe aviar
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) se tomó revancha ayer y ordenó destruir la producción de la Avícola Santa Ana pese a los 80 testeos que dieron negativo para gripe aviar, ordenados por la Justicia Federal.
La situación se repetirá hasta el martes cuando vuelva a realizarse un muestreo. La empresa tiene prohibido comercializar sus productos porque para el organismo se mantiene la sospecha de gripe aviar.
La empresa destruyó 360.000 huevos y los enterró. “Solo pedimos que nos dejen volver a trabajar. Pese a los resultados negativos, el Senasa nos ordenó destruir la producción”, dijo el dueño de la Avícola Santa Ana, Daniel Enciso Piazza.
La pérdida por la destrucción de los huevos significará una pérdida de 26.000 dólares para la Avícola.
El abogado Armando Aquino Britos señaló que el Senasa ordenó la destrucción de 360.000 huevos de la Avícola Santa Ana, a pesar de que el resultado de los 80 hisopados levantados en cuatro galpones, diera negativo.
“Hemos ofrecido al Senasa donar los huevos a comedores, y aún así hemos recibido una negativa”, lamentó el abogado a radio Sudamericana.
La decisión del Senasa sorprendió tras el resultado negativo de las muestras que tomó, por imposición de la Justicia Federal.
Los propietarios de la empresa familiar batallaron para evitar el sacrificio de 200.000 aves, lo que hubiera significado la desaparición de la compañía. Pero no pudieron hacer nada ante una nueva embestida del organismo nacional, muy cuestionada por estas horas en todo el país. Después del escándalo desatado con la granja avícola, la empresa continuará con una denuncia contra el Senasa por “daños provocados contra la firma”.
“El accionar del Senasa va en perjuicio del establecimiento y los derechos constitucionales infringidos”, dijo Aquino Britos al diario La Nación. La denuncia se originó, dijo, por “el abuso de autoridad y el incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos”.
“Todo arranca por cómo se tomaron las muestras, que no se tomaron, porque el inspector del Senasa le dejó los kits para que el personal del establecimiento realizara las pruebas PCR, cuando son ellos quienes tienen que hacerlas”, argumentó.
“Las muestras no se hicieron porque el dueño de la empresa, que es veterinario también, tiene una enfermedad y se descompuso. Todo esto está establecido en una denuncia y que por equívoco ponen que se entregan muestras de aves de 12 semanas y no existen en el establecimiento. Existen aves, si se quiere, de 12 meses, que son las ponedoras. Nosotros hacemos la trazabilidad de las muestras: positivos o negativo”, explicó.
El letrado indicó que desde el organismo “tienen una necesidad imperiosa de certificar todo”.
“Nosotros vamos contra el Senasa por la vía del amparo, contra ellos; con anterioridad habíamos hecho una denuncia por abuso de autoridad, incumplimiento del funcionario público porque no tomaron las pruebas. El director del Senasa solo le dejó los kits, y no se habían hecho los test. No entró un experto del Senasa al establecimiento, por eso pensamos que el Senasa miente. Además, con la extracción de la muestra no siguen las normas ISO que deberían seguir. Ahora, le corresponde a ellos demostrar que sí ingresaron a la planta”, afirmó.
La denuncia, independientemente de los resultados, continúa en pie. “Apelamos a un recurso de nulidad. El sábado de Pascua estábamos con este tema, el lunes interpusimos el amparo por la denuncia que habíamos puesto contra el Senasa. Se llevaron las constancias de filmaciones, pero a su vez se reflejaba también que el inspector del Senasa nunca ingresó. Como ese delito se manifiesta como una defraudación, hay un concurso real de delitos que depende de quiénes actúan”, explicó.