Billetes
¿Billetes de $5.000 o $10.000? Qué dice el Gobierno
Hay sectores que proponen diferentes proyectos para crear billetes de mayor denominación para combatir la inflación.
Hoy, en Argentina, hay 7.321 millones de billetes de pesos en circulación y el de máximo valor es el de $1.000. En el último tiempo, hubo varias versiones que hablaban de que el Banco Central (BCRA) podría emitir papeles de más grandes y también se conocieron proyectos de ley que impulsan medidas de ese tipo en el Congreso. Todo, motivado claramente por el alto índice de inflación que se registró en marzo (6,7%) y la expectativa para abril, que, aunque bajará un poco, también promete ser elevada.
Uno de ellos es el impulsado por la diputada nacional Ana Carla Carrizo, de la rama Evolución del radicalismo, que propone que la entidad monetaria emita un billete de curso legal de $5.000 temático sobre "la ciencia argentina".
Otras son dos iniciativas presentadas por legisladores de Juntos por el Cambio: la del diputado del PRO, Federico Angelini; y la de Ricardo Buryaile, de la Unión Cívica Radical (UCR). El primero propone sacar billetes de $2.000 a $20.000, mientras que Buryaile busca crear papeles de $2.000, $5.000 y $10.000. Ambos legisladores alegan en sus propuestas que el objetivo es generar un ahorro para el Estado nacional de aproximadamente u$s400 millones en costos de emisión y facilitar el manejo de pesos en efectivo.
Nuevos billetes más grandes: el plan oficial
A pesar de los proyectos en danza, fuentes del equipo económico revelaron a iProfesional que no está en los planes del Gobierno avanzar en la emisión de nuevos billetes de mayor valor en pesos. ¿Por qué se niegan a sacar un billete más grande? Según revelaron, esto se debe a que el Gobierno está decidido a incentivar el uso de los pagos electrónicos e ir desplazando, de a poco, al efectivo. Resaltan al respecto la buena experiencia que se viene teniendo con el uso del e-cheq y confían en un despegue de la factura electrónica en breve.
Sin embargo, algunos analistas infieren que el real objetivo es negar que la inflación llegó para quedarse. Entonces, ¿qué hay de cierto en esto y qué tan atinados son los objetivos del Gobierno en esta decisión de no aumentar la nominalidad, según los distintos analistas?
Al respecto, el economista Federico Glustein señala que "fomentar las transacciones digitales y los e-cheqs, además de reducir el circulante de papel, son medidas necesarias en este contexto del país en el que la informalidad de la economía ronda el 40%".
Comenta que esto, además, es un ahorro importante para el país dado que, ya que el costo promedio de emisión es de u$s0,11 por unidad. También ocurre que se importa papel moneda de Brasil para cubrir la demanda por emisión y el costo de traslado de billetes es cada vez más alto.
Un tema que llama la atención es que el billete más emitido es el de $100, con 2.442 millones de unidades. Le sigue el de $1.000, con 1,735 millones, y hay 1,251 millones de los de $500. Por eso, algunos analistas apuntan que sería una buena opción, si no se aumenta la nominalidad, por lo menos incrementar la proporción de los de $1.000 respecto de los de $100.
Lo digital es una variable clave en la emisión
En igual sentido opina el director de Analytica, Claudio Caprarulo, quien asegura que "el circulante de dinero actual está en niveles mínimos históricos como consecuencia de que, a partir de la pandemia, se profundizó el uso de medios de pago electrónicos". Y asegura que ese vuelco hacia lo digital es lo que permite, aun a pesar de los elevados niveles de inflación actuales, que haya menos presión por cambios en la nominalidad de los billetes de la que se observó en otros momentos similares.
Sin embargo, al tener una economía en un elevado grado de uso de billetes, deberían emitirse de mayor denominación a medida que la inflación va avanzando, para bajar el costo de emisión y los indirectos mencionados anteriormente. Asimismo, como ayuda a bajar el riesgo para los sectores no habituados a la digitalización de la economía
También respecto de este punto opina el economista de la consultora EcoGo, Sebastián Menescaldi, quien considera que "es cierto que, si no se incrementa el la nominalidad del billete más alto, se dificulta un poco la economía informal". Pero considera que, con los instrumentos alternativos, como las cripto o los dólares informales, eso se puede superar. Es decir, que siempre hay algún medio de pago alternativo que puede ser "en negro".
La inflación es otro tema central
Otra pata de esta decisión es el problema de la inflación. Sucede que, tal como señala Menescaldi, "no tener un billete de mayor denominación es un problema para el manejo diario del dinero". Por ejemplo, hacer pagos y trasladar dinero, es cada vez más incómodo por la cantidad de billetes que hay que usar porque suben los precios, pero los billetes son de la misma denominación.
"Nuestro billete más alto vale menos de u$s10 al tipo de cambio oficial y u$s5 al blue, por lo que es realmente poco valioso. Y, amén de eso, el de $1.000 tiene solamente un 18% del poder adquisitivo que tenía cuando fue puesto en circulación en 2017", aporta Glustein por su parte.
Así, señala que el valor de compra de ese billete hace cinco años equivaldría a más de $5.000 a valores de hoy. En consecuencia, opina que emitir un billete de ese valor tendría sentido económico, práctico y en términos de poder adquisitivo.
Billetes y polémica: el debate sobre los próceres o animales
Asimismo, apunta que otro de los debates que está en danza por estos días en el mercado es la decisión del oficialismo de eliminar los billetes de animales de la Argentina, que creó la gestión anterior de gobierno, y reemplazarlos por nuevos próceres que se incorporarían a la familia tradicional de billetes.
Así lo informó hace unas semanas el gerente de Recursos Humanos de la Casa de la Moneda, Exequiel Villagra, quien anticipó que, entre septiembre y octubre de este año habrá una nueva generación de billetes que incluirán la vuelta de próceres y personalidades (hombres y mujeres) destacadas de la Argentina.
Sobre este tema, Glustein opina que el tema de si poner o no próceres en los billetes es una cuestión política, pero, según su visión, "no tiene sentido emitir moneda nueva sin incrementar la denominación".
La mayor nominalidad debe ser parte de un programa monetario
Para Caprarulo, aunque es cierto que con la aceleración de la inflación de los últimos meses y la suba de precios que se proyecta hacia fin de año, que estaría en torno al 65% anual, una medida tan simbólica como la modificación de la nominalidad en los billetes no debe hacerse por fuera de un plan claro de estabilización.
"Debe ser parte de un programa integral que busque una disminución en los actuales niveles de inflación. Si va a ser una medida aislada, puede llegar a tener menos efecto y hasta ser contraproducente", opina Caprarulo.
Así, tal como se desprende del análisis de los economistas consultados y de lo que indicaron fuentes oficiales, Glustein apunta que "el Gobierno se resiste a emitir billetes más grandes porque eso implicaría reconocer que hay un elevado grado de informalidad en la economía, y que la inflación está creciendo por encima de lo esperado".