JUICIO CONTRA URRIBARRI
EL CUÑADO DEL EX GOBERNADOR APUNTÓ CONTRA UN “RELATO JURÍDICO Y MEDIÁTICO”
Juan Pablo Aguilera se sentó frente al tribunal en carácter de imputado y dio su versión de los hechos. Antes de comenzar aclaró que no había preguntas al Ministerio Público Fiscal, porque antes, en declaraciones en el marco de la causa, advirtió que lo que aportó “no fue para nada tenido en cuenta”.
Se quejó por haberse “construido una imagen jurídica y mediática que no es así” sobre su persona. Enseguida se lanzó a contar los inicios de su relación con Sergio Urribarri en el plano de la política, actividad a la que dijo dedicarse “toda la vida”. Remontó los comienzos al año ‘86 y ’87, cuando el ex gobernador era candidato a intendente en General Campos, departamento San Salvador.
Repasó los distintos lugares en los que estuvo dentro del Partido Justicialista, donde se abocó, en gran medida y según contó, a las cuestiones proselitistas. Aunque, “no solo me ocupaba de las campañas políticas, sino que también me hacía cargo de las movilizaciones y los actos. También me ocupaba de hacer el seguimiento de las relaciones entre los dirigentes”, dijo frente a los jueces a José María Chemez, Elvio Garzón y Carolina Castagno.
“No me interesaba para nada la actividad privada”, agregó. Se sumó al bloque justicialista en el Senado a propuesta del ex senador de Gualeguay, Hernán Vittulo, mientras seguía dedicándose a tiempo completo de las “cuestiones proselitistas” de cara a las elecciones de 2011.
A partir de esa elección- narró Aguilera- hubo una decisión de integrar a Entre Ríos a la escena nacional. Lo hizo, básicamente, en el deporte con ascensos de equipos de fútbol y básquet a los principales torneos y las plazas del automovilismo, enumeró. Lo mismo en materia de turismo. Se jactó de que en el 2013 Urribarri haya sido uno de los actores que creó el programa Fútbol para Todos, como así también que haya sido un paranaense, Miguel Galuccio, el presidente de YPF.
Todos esos ejemplos le sirvieron al imputado para dar cuenta de su versión sobre los acontecimientos: “Ese fue el sueño entrerriano, legitimar políticamente un proyecto con cuatro o cinco políticas de Estado. Y la gente lo recepcionó muy bien, porque ganamos ampliamente esa elección. No se hizo de espadas”, remarcó. Fue después de esa elección, la de 2013, en que se inició una segunda etapa de “inserción en la mesa nacional”, cosa que se logró, según Aguilera. Eso requirió de una estructura que consistió, por ejemplo, en la contracción de un inmueble en Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Luego repasó que fue secretario coordinador del PJ hasta las elecciones intermedias de 2017 y luego fue propuesto como secretario de bloque de senadores justicialistas. “Nunca fui funcionario del gobierno provincial, excepción de un año y medio. Siempre fui parte del otro poder del Estado, el Legislativo. Esa es mi historia. Lamentablemente, Fiscalía ni siquiera levantó el teléfono para preguntar si cumplía algún papel ahí (en el PJ). Seguramente el relato jurídico y mediático no se lo permitía. Hubiese sido de gran aporte y conocer los hechos como verdaderamente fueron y no quedara tan evidente y soslayado el rol que yo tuve durante 20 años”, cerró. Luego llegó el momento de las preguntas del abogado defensor Marcos Rodríguez Allende.
“Jamás hice una gestión”
Aguilera descartó que Emiliano Giacopuzzi y Maximiliano Senna – a quien conoce desde hace años – sean sus prestanombres. “Atenta contra mi inteligencia”, ironizó, en referencia a la hipótesis de la Fiscalía que le adjudica a ambos ser las caras visibles de las imprentas Next y Tep que le adjudica a Aguilera.
“Jamás hice una gestión para generar una orden de publicidad, mover un expediente o gestionar un pago”, dijo como respuesta sobre integrantes del Ministerio de Cultura y Comunicación conducido en su momento por Pedro Báez, quien también está imputado. Con el ex funcionario lo une-según adujo- una larga trayectoria política.
Consultado sobre “el retorno” que le adjudica Fiscalía y un perito en torno a la del parador en Mar del Plata, otra de las causas que lo tiene imputado, Aguilera dio su versión sobre acuerdos con Gerardo Caruso, cuya firma instaló en la ciudad balnearia: “Muy sencillo y muy cortito y contundente. Cuando se inauguró el parador Caruso me aparta, preocupado, y me dice si yo podía hacer algo por él porque se le estaba yendo de las manos la montada del parador por el receso de la administración (en Entre Ríos para cobrar los servicios). Grueso error. Eso que yo pensaba que me iba a devolver rápido se terminó dilatando en el tiempo. Le tuve que decir que me devuelva pagándome a los proveedores que yo había contratado del partido”. Y agregó: “Yo tenía destinado esos fondos para la campaña en la vía pública en el marco de la inserción nacional, entonces los problemas que empezó a tener él me empezaron a pasar a mí. Pero sí, yo lo auxilié en ese momento”.
-Esa devolución de Caruso cómo se implementó, preguntó Rodríguez Allende.
-Yo le presté en efectivo y él me devolvió en efectivo pagando los carteles que yo había contratado para la campaña.
Reflexiones
Para el final, y cuando su abogado había dado por finalizada la exposición, Aguilera solicitó unos minutos para dejar “algunas reflexiones”. Allí volvió a insistir con la idea del “relato jurídico y mediático” que lo perjudicó. Y añadió: “A lo largo de este juicio, los hechos que se me imputan no tienen sentido” y lamentó que tanto él como su familia y espacio política hayan sido “sistemáticamente machacado por un relato que nada tiene que ver con la realidad”.
Dijo que “no es casual que este proceso haya comenzado con una nota periodística. Un medio de comunicación y dos o tres seguidores que no son de alcance masivo, pero que operan en microclima político y judicial intentando influir, condicionar y muchas veces intimidar con verdades relativas y mentiras impiadosas, muchas veces en connivencia con el Ministerio Público” y citó la causa en que información que transcendió en la prensa fue de una computadora de la Procuración. No dejó pasar la situación de la procuradora adjunta Cecilia Goyeneche, ausente en la sala por estar suspendida en el cargo en el marco de un proceso de investigación en su contra. A modo de respuesta a las declaraciones de la fiscal que apuntó a la política cuando le abrieron la pesquisa, Aguilera dijo estar allí por la denuncia de los mismos que la denunciaron a ella. Es decir Rubén Pagliotto y Guillermo Mulet.
Lamentó las veces que apareció en los medios pegado a información o causas como los Panamá Papers que no tenían otro fin-según dijo- que “ir engordando el relato todos estos años” sobre su persona.
Sobre el final- y con Urribarri ya en la pantalla y preparado para prestar declaración vía tele conferencia desde Israél, Aguilera volvió a decir ser víctima de una persecución. “Me parece impórtante destacar el dolor y la angustia que ha generado esta situación. Se ha llevado gente, Hugo Céspedes no pudo demostrar su verdad y en estos momentos, este proceso se está llevando a mi suegro. Ayer nos informan los médicos de que es cuestión de horas, realmente estaba obsesionado con este juicio. Yo quería más nada en el mundo que nos pueda escuchar, a Luciana (su pareja), que le había mostrado mucho de como se venía preparando para venir acá. Lamentablemente no la pudo escuchar”, narró.
Tras su declaración se pasó a un cuarto intermedio para darle lugar a Urribarri.