Emotivo adiós al antiguo edificio de La Princesa y la Fábrica Discoteca
La tradicional empresa rafaelina de galletitas empezó a funcionar en 1947 en bulevar Santa Fe y Mosconi hasta su cierre definitivo en 1989. Luego vino la época de los boliches durante 15 años, destacándose "La Fábrica" discoteca, lugar que convocó a miles de jóvenes, generando nostalgia en muchas generaciones.
Hace aproximadamente un año y medio, el antiguo edificio emblemático de la ex fábrica La Princesa SA, situada en la esquina de bulevar Santa Fe y Mosconi, en la que elaboraba pan dulce y galletitas, había empezado a ser demolido primero por su estado de abandono, y luego también para instalar en el famoso sector un proyecto inmobiliario. Pero después de algunos parates y vaivenes, producto en gran parte por la pandemia, en las primeras horas de este miércoles los restos del lugar que marcó una época en muchos jóvenes rafaelinos, comenzaron a ser derrumbados de manera definitiva. Desde muy temprano, una máquina demoledora se hizo presente en el famoso edificio para comenzar a destruir lo poco que quedaba del inmueble, ante la mirada atenta y asombrosa de muchos ciudadanos que seguramente fueron parte de la época de esplendor que tuvo la antigua Fábrica discoteca, la gran iniciativa que se instaló luego del cierre definitivo de la empresa. Y justamente, de allí provino el nombre de lo que fue para la gran mayoría, sin dudas, el mejor boliche que tuvo la ciudad en los últimos 40 años.
Cuentan los libros y las crónicas que La Princesa, que fue una tradicional empresa rafaelina en su momento,
empezó a funcionar en 1947 en el mencionado lugar hasta su cierre definitivo en 1989. Se formó con el aporte de los accionistas provenientes de distintos emprendimientos rafaelinos como Costa Lapegna, Eduardo Ripamonti, Enrique Sabena, Roberto Luisetti, Pedro Remonda, Santiago Citroni, Luis Fasoli, entre otros.
Al principio, el responsable fue Enrique Sabena, gerente fue Carlos Tosini (después fue presidente del directorio) y síndico fue el contador Rodolfo Laura. En una oportunidad, se quemó un horno de más de 30 metros para cocinar las masitas, apareciendo en la empresa don Fasoli, quien aportó dinero para comprar un nuevo horno.
Esta marca llegó a ser muy reconocida en la Argentina, especialmente en el norte del país, siendo sus exquisitos productos pan dulce, budín inglés, vainillas, chocolinas y amarettis. En el apogeo de la empresa trabajaron unos 55 empleados, de los cuales 45 estaban en la planta de producción, 5 en la administración y otros 5 eran viajantes por distintas regiones. En el transcurso de sus 42 años de vida empresarial, los accionistas de distintas empresas se fueron renovando y tuvo que soportar distintas crisis económicas del país que se presentaron en ese tiempo, una de las perores fue durante la última dictadura militar cuando era ministro de Economía José Martínez de Hoz de 1976-1981. Las demás empresas del rubro se modernizaron en maquinarias, inversión que no se hizo en La Princesa, y los costos de fabricación eran mayores al necesitar más cantidad de mano de obra. Así la empresa rafaelina se fue descapitalizando y las máquinas se fueron deteriorando con el paso de los años. Entonces, se sumaron integrantes de la familia Lagrutta (dueños de Rafaela Alimentos y herederos de Luis Fasoli) en la década de los ochenta, siendo presidente del directorio Eduardo Sabena. La mayoría de los socios decidió vender sus partes accionarias, las que fueron compradas por Sabena y Lagrutta con la idea de levantar la empresa, pero lamentablemente ese objetivo no se logró y decidieron cerrarla. Los empleados fueron indemnizados, los proveedores cobraron sus acreencias y las máquinas fueron vendidas, según informaron fuentes confiables a este cronista.
EPOCA DE BOLICHES
Una vez cerrada la fábrica, los propietarios del inmueble (familia Lagrutta) decidieron alquilarlo para el funcionamiento de la discoteca "La Fábrica" (los responsables fueron Héctor Coco Benz, Chelo Donning y Chuva Bachmeier, quienes previamente empezaron con boliches similares en Esperanza en 1986 y Gualeguay en 1988), con la inauguración en setiembre de 1990, que movilizó a casi 9.000 personas de Rafaela y la región entre las noches del viernes y el sábado de ese fin de semana, según recordó en algún momento el recordado Daniel Abraham. Tenía 2 pistas, 3 barras, cafetería, heladería, equipos lumínico y musical impresionantes, entre otros detalles, siendo el diseñador del boliche el arquitecto Roberto Heller de Santa Fe, sosteniendo que para la puesta a punto trabajaron más de 100 personas. "Para el cumpleaños del boliche solían regalar motos, autos, tortas, masas, incluido el cotillón y los fuegos artificiales. En uno de los festejos hubo 7.000 personas entre los que estuvieron dentro y en el patio", mencionó Abraham, quien consideró a "La Fábrica" de Rafaela como uno de los mejores boliches de la provincia y el país de su momento. Previamente, había trabajado en el recordado boliche "Danhes" (primero funcionó en calle Saavedra y luego en calle Alvear), en ambos lugares manejando la caja. En 1990 empezó este boliche bailable que convocó a miles de jóvenes de Rafaela y la región. La Fábrica discoteca estuvo abierta durante unos 5 años y uno de los secretos fueron los recitales masivos de jóvenes con los grupos de rock Divididos, Los Pericos, Los Fabulosos Cadillacs, Los Auténticos Decadentes, Diego Torres, entre otros. "Pero una de las sorpresas fue que en el último recital se presentaron Los Palmeras, que convocaron una multitud", agregó. De este auge bailable, el lugar volvió al ostracismo durante unos años, reabriendo los boliches "Oxido" a cargo de Gerardo Albizu y los hermanos Daniel y Rubén Barbieri (fueron los dueños del citado Danhes) durante un par de años, para luego seguir Albizu con "Diva Satana y Martín Eguiazu con "D'Club", estas dos últimas con ingresos y pistas independientes. "En estos tres emprendimientos bajó notablemente la cantidad de asistentes y también las edades porque eran más jóvenes. El detonante de la caída definitiva fue el incendio que se produjo en el boliche Cromañón de Buenos Aires, el 30 de diciembre en 2004", había aclarado Abraham, quien fue el disc-jockey de Oxido, Diva Satana y D'Club.
Sin dudas que, además de todo lo que generó el traspaso de Lionel Messi del Barcelona al París Saint Germain, el tema del día en la ciudad, tanto en el boca a boca como en las redes sociales, fue justamente la desaparición definitiva de este lugar histórico de Rafaela que marcó un antes y un después en muchas generaciones que vivieron noches o historias fabulosas y felices con amigos, porque no faltó el que recordó aquellos momentos maravillosos de los lentos o del primer beso o de la primera novia o del primer trago o del primer recital. En definitiva, fueron miles de puñaladas al corazón de miles de adolescencias.