Entrevista
Entrevista: Estefanía Coluccio Leskow
Estefanía es Doctora en Física (UBA) y directora del planetario más famoso y visitado del país, hablo del planetario Galileo Galilei que se encuentra en la Ciudad de Buenos Aires, más precisamente en Palermo. Un lugar exquisito para acercarse al cosmos y sentirlo más de cerca. Abierto a todo público, donde ofrece muchas actividades de observación, visitas guiadas y la parte más estelar a la que todos queremos ir, su domo de proyección. Me di el gusto de hablar con Estefanía sobre su persona y también sobre el planetario, esto nos cuenta.
D.L: Antes de hablar del planetario, coméntanos un poco de vos.
E.C.L: Bueno, mi interés por la astronomía comienza cuando tenía 15 años, más o menos; me empezó a interesar la observación del cielo, no tengo recuerdo de por qué me gustaba. No hubo nadie de mi familia a quien le interesara mucho esta ciencia. Eso sí, pasaba bastante tiempo en el campo y estaba muy familiarizada con la naturaleza y el cielo porque pasé mucho tiempo ahí, en particular viendo los atardeceres, me fui volviendo como una fan del cielo.
Por otro lado, recuerdo que en los recreos de la escuela miraba noticias de la NASA por internet, leía, investigaba, y un día mis amigas me regalaron el libro “COSMOS” de Carl Sagan cuando tenía 16 años. Al terminar el colegio decidí que quería estudiar Astronomía, pero no estaba del todo segura, porque pensaba: “Se estudia en La Plata”, “Hay que viajar en tren una hora todos los días”, “Queda lejos”, con lo cual concluí que no, astronomía no. Decidí que una buena opción era estudiar física y luego especializarme en astrofísica o temas relacionados más directamente con la astronomía. Y efectivamente tenía razón (sin saber que tenía razón): estudiar física es un buen camino si una quiere después dedicarse a algún tema relacionado con el espacio.
Una nota de color sobre aquella época y mi destino, es que cuando estaba cursando el último año del colegio, o quizás el ciclo básico común, no me acuerdo exactamente, fui a una charla de agujeros negros que había en el Planetario Galileo Galilei. Al finalizar pude hablar con la persona que la dictaba y me ayudó con dudas que yo tenía sobre la carrera de física. Más tarde daría clases con él en la facultad y hoy somos colegas cercanos. ¡Y yo dirijo el Planetario!
Finalmente empecé la carrera de ciencias físicas en la Universidad de Buenos Aires en la Facultad de Ciencias Exactas. Una empieza a estudiar pensando en astronomía y el cosmos, pero el mismo estudio te lleva a concentrarte en muchos otros temas, muy complejos, en los que tenés que poner mucha energía y tiempo. Así, al ir avanzando en la carrera me empezó a interesar cada vez más la Física Teórica, y ya cerca del final, la física de las partículas elementales, es decir, la física de lo más pequeño que forma toda la materia que conocemos. Obtuve mi licenciatura estudiando estos temas y luego realicé un Doctorado también en partículas elementales, en la UBA con una beca del CONICET. Cuatro años después me doctoré y obtuve una beca posdoctoral del Instituto Nacional de Física Nuclear, en Nápoles, Italia.
Permanecí un año en Nápoles y si bien me gustaba la investigación, hacía un tiempo que sentía que me entusiasmaba la idea de la divulgación. Yo había sido docente en la facultad muchos años y siempre me había fascinado enseñar. Entonces me dije: “quiero contar todo esto que sé y aprendí, transmitirle a todo el mundo que esto es espectacular, y a los chicos y chicas que estudiar es lo más”. Así es como dejé la carrera académica y me dediqué a dar clases en universidades y estudiar periodismo científico. Un tiempo después, durante la pandemia, comienzo un proyecto que consistía en dar cursos interactivos y virtuales a niños y adolescentes sobre cosmología, física y astronomía. Fue una experiencia maravillosa en la que participaron más de 100 chicos de todo el país. Yo posteaba mucho sobre estos encuentros en las redes sociales. Un día, hace un poco más de un año, me contacta un profesor de la facultad, al cual yo conocía muy bien, y me cuenta que estaban buscando a alguien para dirigir el Planetario Galileo Galilei. Él sabía de mi trabajo con los chicos y quería saber si a mí me interesaba el cargo. Por supuesto que mi respuesta fue inmediata: “Sí, por supuesto”. Y acá estoy. Así que bueno, ése es un resumen de mi interés por la astronomía, mi historial universitario y como llegué a donde estoy hoy.
D.L: ¿Qué cargo desempeñas en el Planetario Galileo Galilei?
E.C.L: Mirá, el cargo oficialmente se llama Gerente Operativa del planetario, es el nombre formal, también se le puede llamar directora del planetario, es exactamente lo mismo. De hecho, se refieren muchas veces a este cargo de esa manera ¿Qué significa dirigir un planetario? Significa supervisar, crear, planificar, todo lo que tenga que ver con proyectos de divulgación, tanto para el público general como para las visitas de las escuelas. Por otro lado, hay tareas que tienen que ver con la gestión administrativa y de personal, y también están las relaciones institucionales con ministerios u otros órganos del gobierno nacional o internacional, con embajadas, con otros centros de divulgación, empresas, etc. Además, el planetario pertenece a una subsecretaría del ministerio de educación de la ciudad de Buenos Aires, con lo cual la interacción con el mismo es muy cercana y constante. Dirigir el Planetario implica, en suma, estar literalmente detrás de cada actividad que se realiza, de cada evento, planear constantemente proyectos a futuro y por supuesto garantizar que sea un centro activo, moderno y actualizado de comunicación de la ciencia para todas las personas.
D.L: ¿Qué actividades se realizan en el planetario?
E.C.L: Hay muchísimas propuestas. Por un lado, están las actividades que se le ofrecen a las escuelas y por otro, al público general. El planetario funciona en la semana casi exclusivamente para las escuelas, hay 5 funciones (shows proyectados en el domo) todos los días, excepto los jueves, para los alumnos/as de escuelas de gestión pública y privada, y dos funciones para el público en general. Es decir, cada día hay siete funciones. El fin de semana en cambio se dedica exclusivamente a recibir público general y se ofrecen siete funciones cada sábado y cada domingo.
El contenido de las funciones para las escuelas está adaptado a los distintos niveles de los alumnos, está relacionado con lo que ellos ven en el colegio y/o lo que están preparados para aprender. Lo lindo y especial de estas funciones es que están relatadas en vivo, no es una “película” donde uno solamente mira. Hay personal del Planetario especializado en relatar el guión del show, hablando e interactuando con los chicos.
Afuera del planetario en la entrada, en lo que se le llama “explanada”, hay meteoritos en exposición, un globo terráqueo, fotografías relacionadas con la exploración espacial, pantallas con fotos e información. Los chicos, por ejemplo, siempre van a sacarse fotos con los meteoritos, e interactúan con ese lugar al terminar su visita.
En cuanto al público en general, se ofrecen funciones relatadas o funciones que están grabadas, en este último caso no hay interacción personalizada. Por otro lado, está el museo, que hoy está siendo refaccionado por una especialista. Vamos a arrancar pronto con la posibilidad de que las escuelas también puedan hacer visitas al museo, es decir, que además de ver las funciones, los/as estudiantes tengan la posibilidad de hacer un recorrido por este espacio mediante visitas guiadas, con distintas temáticas que los docentes podrán elegir.
D.L: ¿Hay algún proyecto que se esté gestionando para el planetario?
E.C.L: Hay varias cosas, pero voy a contarte algunas nuevas, que no se han hecho antes o que hacía mucho tiempo que no se hacían.
Por ejemplo, una de las cosas que hicimos este año, en abril, fue una jornada para chicas adolescentes interesadas en las ciencias espaciales. Fueron 5 horas en el planetario, donde invitamos a científicas argentinas relacionadas con las ciencias del cosmos, para que les contaran su adolescencia y cómo se relacionaron con la astronomía o la carrera que habían estudiado. Hubo stand up astronómico, sorteos, juegos, algo muy hermoso, la sala estaba llena y las chicas se fueron felices, pidiéndonos que lo repitiéramos. La convocatoria se hizo por redes sociales, es decir, las más de 200 chicas que vinieron lo hicieron simplemente por su interés en esta jornada especial y en el universo.
Ahora estamos armando una comunidad, el club del cosmos se llama, para que chicos y chicas adolescentes que comparten los mismos intereses y gustos por la ciencia, se conozcan, interactúen, compartan información y participen de eventos que organizaremos dentro y fuera del Planetario. No queríamos que la jornada de chicas quedara sólo en un día especial, sino que fuera la antesala de algo más grande y duradero. En la adolescencia por ahí uno anda como “perdido” y encontrar gente de tu edad con los mismos intereses puede ser muy provechoso. Queremos darles un lugar concreto, un apoyo, porque es una edad bastante difícil, de búsqueda sobre todo y de incertidumbre también.
Otra cosa que no se hacía, hace unos 10 años más o menos, son cursos para chicos. Aquellos encuentros que conté que daba virtualmente en la pandemia, fueron trasladados al domo del Planetario. Creé un curso que doy yo y que está pensado para un cupo máximo de 50 niños/as entre 7 y 11 años. La idea es que se discutan temas con cierta profundidad, aprendemos por ejemplo sobre el origen del universo, su composición, la gravedad, la luz, ondas electromagnéticas, viajes espaciales, etc. Están saliendo muy muy lindos, es emocionante verlos tan atentos y contentos hablando de lo que tanto les gusta durante una hora y cuarto aproximadamente. Ya llevamos 3 ciclos (cada ciclo consta de 4 encuentros) y en noviembre arrancamos con uno para adolescentes. Los chicos están repletos de preguntas e intereses, creo que es esencial estar presente para que no se apague esa curiosidad.
Y te cuento también que estamos trabajando en un proyecto de astroturismo, bastante ambicioso. Nos gustaría vincular a todos los lugares del país que tengan propuestas de astroturismo y, trabajando con el Ministerio de Turismo de la Nación, armar un circuito nacional de turismo astronómico. Nos gustaría que la astronomía se vuelva cada vez más popular, que el gusto por mirar el cielo y el placer por aprender sobre el cosmos, sea cada día una moneda más corriente. Distribuiríamos un “Pasaporte Astronómico” que cada uno deberá llevar consigo para que en cada lugar que visite le coloquen el sello que certifique su paso por ese sitio que le ofreció una experiencia astronómica. Le daríamos un toque lúdico proponiendo ciertos premios en caso de ir llenando el pasaporte de sellos. Es un plan que está bastante verde aún, pero que nos entusiasma.
Otra actividad fuerte del Planetario son las conferencias de expertos. Dos viernes por mes nos visitan investigadores/as que dan charlas sobre temas actuales relacionados a las ciencias espaciales. En este momento estamos organizando particularmente un ciclo junto con el IAFE (Instituto de Astronomía y Física del Espacio), que depende de la UBA. La idea es contar con tres encuentros en los que además de hablar de ciencia, discutamos sobre la divulgación científica y los desafíos que está enfrentando.
Te podría contar de muchísimas cosas más, pero me llevaría unas cuantas horas más.
D.L: ¿Qué opinión podés darnos de la divulgación científica?
E.C.L: Me parece que afortunadamente hay cada vez más y mejor divulgación científica. La ciencia se puso un poco de moda, no creo estar tan sesgada con esta afirmación. Entre los chicos no está mal visto ser el “Nerd” como sí lo era antes, lamentablemente. Lo que creo es que los avances tecnológicos hicieron que las personas se interesaran más en la ciencia. Hoy por ejemplo todos conocen a Elon Musk, porque manda cohetes al espacio. Y en el saber popular están estos temas que antes no estaban.
Por otro lado, están los medios (¡no todos!) que a veces tergiversan la información, los datos. Por ejemplo, encontramos títulos de una nota que dicen una cosa y cuando lees el artículo, no hay relación con ese título. Hay mucho por hacer para concientizar que hay mucha información que no es correcta y que, a propósito, mal intencionadamente, se juega con las palabras. Sin ir muy lejos, hace poco se estuvo hablando sobre “La Luna azul”. La gente que no está metida en el tema, lee o se entera sobre un fenómeno tal, le impacta la noticia y se hace un tiempo para ver esa supuesta “Luna azul”. No obstante, después no la ve. Si estas cosas pasan con cierta frecuencia, la gente termina sintiéndose decepcionada por la ciencia porque siente que es engañada. Hay mucho entonces por hacer para combatir estas malas prácticas y para contribuir a una comunicación de la ciencia de calidad.
Tener cierta alfabetización en ciencia es importantísimo porque es una ventana para entender el mundo y para comprender las políticas propuestas para la ciencia. La ciencia está cada vez más metida en la sociedad y es muy importante tener ciertos conocimientos para evitar la desinformación, o la mala información, o el amarillismo periodístico. La naturaleza es per se maravillosa, ¡no hacen falta lunas azules! En fin, hay que tener cuidado, sobre todo con las fuentes.
En el final de esta entrevista agradezco para siempre a Estefanía por su gentileza, amabilidad y profesionalismo, fue verdaderamente un placer la plática. También doy las gracias a Mariano Rivas (Licenciado en Comunicación y Divulgador Científico en el Planetario) por acercarme el contacto de Estefanía. Nos encontramos en algún otro despegue, buenos cielos.
Diego Larrosa De Zan
Divulgador Científico.