Las Lomitas en Formosa
Está en la secundaría y no sabe leer, ni restar: “Copio del pizarrón”
Ramón tiene 13 años y está en la secundaria, pero no tiene los conocimientos mínimos de alfabetización, sin embargo los maestros lo hacen pasar de grado igual.
Ramón Moreno tiene 13 años, vive en el Barrio Industrial de Las Lomitas en Formosa, esta semana la periodista Micaela Urdiñez dio a conocer su historia y expuso la estafa educativa de la que miles de niños y jóvenes son víctimas.
El joven adolescente explicó que “copia del pizarrón” lo que los maestros escriben, pero por el momento no sabe leer, pero sí sabe escribir y sumar.
La madre de Ramón, Yesica Rojas criticó la inédita situación, poniendo de ejemplo a sus hijos: “El que va a 4to grado no aprendió a leer todavía, y pasó igual de grado. La nena que va a 5to tampoco aprendió a leer y la hicieron pasar de grado” y agregó que, cuando su hijos no entienden algo en clases “la directora me manda a llamar y nos echan la culpa a nosotros porque dicen que les tenemos que enseñar a ellos acá en casa”, tarea que es imposible para Jesica ya que, abandono la escuela a temprana edad.
Estos casos se siguen sumando y agravando a raíz de la reformas educativas que han implementado algunas provincias, entre ellas Formosa, que obligan a las instituciones hacer pasar de grado a los chicos a pesar de llevarse todas las materias.
Ramón es uno de los tantos chicos que asiste a la escuela todos los días, pero no logra aprender nada debido a un sistema educativo que no les brinda las herramientas básicas y de esta forma, los condenan a una vida sin propósitos y destruyen sus sueños: “Mi sueño es aprender a leer y estudiar”, comentó el joven cuando fue consultado por Urdiñez.
Ramón además tiene cuatro hermanos menores, Yael (10), Alexander (9), Brenda (4) y Thiago (1), junto con Jesica salen a vender tortafritas y pan para tratar de ayudar a la precaria economía de su hogar, lamentablemente su madre comentó que no alcanza, sus hijos menores están bajos de peso para su edad y hay noches en las que solamente pueden consumir un mate cocido.
Aunque el pequeño gigante de 13 años se muestra orgulloso, -“yo estoy en todo”- al poder ayudar a sus padres y hermanitos, lo cierto es que a estos niños, les están robando el futuro y las posibilidades.
LA NACIÓN