Garbarino cierra sus cuatro locales comerciales en Rosario
La cadena de electrodomésticos entró casi en cesación de pagos durante el último mes y arrastra una deuda de $2.253 millones con sus proveedores. Negocia el ingreso de nuevos accionistas.
El cierre de los cuatro locales que Garbarino tiene en Rosario mostró el impacto de la crisis por la que atraviesa la principal cadena de electrodomésticos del país, que entró casi en cesación de pagos durante el último mes y negocia el ingreso de nuevos accionistas para tratar de remontar la complicada situación.
El gremio de Comercio denunció atrasos en el pago de los salarios y los cierres de las cuatro sucursales rosarinas, que el viernes tenían carteles que indicaban que no atendían por "medidas de higiene", pero que este lunes informaron su cierre definitivo y no se vislumbra una solución en el corto plazo.
Fuentes de la compañía reconocieron a Clarín que "se van a mantener cerradas esas sucursales" y no podrán reabrirlas, ya que están buscando opciones para instalarse en locales más pequeños.
Una situación similar comienza a verse en otras ciudades, donde Garbarino también cerró varias sucursales.
Las restricciones a la venta en locales físicos impactaron de lleno en el giro financiero de Garbarino, que durante la gestión de Carlos Rosales, desde que la compró en junio del año pasado, había recompuesto la cadena de pagos.
De los $2.240 millones que tuvo Garbarino en deuda acumulada por cheques rechazados, con la nueva gestión de Rosales canceló $324 millones, bajando la deuda acumulada pendiente de pago a $1.916 millones en marzo pasado.
Sin embargo, en abril se complicó nuevamente la cadena de pagos. Ese mes tuvo 438 cheques rechazados, por $671 millones. Pero como pagó $486 millones, aumentó nuevamente la deuda en $185 millones.
Y en mayo se profundizó esa situación, con 91 cheques rechazados de Garbarino, por otros $151 millones, de los cuales no se pagó ninguno, incrementándose la deuda pendiente de pago total con proveedores hasta los $2.253 millones, según los datos de la Central de Deudores del Banco Central.
"La salida a esta situación la están dando al modificar la estructura del modelo de negocios, virando hacia el comercio electrónico, con sucursales más pequeñas y un capital humano reconvertido a esa nueva necesidad, por las restricciones a la venta física que impuso la pandemia", dijeron fuentes especializadas en el sector.
Y agregaron que, de todos modos, también registraron ciertas limitaciones en la venta por comercio electrónico, ya que muchos bancos y hasta el mismo Estado nacional comenzó a vender electrodomésticos desde sus propios sitios digitales, comprándoles directamente a los fabricantes, lo cual plantea "una competencia que antes no existía".
Por eso, el dueño de Garbarino, Carlos Rosales, está analizando "ofertas" para reducir su participación a una tenencia minoritaria o directamente vender toda la compañía.
La principal negociación encarada por Rosales es con el propietario de Supercanal Arlink, Facundo Prado, con quien firmó hace dos semanas un contrato de confidencialidad por 20 días, en el transcurso de los cuales están analizando la viabilidad de la venta.
El empresario tucumano Prado es un especialista en adquisición de compañías en problemas. A principios del año pasado compró Supercanal Arlink, el operador de TV por cable e Internet que tiene 750.000 abonados, con eje en la región de Cuyo y presencia en 14 provincia. Y también es dueño de la tarjeta de crédito Centrocard, con 70.000 usuarios en La Rioja y Catamarca.
Rosales compró la cadena de electrodomésticos en junio del año pasado a la familia Garbarino, que además incluye Compumundo, Garbarino Viajes y la ensambladora de celulares en Tierra del Fuego. Luego, en enero de 2021, Rosales compró Radio Continental, con sus dos FM, al Grupo Prisa de España.
El empresario Rosales también es dirigente deportivo, como protesorero de San Lorenzo; y dueño del grupo asegurador Prof, un hotel en Misiones y el restaurante Schiaffino Bistró en la Recoleta.
Habrá que ver si avanza la gestión de Facundo Prado, para incorporarse como accionista mayoritario o comprar la totalidad de Garbarino, lo cual podría darle un respiro a la delicada situación en la cual se encuentra este grupo empresario.