TIENE LISTA DE ESPERA DE 6 MESES
La artesana que hizo la “falsa” Copa del Mundo que levantó Messi en Qatar
“A veces se gana, a veces se aprende”, dijo sobre su relación con la Conmebol.
La suya es una familia dedicada al arte y en 1968, bastante antes de que ella naciera, su padre se encargó de crear, con una técnica similar a la que Eliana Pantano utiliza en sus copas, un acuario en la ciudad deportiva de Boca, el sueño inconcluso de Alberto J. Armando. Con sus manos se moldearon carrozas para los carnavales de Corrientes, Gualeguay, Gualeguaychú y hasta el Potro Rodrigo se subió a una el día que tocó en Llavallol, dónde Pantano tiene su taller en el que trabaja junto a su hermano, marido y tres ayudantes.
Con ese linaje llegó a las copas, a los trofeos. Hay una réplica de la Copa Libertadores en el museo del Vaticano: Marcelo Tinelli le compró una y la llevó de regalo al Papa Francisco, quizá el socio más célebre del Cuervo. Reparó las copas originales de la Conmebol y hasta les mostró a los directivos una serie en miniatura, merchandising puro. Pero en la federación de fútbol continental un día pasaron de “sos la mejor” y encargarle la Copa que no tenían, a un “sos artesana y no es lo que buscamos”. Una empresa de Chile se quedó con el negocio, incluso con la idea de los souvenires en miniatura. Tuvo que retirar de sus redes sociales todo lo que la relacionaba con Conmebol como parte de un acuerdo entre abogados.
“A veces se gana, a veces se aprende. Yo digo que nunca se pierde, es mi lema”, dice hoy, sin las licencias de merchandising oficial para todos los clubes que alguna vez fueron campeones de un título Conmebol, entre ellos todos los clubes argentinos que levantaron alguna vez una de sus copas. Cuatro años después, Eliana tiene una lista de espera de seis meses para el producto estrella: las réplicas de la Copa del Mundo.
Son tan parecidas que ni Lionel Messi las distinguió de la auténtica y su foto con una made in Llavallol es la más vista del mundo. Antes de eso, Diego Maradona tuvo la suya y ese momento la impactó.
“Debe haber miles de artistas que cuando venden una obra o cuando los reconocen, deben sentir una satisfacción grande personal. En mi caso, además de eso, lo que me sucede es que se me cumplen sueños personales, por el hecho de ser una fanática más de lo que es y fue en el fútbol. Entonces a nivel personal es muy difícil de explicar que Maradona quiera y reciba un producto hecho por mí… La verdad que me quedé helada fue vivir un momento mágico que nunca pensé que iba a llegar. Yo se la doy y le digo: ‘en las manos del verdadero campeón’ y él la levanta y dice: ‘la vuelven a tocar mis manos’… O sea, cuando dice eso y la toca como si fuese la copa original y la mira y dice ‘uy qué belleza’… Es inexplicable generar eso en un ídolo. Es difícil, de verdad, explicarlo en palabras y hoy que ya no está, más todavía”, recuerda.
-¿Cómo llegaste a tanto nivel de detalle? Nunca viste la original…
-Siempre por fotos y videos. Yo lo que hacía era buscar fotos, información sobre cuánto mide la Copa y esa medida plasmarla en la computadora y llevar la foto a esa medida e ir sacando las diferencias de proporciones del resto. La foto de Diego levantándola me dio el ángulo para ver la base. Me manejé con fotos y trazando en la compu en un plano.
-¿Cuántas copas del mundo hiciste?
-No tengo un registro de la cantidad porque no es algo que se hagan producción. Cada tanto venía algún periodista, jugador, alguna empresa para algún evento o algo así y venía con este pedido específico y se hacía. La realidad es que no llevaba un control… Actualmente, tampoco. Sí, por la cuestión de que con este fervor que se generó, estoy haciendo un listado con gente en espera, poniendo fechas y demás… No sabría qué cantidad, pero he hecho bastantes.
-¿Algún campeón del mundo entre los que esperan una?
-La que llevó (Alexis) Mac Allister a su recibimiento en el Brighton la hicimos nosotros. Nos pone muy contentos que haya decidido llevarse una nuestra de las tantas que le regalaron. Nuestra idea, deseo, intención y sueño es que todos, no solamente él, puedan tener en sus manos las copas que hacemos. Estamos trabajando, esperando y deseando que pueda ser posible.
-¿Qué desafíos llegan después del boom?
-Estoy para lo que se necesite. En 2020 el Municipio de Lomas de Zamora declaró a mis copas de interés cultural. Hace unos días la llevaron a un parque para que la gente se sacara una foto y otra vez estuvo todo de celeste y blanco. La sorpresa para mí fue que la gente me venía a saludar. Esto fue una historia, desde mi punto de vista, mágica: yo empecé por mi fanatismo y las ganas de levantar un trofeo y 20 años después llegar acá… Siempre me manejé de la misma manera: los desafíos se me presentan. Ahora me contactaron de algunos museos de futbol y me proponen cosas para hacer enaltecer a tal o cual jugador. Nada fue premeditado y sucedió. Las cosas pasan y los sueños se cumplen, pero no tengo una meta específica. Pienso que no hay un techo y se va hasta donde se llegue.