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La peor sequía del siglo puede provocar pérdidas de hasta 50% en las cosechas
La sequía en el campo argentino es la peor desde que comenzó el nuevo siglo y si bien las lluvias de Navidad y Año Nuevo trajeron alivio a algunas zonas productivas que estaban muy complicadas, la lluvia continúa esquivando varias localidades de la región pampeana.
Los efectos por la carencia de lluvias están provocando condiciones dispares sobre el territorio productivo de la Argentina, según dependa de la cantidad de agua caída. “Es necesario atravesar este desierto de comienzo de año porque según el Servicio Meteorológico Nacional y los expertos en clima no esperan precipitaciones abundantes en ninguna parte del territorio nacional para estos días”, señaló Abraham Brostock, productor agrícola bonaerense con explotaciones, además, en la provincia de San Luis, citado por NA.
La vigencia en la Argentina del fenómeno atmosférico de La Niña durante todo 2022 generó que el año pasado haya sido el octavo más seco de toda la historia, lo cual se notó con mayor gravedad en sectores del Litoral y la región pampeana, según un informe del Servicio Meteorológico Nacional.
De acuerdo con los pronósticos del SMN, para el primer trimestre de este año hay un 50% de posibilidades de que La Niña continúe vigente con su consecuencia de sequía y altas temperaturas. Y todo indica que el primer trimestre de 2023 seguirá con altas temperaturas.
Los cultivos de granos gruesos, el maíz y el sorgo dentro de los cereales y el girasol, la soja, así como el maní, catalogados como oleaginosas, son los más afectados; aunque la producción pecuaria también se ve afectada y se refleja en el mercado con los precios a futuro que se están convalidando por valores superiores a los de la venta disponible en la actualidad.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario indica que el horizonte productivo del productor de la región para la soja de primera, se ubica entre los 40 a 50 qq/ha.
Plagas. Los asesores y productores reportan caídas de rendimiento del 20% al 50% y advierten que podrían caer más en función de cómo se den las lluvias. Además, la sequía detiene a los cultivos, pero no a las plagas que suelen adaptarse a cualquier ambiente.
De acuerdo al informe número 34 del Sistema de Alarma de Plagas Agrícolas de la oficina del INTA, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, de la localidad Marcos Juárez, en la provincia de Córdoba, “el registro de insectos en el campo revela bajos niveles de infestación actual en la mayor parte de los lotes, pero con condiciones predisponentes a ciertos grupos de plagas como son trips y arañuela”.
El maíz ya es uno de los cereales más comprometidos y ya se habla de “drama maicero” por el efecto de las condiciones del clima.
El Pronóstico de Rendimiento Simulados relevó que, de todas las regiones sembradas, solo en una se aguardan rendimientos de maíz temprano mayores a otros años, como Tandil. Pero en zonas como Junín, Tres Arroyos o Río Cuarto en Córdoba o Gualeguay-chú en Entre Ríos se esperan rendimientos menores a la media histórica.
Para la mayoría de los productores agropecuarios de la denominada zona núcleo, la campaña está jugada porque no hay agua en el perfil del suelo y las lluvias no llegan con la abundancia que se necesita para tener una buena cosecha.
Los expertos en clima esperan abundantes precipitaciones para el final del verano y el comienzo del otoño. La sequía impactó muy fuerte en el norte y noreste de Buenos Aires y sur de Santa Fe y parte de Córdoba y Santiago del Estero.