Milagro Sala
Milagro Sala: “Si me preguntan si odio a Morales, en mi corazón de colla ya lo he perdonado”
Lleva seis años y medio presa, la mitad de la máxima condena que la Corte Suprema acaba de ratificar. La dirigente social de la Túpac Amaru apunta contra la Justicia jujeña y la persecución política sobre cualquiera que se manifieste en contra del gobierno local. Pide abrir un diálogo entre todas las fuerzas políticas para combatir la pobreza y discutir la redistribución de la riqueza, y además cuenta su historia personal desde la voz de una adolescente rebelde que abandonó el hogar.
Quiero comenzar haciendo una pregunta que la propia Milagro Sala me sugirió que hiciera y que me parece que refleja su estado de ánimo, que es a quién votaría si tuviera que ir a un ballottage entre Milei y Morales.
—Si tengo que elegir entre Milei y Morales, entre el mal y el peor, preferiría elegir a Milei, porque, como está mi provincia, y esto no es una cuestión de hacer milagrismo, es una cuestión de que lamentablemente Jujuy en este momento la está pasando bastante mal, en la situación económica, en los femicidios, en la desaparición de niños, en que tenemos tantos emprendimientos en la provincia, donde se recauda muchísima plata, como el litio, la marihuana, que maneja el hijo de Gerardo Morales, como en el caso de Ledesma, tenemos tres ingenios, La Mendieta y con el caso de La Esperanza, que de parte del ingenio La Esperanza casi es dueño Morales, donde se comenzó también en esa zona a sacarle a la gente que vivía en un pueblo muy chico, que es El Puesto, los sacaron para comenzar a rodear ese pueblo y sacaron de la casa a todas las familias, y llama mucho la atención que del ingenio pusieron seguridad que se dice, no tengo exacta la información pero se dice, que está plantando marihuana. Lamentablemente, digo que Jujuy es una provincia muy rica en producción, en el tabaco, los productores en verduras, y tenemos una fábrica de hierro Aceros Zapla, y tenemos Cauchari, Girsu con la basura, tenemos muchísimos emprendimientos. Y si uno se pone a sacar cuentas, seguramente tendríamos que ser una provincia muy, pero muy rica y lamentablemente hoy no somos una provincia rica, somos una provincia endeudada, debemos siete préstamos internacionales, los cuales se están pagando gota a gota, pero las ganancias que se tienen en cada emprendimiento, vuelvo a reiterar, es muy grande y nos duele como jujeños porque hay muchísima pobreza, deserción escolar, hay desnutrición infantil, y no se quiere verificar eso. Y lamentablemente esto pasa porque hay un gobierno en nuestra provincia donde no hay independencia de la Justicia, es de la mano de Morales, del hermano, que es Freddy Morales. Para que pase esto tiene que haber cómplices, y el primer cómplice de lo que hoy está pasando en nuestra provincia, que es un desastre, es el rural Rivarola, que es uno de los socios más grandes, tanto en el litio como en la marihuana, como en el sector de la salud también, porque lamentablemente en la nefasta época del covid, y que hasta ahora sigue igual, tienen una clínica privada que se llama Clínica Fátima, en la localidad de Palpalá y ahí es socio directo de Freddy Morales, y cuando comenzó esta nefasta pandemia, muchos de ellos hicieron grandes negocios, lo que significaba para algunos, y para los jujeños, el que no se moría de covid se moría de dengue, y lamentablemente los hospitales estaban muy llenos, no había insumos, los profesionales que denunciaban esto eran imputados. Por supuesto que después podemos comentar las imputaciones que tienen todos los sectores y hoy nadie puede levantar la voz, nadie puede decir nada porque pasa a ser un imputado de Morales de la mano de fiscal Lello Sánchez, y a su vez de Gerardo Morales. Lamentablemente, tenemos una policía que actúa libremente de acuerdo a los gustos y antojos de Morales. Nosotros ya habíamos denunciado el año pasado al ministro de Seguridad, porque veíamos que pinchaban los teléfonos. Yo creía en un principio que la cosa era conmigo, pero después cuando comencé a ver en la televisión, en los medios nacionales, que veía que pinchaban los teléfonos, que perseguían con autos sin patente, que se les iniciaban causas a los sectores políticos, gremiales y movimientos sociales, creía que era una cuestión de lo que había decidido el gobierno de Macri. Pero resulta que cuando veo que pasa lo mismo en Jujuy y no ya en época del gobierno de Macri, sino que actualmente... A ver, yo tengo una seguridad acá en la puerta de mi casa, que no es una seguridad mía, es la policía de la Provincia, que en algún momento un juez dijo que tenía que sacarse esa policía de civil, pero sin embargo hoy lo tengo y cada vez que viene una visita le sacan fotos con celulares y comienzan a viralizar en todos los medios quién me viene a visitar.
—Esa policía de civil que vos denunciaste que está en la puerta de tu casa, y que no solamente saca fotos sino a veces pide hasta documentos a la persona que te visita, ¿estaba también el día que te visitó el ministro Wado de Pedro, los ministros De Pedro y Elizabeth Gómez Alcorta?
—Sí, estaban ahí; es más, el ministro Wado de Pedro se acercó a la policía y le preguntó qué función cumplían ellos, le dijeron que ellos responden directamente al Ministerio de Seguridad. Te llama mucho la atención que te diga eso la policía, cuando tenés que tener una orden judicial para estar acá. Fijate que ni los genocidas tienen tanta policía como la que tengo en la puerta de mi casa. No solo eso, sino que después comienzan a perseguir: a uno de mis sobrinos hace dos días atrás, vive en el barrio Alto Comedero, en el barrio de la Túpac, lo han detenido, lo han hecho pasear por todos lados, por supuesto le han pegado, y después pasaron por acá por mi casa, le dijeron y le apuntaron el auto y le dijeron que ellos continuamente lo están siguiendo y mirando qué es lo que hace. Y esto pasó hace dos días, y si me preguntan si hicimos la denuncia, ¿para qué vamos a hacer la denuncia? Si no tiene sentido porque lamentablemente si gobierna Morales de la mano con Lello Sánchez y de la mano del ministro de Seguridad... Muchos dirigentes han observado que tienen intervenidos los celulares. El número es +541151009255, con ese número, que lo tienen intervenido, el ministro de Seguridad, en su momento, Luis Alberto Martín, era secretario de Seguridad; después, cuando nosotros lo denunciamos, lo hicieron renunciar y fue a la oficina de Lello Sanchez, el jefe de los fiscales, ahí lo tuvieron un tiempito y el año pasado en diciembre o fines de noviembre, lo hace jurar como ministro de Seguridad. Él es quien hace todas las investigaciones, junto con Lello Sánchez arman todas las causas, nos arman todas la causas a nosotros, y digo nosotros porque no es únicamente Milagro Sala, no sé si me dejan decir que todos los que hoy tienen causas, es porque quieren controlar y que nadie se tenga en algún momento que oponer a Morales. Tiene causa ATE, SEOM, que es un sindicato municipal, Movimiento Evita, CTEP, Corriente Clasista y Combativa, Sindicato de Luz y Fuerza, Pueblos Originarios, que han resistido a la toma de Morales junto con el hijo Gastón, a la toma de la finca El Pongo, esa finca la han agarrado para plantar marihuana, y a los pequeños productores los echaron de sus casas, los desalojaron y no pudieron hacer nada para seguir viviendo ahí. He conocido a los movimientos campesinos que trabajan en la finca El Pongo, la verdad es que es gente muy humilde y lo único que hacía era trabajar en el campo para poder sobrevivir y para poder mandar a los hijos a estudiar. Cuando hablo de los pueblos originarios, también está la comunidad aborigen Ñanca Maqui y Tuca Pacha, UTED, movimiento campesino, están también los compañeros del Sindicato del Azúcar, donde lamentablemente en la época del covid murieron veinte empleados del Ingenio Ledesma. También están los vendedores ambulantes que pedían que los dejaran trabajar después que pasó la pandemia, lamentablemente no los dejaron. Y a Héctor Huespe, el que defendió a los vendedores ambulantes, por defenderlos le inventaron siete causas. Después seguimos con las Madres del Dolor, hace casi un mes salió una de ellas a movilizar porque le habían matado a su hija en la localidad de Humahuaca. Le hicieron una contravención, porque esa es solo una de las cosas que a Morales le molestan, el primero que sale a la calle a quejarse, o los movimientos sociales cuando salen a pedir para poder mantener los comedores, te hacen contravención. Esa ley, él la aprobó de la noche a la mañana, apenas asumió Juntos por el Cambio, el Superior Tribunal de Justicia, donde de cinco integrantes pasaron a tener nueve, y no termina la historia ahí, porque Morales, cuando vio que los sectores políticos entraron a defender a los movimientos sociales, comenzó también a llenarlos de causas. Dingui Palmieri, que es un compañero que conozco que no trabajó con la Túpac Amaru, y todos los que acabo de nombrar no trabajaron nunca para la Tupac Amaru. Cuando digo que los sectores políticos también han sido imputados, a Dingui Palmieri hace veinte días le robaron en la casa, por segunda vez. Cuando uno habla de un robo, el robo normal es que te sacan un televisor, o celulares o cosas de valor, a él le entraron a robar la primera vez, que esto fue hace cuatro o cinco meses y no solo le robaron las pertenencias, sino que también le cortaron el gas, la luz, le rompieron las puertas y las ventanas, fue algo desastroso, y hace 15 días le volvieron a hacer lo mismo. ¿Y por qué? Porque él es uno de los que denuncian las continuas irregularidades que hay en la provincia. Después está la diputada Alejandra Cejas, que por pedir rendición de cuentas a Morales de la malversación de fondos que hay, fue suspendida como diputada provincial; para que esto pase, tiene que haber cómplices. Lo dice el presidente del Partido Justicialista, Rubén Rivarola, suspendieron a los compañeros 45 días, y digo compañeros porque son peronistas. Y después también a otro político que tampoco tiene nada que ver conmigo, es Débora Juárez Bracamonte, porque también pedía la rendición de cuentas a Morales, lamentablemente le hicieron causas, y en estos días creo que va a ir a juicio. Y a Enrique Gloti también: por denunciar la malversación de fondos y pedir dónde van los fondos de la recaudación no solo de litio, sino también de lo que se está administrando y lo que se está haciendo desaparecer la plata de la marihuana, donde crearon una pista paralela para sacarla de Jujuy a Estados Unidos.
“Somos una provincia endeudada, debemos siete préstamos internacionales”
—Hubo un legislador, Pablo Baca, que votó a favor de la ampliación de la Corte Suprema y luego asumió como miembro, y en un audio él reconoció que tu detención es por conveniencia política, por tu capacidad de movilización. Hoy, después de seis años, si vos estuvieras en plena libertad, ¿tendrías la misma capacidad de movilización que tenías hace diez años, por ejemplo?
—Siento que sí sería así, porque hay muchos compañeros nuestros que están trabajando en el territorio y, a pesar de que muchos están imputados en las 17 causas que me armó Morales junto con Lello Sánchez, hoy siguen trabajando en el territorio sin nada. Y cuando digo sin nada, es porque hacen bollos, empanadas, pizzas para mantener la copa de leche, y se han reorganizado. Ya los compañeros se movilizaron cinco o seis veces y la primera vez que se movilizaron, en las confiterías, los bares y los restaurantes salía la gente para ver a la Túpac Amaru movilizando. A ver, a mí no me interesan las internas de ningún sector político. Particularmente lo que nos interesa a nosotros es que los compañeros tengan qué comer, que dejen de existir los comedores y que los padres tengan trabajo para llevar el pan a la casa y que puedan volver de nuevo a la escuela, que el padre les pueda comprar a sus hijos las zapatillas que quieran y que no esperen un bolsón de mercadería, o un Plan Trabajar. Si me preguntás si estoy de acuerdo con los bolsones de mercadería o con el Plan Trabajar, yo no estoy de acuerdo, particularmente pido que se redistribuya, se trabaje, se hable no únicamente con el Gobierno, sino con todos los sectores, y que dejemos las banderas de distintos colores a un costado, y nos dediquemos a trabajar para combatir la pobreza y dónde va la redistribución de la riqueza. Porque en la pandemia muchas veces lloré porque muchos compañeros nuestros nos decían que se habían muerto los familiares, y que algunos no tenían qué comer y que no tenían para poder hacer las changuitas porque en la pandemia no podían salir a ningún lado. La pandemia no dejó nada bueno, nos dejó muy mal a todos los argentinos. Si vas a una villa, a un asentamiento o a un barrio bien humilde y les querés hablar a los compañeros de las internas que hay, te dicen que son del peronismo, de Cambiemos o del sector político que sea, y te van a decir que no les interesa, ellos quieren comer, quieren vivir, quieren tener trabajo, quieren tener salud, quieren tener educación, quieren mandar a sus hijos a la escuela, quieren ver cómo sobrevivimos, el buen vivir, como dice el hermano Evo Morales. Y si me preguntás si por todo esto que me hicieron bajé la cabeza, bajé la mirada, no bajé ni la mirada ni la cabeza, por cada golpe que me daban, por cada cosa que me hacían, eso particularmente me fortaleció mucho. Porque en un principio, cuando paré en la cárcel, lloraba mucho y me preguntaba a mí misma qué hice para poder estar en la cárcel, y llegué a entender que, no sé si soy presa política o una presa con una detención arbitraria, que le pongan el nombre que quieran, pero a mí me metió presa la política, y llegué a entender eso, si no hubiésemos hecho nada, yo hoy estaría en libertad. Capaz que si hubiese negociado con alguien, hoy estaría en libertad. Y no la pasé nada bien, porque a mi hijo lo reventaron a patadas, a piñas. Mi hija no puede trabajar, se ha recibibido de mecánica dental y ortodoncista, no tiene ningún consultorio porque, donde iba, iba la policía de Morales o los gendarmes de civil a apretar al odontólogo para que mi hija no trabajara. La pasamos bastante mal, mi hijo muy enfermo, mi marido con cáncer. Y por eso es que muchos compañeros vienen y hablan conmigo y decimos que hay que seguir apostando a nuestro país y que nadie nos tiene que venir a decir a nosotros cómo tenemos que comer, cómo tenemos que vivir. Sí hay plata para los que más tienen, porque eso lo vimos y disculpame que te pongo este ejemplo: muchos que hablaban sobre que hay que cortarles los planes porque cortan la calle, y los escuchaba y decía: no todos somos iguales, que te quieren quitar un plan y sin embargo a las grandes empresas y al campo les dan subsidios. ¿Por qué no les cortan los subsidios a los que más tienen también? Quieren redistribuir la riqueza con los que menos tienen, así como les dan a las grandes empresas, que también les den a los pobres, pero que no les den migajas, porque el pobre no deja de ser argentino, es argentino.
“La Túpac Amaru no nació con el kirchnerismo, sino que nacimos en la década del 90”
—Tu causa está a resolución de la Corte Suprema de Justicia, vos pediste la intervención de la Justicia jujeña, y la Corte Suprema de Justicia ya rectificó dos condenas tuyas, una llamada de los pibes chorros y una por una amenaza a los policías en una comisaría. ¿Qué expectativas tenés de que esta Corte Suprema te absuelva o termine confirmando las condenas que tenés y se cumplan los 13 años, en realidad, supongo que los 2/3 de los 13 años, pero te queden más años de prisión todavía?
—No tengo ninguna expectativa, tengo 17 causas que me armaron y 5 causas por las cuales este año voy a ir de nuevo a juicio. Y a su vez, uno de los jueces que encabezan esas causa, el juez Pablo Pullen Llermanos, que un día le agarró la locura, me llevó a la cárcel de Güemes y también hizo que mi detención domiciliaria pasara a la localidad Del Carmen, donde tuvimos que arreglar esa casa porque me habían robado todo, hasta las puertas y ventanas, y donde tenía una seguridad que no era la policía de la provincia, sino que era Gendarmería, cuando no era una causa federal, sino provincial. Digo que no tengo expectativas porque lamentablemente uno ve que la Justicia no trabaja para que se haga justicia, sino que lamentablemente la Justicia trabaja de acuerdo a los colores políticos. No quiero que me dicten la sentencia ni tampoco que me absuelvan, he pedido que revisen todo, que revisen todos los expedientes, porque lamentablemente lo que acabás de decir, de que por una amenaza me dieron dos años cuando únicamente se llevaron por un llamada de teléfono, que en ningún momento en mi bocablo está poner una bomba a nadie. Fue un comisario que me denunció. Nosotros mandamos muchísimas pruebas y sin embargo ninguna de las pruebas que nosotros propusimos nos dejaron. Yo pedía que me dejaran pasar un video donde íbamos a demostrar, con documentos, cómo nosotros hemos construido cada casa y por qué nosotros decíamos que la construcción dejaba mucha plata, pero sin embargo no nos dejaron. Tenemos cerca de 120 testigos y nos dejaron nueve, a los nueve testigos los fueron a amenazar a la casa para que no se acordaran nada de lo que decía la Túpac Amaru.
“Ni los genocidas tienen tanta policía como la que tengo en la puerta de mi casa”
—Llevás seis años presa, ¿te imaginás que vas a pasar otros seis años?
—Con esta Justicia y gobernando Morales, no tengo ninguna expectativa de nada. Si la Justicia cambia, si la Justicia pudiese trabajar de otra manera, por ahí vería una luz de esperanza. Pero hoy no tengo ninguna esperanza, nada. Porque vuelvo a reiterar, la Justicia actúa de acuerdo a los colores políticos, lamentablemente. Últimamente estamos viendo que la Justicia, cuando tendría que terminar de imputar a Macri, que tiene cerca de 120 causas y sin embargo sigue en libertad, se robó toda la plata del Fondo Monetario Internacional, hubo denuncias, está en libertad y, es más, se dedica a dar clase de cómo hay que conducir la Argentina.
—¿Vos sentís que la diferencia con Macri es que a vos se te acusa porque sos mujer, negra, indígena, dirigente social y política?
—Fijate, si hubiese sido un dirigente de ojitos verdes, hubiese sido un varón, hubiese tenido los contactos que tiene Macri, yo no estaría presa, estaría en libertad, pero lamentablemente por lo que soy estoy presa, y porque al poder nunca me le achiqué. Es más, a veces con los gobiernos amigos tuvimos problemas porque no nos importaba si eran amigos, sino que cuando nosotros necesitábamos algo salíamos y la peleábamos, en la calle, teníamos que pelearla y demostramos que teníamos razón. Nosotros siempre en la Túpac Amaru decíamos: no armamos pelotón de desocupados, sino que formamos conciencia. Y la conciencia es que muchos compañeros nuestros de este color de piel le discutían a las grandes empresas de construcción, discutían a los dirigentes, discutían a los ministros, discutían a los economistas, por qué quedaba mucha plata en la construcción. Me acuerdo que una vez, cuando soñamos con un colegio secundario, dijimos hagámoslo porque queda tanta plata en la construcción, y esto es algo real, frente a la sede nuestra, con plata que quedaba de la construcción, compramos tres casas y con la plata también que quedaba en la construcción, construimos un colegio secundario, un colegio terciario, eso nunca se pusieron a ver si realmente era así o no, y nosotros dijimos: esto lo construimos nosotros con esfuerzo y con plata que quedaba en la construcción. Y así como construimos eso, hemos construido polideportivos en todas las localidades, en 11 localidades construíamos nosotros las viviendas, y en total hemos construído más de 8 mil viviendas y cerca de 27 polideportivos en toda la provincia, porque había localidades bien humildes, y en alguna villa los compañeros pedían que les construyéramos una pileta, y dentro del predio tenían un centro de salud, comedor, cancha de básquet, cancha de fútbol. Y lo hacíamos de corazón porque soñábamos que, así como un rico tiene una pileta donde puede tomar sol, el que menos tiene también puede tener pileta y poder tomar sol. Y los comedores eran para que tuvieran una biblioteca de barrio, y teníamos pequeñas fábricas textiles, emprendimientos, para que los compañeros también se pudieran desarrollar en las mismas localidades o en el barrio en que vivían.
—Cuando te hice un reportaje allí en Jujuy, hace más de diez años, me mostrabas tus obras, lo que vos en broma decías que lo llamaban el country con una pileta gigante, ¿cómo están hoy esas instalaciones que vos construiste?
—Lamentablemente en el parque acuático, como le llamábamos nosotros, que era el parque más grande del NOA, la pileta está destruida, los juegos para los niños también, está todo destruido y el primer compañero que quiere limpiar o hacer algo ahí, lamentablemente viene la policía y lo corre. La droga se expandió muchísimo, no solo en el barrio de la Túpac sino en todos los barrios. En las fábricas, en algunos casos robaron todas las maquinarias y por ejemplo en la fábrica metalúrgica, que era un sueño esa fábrica, robaron toda la maquinaria y hoy hay un lavadero, que la misma gente del barrio la tomó para emprender como lavadero. En la fábrica textil están las máquinas amontonadas, no hicieron nada. El Cemir, y esto es lo que más duele, únicamente tiene empleo, pero no se trabaja con nada y la pileta climatizada se la dieron a un particular para que la alquilara continuamente, y era para los niños que tenían problemas con distintas capacidades. Duele mucho porque nosotros, cuando construimos el Cemir, y las obras también, decíamos que al niño que tiene problemas de discapacidad, el Estado tendría que haberle dado gratis la atención. Sin embargo, en Jujuy no pasaba eso.
“La Justicia actúa de acuerdo a los colores políticos, lamentablemente”
—Recién dijiste que cuando estabas presa te preguntabas qué habías hecho para estar allí, y al mismo tiempo, al ver tu obra destruida, ¿te preguntás en qué me equivoqué, qué hice mal para que lo que yo había construído esté hoy en esta situación y termine presa? No qué hicieron mal los demás sino qué hiciste mal vos, una autocrítica.
—A veces fui muy ingenua, cuando me decían que iban a venir contra nosotros. Me acuerdo que en el último discurso de Cristina, ella dijo que nosotros nos tenemos que organizar, porque no iban a venir por ellos solamente, iban a venir por todos nosotros, y yo no creía eso. Me acuerdo que cuando tenía que ir a jurar al Parlasur, a Uruguay, comentaban que iban a venir a reprimir a los compañeros que ya estábamos en la Plaza Belgrano acampando, me quedé a resistir con mis compañeros de las otras organizaciones sociales, y después de la noche a la mañana esas organizaciones sociales están trabajando con Morales, y a mí misma me dije: yo sí creo en el otro, ahora no sé si el otro cree en uno. Pero fui muy ingenua, también en que muchos compañeros nuestros andaban queriendo trabajar, queriendo tener vivienda, nosotros siempre dijimos que veníamos atrasados, porque en cada localidad no había centro de salud, no había pileta, no había polideportivo, no había nada de eso, entonces nosotros decíamos: tenemos que hacer lo más rápido posible las obras para comenzar a cubrir las necesidades de todos los compañeros, no únicamente en Jujuy sino de los jujeños. Y no nos preparamos políticamente. Fue una ingenuidad creer en el otro, que nadie nos iba a traicionar, y nos traicionaron. Fue ingenuo, lamentablemente algunos cambian de parecer de acuerdo a la situación. Me acuerdo de una vez, ya estaba hacía seis meses en la cárcel y me llevaron al juzgado y me pedían que firmara algo contra Cristina, un juez y un fiscal. Cuando me pongo a leer lo que decía, acusaban a Cristina de que yo le pasaba los bolsos de plata a ella y a Máximo. Y yo siempre dije que eso es mentira, que a mí nunca nadie me pidió plata y que al primero que en algún momento se le ocurrió pedirme, nosotros directamente lo denunciamos, que era un funcionario de la Municipalidad de Jujuy, lo denunciamos y después de ahí nadie se atrevió a pedirnos un peso a nosotros. Y que cuando les dije a los jueces y los fiscales y justo me pongo al frente de un juez, y le digo: vos estás ahí porque muchos confiamos en vos, y lamentablemente ahora me acusás, y me respondió: los tiempos cambian.
—Usás la palabra ingenuidad, ¿podrías decir que confiaste demasiado en vos, y la palabra en lugar de ingenuidad pudiera ser un poco de soberbia?
—Soberbia no, porque no soy soberbia; al contrario, siempre he sido una persona que, más allá de que sea calentona, que por ahí putee y que a alguno no le gusta eso, siempre he esperado del otro que actúe como actúo yo. Siempre he dado, siempre he ayudado sin pedir nada a cambio y siempre he puesto el oído al que realmente necesitaba hablar, ya sea de una cuestión familiar, de una cuestión política, gremial u organizativa. Quizá me he armado una coraza de una persona muy dura y que no escucha, y esa coraza que me he armado en algún momento a lo mejor me ha perjudicado, porque cuando me fui de casa, cuando era chica, mi mamá era la supervisora del Hospital de Niños, mi papá trabajaba en la Universidad Nacional de Jujuy, teníamos todo, y cuando me fui de mi casa no tenía nada. Porque en algún momento descubrí que mi mamá no era mi mamá y que mi papá no era mi papá. La verdad que la pasé bastante mal, porque mi mamá era una persona muy recta y me enseñó a no mentir y a no falsear palabras que no van, y eso me perjudicó mucho porque en algún lugar uno tenía que bajar un poco un cambio, y aprendí a bajar un cambio con el transcurso de los días, del tiempo, aprendí a bajar millones de cambios, y eso me sirvió mucho para que la organización progresara.
—Tu mamá no era tu mamá y tu papá no era tu papá. ¿Podrías aclararnos un poco más?
—Yo iba al colegio polivalente de arte, y estaba en la pieza de mi mamá. Mi mamá metió el auto y escuché que el portón sonó fuerte, y escucho que mi tía discutía con mi mamá, me saqué los auriculares, estaba escuchando música y ese día no voy al colegio porque el polivalente era mañana y tarde, yo estudiaba danza folclórica y cuando escucho que seguían discutiendo, en un momento mi tía le dice a mi mamá: a la Mili le tenés que decir la verdad. Cuando escuché eso, urgente me levanté y fui a enfrentar a mi mamá, le pregunté quién era mi mamá y entonces ella me metió una cachetada y me quiso abrazar, yo agarré, metí algo de ropa en una mochila y me fui de la casa. Me fui y en ese tiempo uno podía ir al hospital a quedarse a dormir, y yo hacía eso hasta que me ubicó mi abuelita y me dijo que fuera a la casa de ella, y le dije que no, que yo le decía si me quiere mi mamá. Y entonces yo andaba por los hospitales preguntando sobre mi partida de nacimiento, quién era mi mamá. A las amigas de mi mamá del hospital le preguntamos quién era mi verdadera madre, y nadie me decía nada. Incluso una vuelta me dicen: la doctora Córdoba es la que te recibió. Fui a buscar a la doctora y me decía que ella no sabía nada. Y pasó el tiempo hasta que después me enteré, hace diez años me habré enterado, ocho años, quién era mi verdadera madre y quién era mi verdadero padre. Era un secreto de la familia y que mi verdadera familia estaba dentro de la familia de mi mamá, o sea mi verdadero padre es hermano de mi mamá y mi verdadera madre es hermana de mi papá, o sea que los que me han criado y me dieron una muy buena educación en la vida real tendrían que haber sido mis tíos y después ahí sí comprendí por qué mi mamá...
“Ya estaba hacía seis meses en la cárcel y me llevaron al juzgado y me pedían que firmara algo contra Cristina, un juez y un fiscal”
—Entonces: ¿tus padres eran hermanos o entendí mal?
—Sí, claro. Mi papá verdadero era hermano de mi mamá, a ver cómo te puedo explicar. Mi mamá Desi tenía un hermano que se llamaba Lorenzo, que era mi tío, pero lo real era que él era mi verdadero padre. Después mi papá Miguel tenía una hermana que se llama Pili, o sea, la pareja eran Lorenzo y Pili. ¿Se entiende?
—Se entiende. ¿Volviste a verlos a ellos, a Lorenzo y a Pili?
—A mi mamá Pili sí, y ella cada vez que hablaba conmigo lloraba y me comentaba que el amor de su vida había sido mi papá, y que esa relación no podía ser porque mi verdadero padre ya en ese tiempo era casado, entonces mis abuelos se habían opuesto y ahí es cuando nazco y soy el fruto de ellos dos. Ahí es cuando mis abuelos deciden qué iban a hacer conmigo. Apenas nací, yo nací en la casa, me llevaron al hospital de niños porque había nacido del pupo para abajo sin piel. Entonces me llevaron a que esté un tiempo hasta que la piel, poniendo medicamentos, inyecciones, suero, creciera. Mis abuelos son descendientes de españoles por parte de papá, y por parte de mamá mi abuelo es descendiente de boliviana, tengo una sangre entreverada, y la verdad es que estoy orgullosa de lo que soy, y orgullosa de cómo me han criado ellos.
—¿Qué edad tenías cuando tu mamá te pegó un sopapo y te fuiste de la casa?
—Entre 15 y 16 años.
—Y te fuiste sin nada, dormías en los hospitales, no aceptaste ir a dormir a lo de tu abuela, ¿había ahí un carácter vehemente que te permitió hacer la obra que hiciste pero al mismo tiempo esa vehemencia después, en el trato con los jueces, en el trato con las autoridades, te jugó en contra?
—Yo hablaba mucho con mi papá, que era uno de los más tranquilos, porque mi mamá era la que siempre encaminaba todo, en la pareja está el papá y la mamá, siempre uno de los dos es más duro. Yo amo mucho a mi papá y él me enseñaba que cuando uno toma una decisión, así te vaya bien o te vaya mal, te la tenés que aguantar. Y es una de las cosas que aprendí de él y a mí me quedó muy grabada desde chica. Mis padres me decían qué era lo bueno y qué era lo malo, y que en algún momento en el camino yo tenía que decidir si seguía por el buen camino o por el mal camino. Agradezco a la Madre Tierra que tuve una muy buena educación con mis padres y que me guiaron bastante bien.
—Con tus tíos, o sea, tus padres de crianza, que son tus tíos.
—Mi mamá no solo era supervisora del hospital de niños, sino que en los tiempos libres de la tarde ella compraba y vendía tierras, y entonces, cuando vendía, suponete un lote, me decía que lo había comprado por ejemplo a 20 mil y lo estaba vendiendo a 25 mil, esto es la ganancia. Entonces esta ganancia se guarda y con eso vuelvo otra vez a comprar más. Y me sentaba en su falda y me hacía ver eso, cómo había que generar y cómo tenía que hacer la ganancia. Yo siempre he creído en mi mamá en todo, porque ella odiaba que uno mintiera, siempre decía que odiaba la mentira, a mí me dolió en el alma que mi mamá me haya mentido, yo sentí como que me había traicionado.
—Y así como viste a tu madre biológica, ¿volviste o volvés a ver a tu madre que sería tu tía, tu madre de crianza?
—Ellos han fallecido ya hace 11 años, y por ejemplo, antes que falleciera mi mamá, un tiempo antes, ahí me vengo a enterar quién era mi verdadero padre y quién era mi verdadera madre. Pero nunca le dije a mi mamá que sabía quién era mi mamá verdadera y quién era el papá porque no la quería lastimar, porque también ahí entendí por qué mi mamá nunca me quería decir nada, porque cuando por ahí iba y le preguntaba algo, ella me esquivaba esa pregunta. Me fui cerca de los 15, 16 años de mi casa y mi hermano mayor me habló para que volviera a la casa y nunca quise volver a la casa con la cabeza agachada, que estaba mal o que tenía hambre, porque cuando me fui de la casa he sentido frío, hambre y sentí de todo. Me golpeé mucho. Y son las cosas que por ahí uno decide; si uno decide hacer algo, se tiene que atener a las consecuencias. Es como la política.
“Si me preguntás si estoy de acuerdo con los bolsones de mercadería o con el Plan Trabajar, yo no estoy de acuerdo”
—O sea, nunca usaste la palabra cabeza agachada, ¿nunca agachar la cabeza?
—No, porque por ahí venía alguien y me pegaba, yo me enojaba y me paraba, entonces mi mamá trataba de sobreprotegerme, cada vez más. Tengo tres hermanos mayores, dos hermanas más, somos seis, y cuando iba al colegio era la más terrible, la que nunca se callaba, la que nunca decía no así nomás, y mi mamá me decía que ella me tenía que cuidar y proteger. Te doy un ejemplo: acá en Jujuy hay un cerro donde van a La Cruz y hay dos caminos, un camino fácil y un camino que es muy difícil, íbamos con mi hermano al cerro y yo particularmente jodía con que quería ir por el camino difícil. Entonces mi hermano se enojaba y siempre decía: por qué elegís ir por el camino más difícil. Entonces yo le decía, pero es fácil ir por el camino fácil, yo quiero ir por donde me cueste, donde transpire. Y siempre he sido así, de buscar los grandes desafíos, desafíos por la causa justa, desde chica fui así, en el colegio también. La única vez que me achiqué, que mi mamá siempre le contaba a mi hermano todo esto como una anécdota fuerte, fue cuando iba a la primaria y había una maestra que le decíamos la japonesa porque era japonesa, y nosotros veíamos que cuando los chicos no hacían caso, les pegaba con el puntero o los agarraba de la oreja. Como mi hermano iba unos grados más adelantado, ellos contaban esto, y cuando me toca pasar de 5º a 6º, los primeros días de clase no quise ir a la escuela, mi mamá no sabía por qué yo no quería ir, hasta que mi papá me llevó a pescar y me preguntaba por qué no quería ir. Y entonces le dije, porque la maestra japonesa me va a pegar y yo soy terrible. Mi papá habló con mi mamá para que me cambiaran de escuela y era tan insoportable como jodida e indisciplinada, siempre hacía bromas a mis compañeros, y en un momento la maestra me sentaba en el escritorio al lado de ella para que no molestara a nadie, después todas las notas estaban bien, estudiaba para lo justo y necesario, para 4 o 5. Entonces mi mamá una vez me dice en la mesa: ¿por qué no sos como tu hermano, que tiene muy buenas notas siempre? Yo le respondo a mi mamá: lo que pasa que cualquiera de mis hermanos son unos chupamedias y yo no quiero, si entre 4 y 5 y 9 y 10 igual se pasa de grado. Y no es que sea conforme, sino que quería hacer otras cosas, y siempre buscaba hacer algo nuevo, nunca me conformaba con lo que tenía. Por eso mi mamá siempre me protegía mucho, de grande también, mi mamá les decía a mis hermanos, vayan a ver qué hace la Mila, porque siempre se preocupaba por mí. Y después, con el tiempo, llegué a entender por qué me sobreprotegía, por qué no me quería decir la verdad. La amé, la quiero, hasta el día de hoy, pese a que no está viva, para mí fueron siempre un gran ejemplo mis padres, mis primeros héroes que he tenido en la vida, y los voy a seguir teniendo hasta el día que cierre los ojos.
—En una charla a través de Instagram tuya con Juan Grabois, criticaste la administración de Alberto Fernández por hacer negocios con el litio y la marihuana, pero apuntaste a la situación de los presos políticos, que siguen postergados. ¿Estás molesta con el gobierno de Alberto Fernández?
—Más o menos porque, por ejemplo, ahora ya se fue un ministro que hacía negocios con el litio, y que lamentablemente prefería hacer negocios con ellos a trabajar como ministro y trabajar para todos. Porque vuelvo a reiterar que la redistribución de la riqueza se tiene que hacer urgente y sentarse a discutir con todos los sectores y que lamentablemente no se está haciendo eso. Se están dando subsidio a los que más tienen, y a los que tienen un plan te piden 10 mil papeles. Para la pandemia le dieron a Perez Companc, a Techint, a los Macri, a Bunge y Born, a Blaquier. Y cuando pedían para el IFE para los que menos tienen, les pedían 10 mil papeles; un ejemplo: había un compañero que decía: yo tenía un auto que lo tuve que vender y no lo tengo y lo vendí hace 15 años, y me sale que tengo ese auto cuando yo ya no lo tengo, y por eso no me dan el IFE. No justifican los grandes subsidios que les dan a las grandes empresas. Si quieren darles subsidios a las grandes empresas, que les den, pero si les dan un subsidio a los que más tienen, que también les den igual a los que menos tienen. Porque hoy lamentablemente estamos pasando una situación económica que nada alcanza, todo sube. Hay algunos que cobran 19 mil pesos, no alcanza ni para pagar los impuestos, no alcanza para nada.
—Vos fuiste presa en 2016, cuando hacía muy poco tiempo había asumido la gobernación Gerardo Morales, y Mauricio Macri como presidente. ¿Pensaste que con el cambio de gobierno, con la llegada de Alberto Fernández, iba a cambiar tu situación de detención, te ilusionaste con eso?
—Sí, muchísimo me ilusioné, porque creí que iba a cambiar la Justicia, que iban a hacer lo mismo que por ejemplo, apenas asumió Arce en Bolivia, cambió la Corte Suprema y liberó a los presos políticos. Lamentablemente acá no pasó eso y seguimos esperando a ver cómo nos van a seguir tratando a los presos políticos. El Presidente cree mucho en la Justicia, cree mucho en los jueces, en los fiscales, y cree que eso tiene que tener independencia propia. Y más vale que tiene que tener independencia propia, pero no es así, sería bueno pero lamentablemente no la tenemos, ni en Jujuy ni en Buenos Aires. Actúan de acuerdo a los colores políticos.
—¿Y te sentís acompañada por Cristina Kirchner?
—Con Cristina no quiero tener mucho diálogo, porque no es que le tenga miedo a Clarín y La Nación, sino que lamentablemente seguro van a comenzar a acusarla a ella, que está hablando con una delincuente, que está hablando con una narcotraficante, que está hablando con una persona que tiene muchísimas causas. Esto ya lo he vivido y la verdad que no lo quiero volver a vivir más. De las cinco causas que tengo, perdoname que retroceda, va a haber cerca de 39 compañeros que van a ir a la cárcel, porque de todas las causas siempre le están dando condena, y esos 39 compañeros el error que han cometido es trabajar en la Túpac o en algún momento ser amigos o defender a Milagro Sala, y no quiero que pase eso. Porque nosotros, la Túpac Amaru, no nació con el kirchnerismo, sino que nosotros nacimos en la década del 90. Primero fui secretaria de la organización, después fui secretaria gremial y en la década del 90, perdón que lo diga así, pero nacimos por las torpezas de los sectores políticos, cuando todos decían el 19, 20 de diciembre, “que se vayan todos”, yo era la secretaria gremial de ATE, y nosotros hicimos un congreso con los compañeros sobre cuál era el futuro que nos deparaba a todos nosotros, qué íbamos a hacer con los compañeros que se habían quedado en la calle y que no eran afiliados a ATE, y que no tenían un pedazo de pan para comer. Ahí es cuando se discute en el congreso y sale que teníamos que trabajar con las organizaciones sociales. Y ahí también nació la Triple C y un montón de organizaciones sociales, con las cuales nos hicimos cargo de los desocupados. El neoliberalismo avanzó muchísimo, dejó un desastre en el país. No olvidemos que tanto Menem como De la Rúa privatizaron muchas empresas que pertenecían al Estado y muchos quedaron en la calle. Nosotros nos hicimos cargo de eso, de lo que nadie se hizo cargo lo hicimos nosotros, porque particularmente me hubiese quedado cómoda como secretaria gremial de ATE. Pero sin embargo nosotros habíamos salido a las calles con los compañeros, en ese tiempo se había sacado a cinco gobernadores corruptos en la provincia.
“En las confiterías, los bares y los restaurantes salía la gente para ver a la Túpac Amaru movilizando”
—Esto mismo que vos decís de que no querés hablar con Cristina para no hacerle daño, ¿también vale con Alberto Fernández, que si vos dijeras que hablás con él le harías daño?
—Mirá, cuando él habla conmigo, porque no voy a negar que hablo de vez en cuando con él, no hablamos ni de las causas ni nada por el estilo. Cuando se entera de que mi marido está mal o mi hijo está mal, me llama y me pregunta si necesito algo o cómo está mi familia.
—¿Cuál es tu opinión respecto de los disensos, las discusiones, entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner?
—La verdad, no me interesan las internas de ellos, lo único que pido es que los dos gobiernen para el país, para los argentinos, que es lo que necesitamos. No estoy ni con uno ni con el otro. Y si en algún momento alguien me pide que defina, no definiré por ninguno de los dos. Yo defino por la convivencia, por la unidad de todos los sectores y que, de una vez por todas, se terminen esas internas, porque al pueblo no le interesan, el pueblo quiere comer.
—¿Qué sería lo primero que harías si, por ejemplo, en las próximas semanas te liberasen porque la Corte Suprema de Justicia así lo decidiese?
—Es que, disculpame, no me van a liberar.
—Permitime igual la suposición.
—Por la cantidad de causas que tengo, y Morales no me quiere liberar, él tiene su objetivo de seguir usándome a mí de pantalla, por cada elección que tiene es una causa nueva para Milagro o va a juicio alguna causa. Y ahora él quiere ser presidente y me va a seguir teniendo a mí de bandera para usarme.
—Aunque fuera en forma de sueño, si tuvieras la posibilidad de estar en libertad, ¿qué sería lo primero que harías?
—Agarraría a mi familia, mi nieto, me iría al río, tocaría el agua del río, las piedras, los árboles. Para mí tiene mucho sentimiento porque extraño mucho la naturaleza. Antes, cuando me sentía mal, me iba al río, me daba un baño, tocaba las piedras, me abrazaba a un árbol. Lo que me enseñó mi padre para cuando uno se siente mal y triste. Haría eso, llevaría a mi hijo y estaría con él también, con mi marido y con la militancia.
“Lamentablemente tenemos una policía que actúa libremente de acuerdo a los gustos y antojos de Morales”
—Pero a ver si interpreto, como estás detenida en un domicilio, seguramente podés abrazar a tu marido, podés abrazar a tu nieto, a tus hijos. Lo que no podés abrazar es la naturaleza, ¿y ponés a la naturaleza en el mismo orden que a tu familia?
—Pero no es lo mismo, no es lo mismo abrazar a un hijo detenida y poderlo ayudar. Mi hijo vive a seis cuadras de mi casa, y por ahí está mal y yo no puedo ir a la casa de él y estar a su lado, cuántas veces fue la ambulancia a socorrer a mi hijo, o cuando mi marido se siente mal. Por ejemplo, la vez pasada estuvo internado una semana y yo no pude estar al lado de él, o que la Justicia me diga tiene dos horas o una hora, o cuando mi hija va a rendir examen no la puedo acompañar, o cuando mi nieto tiene un problema en la escuela, o cuando los tengo que acompañar en reuniones y eventos, no puedo estar con ellos. Así como me ves, yo soy muy familiera y siempre he acompañado toda actividad de mi nieto y mis hijos; hoy, que no puedo, me duele en el alma porque me siento atada, siento que cuando no puedo estar con ellos me falta el aire, me dan ganas de gritar y llorar, de romper mi ilusión, porque yo sé que me equivoqué en algunas cosas, pero que lo esté pasando tan mal creo que no lo merezco. Sé que en la vida uno se tiene que atener a las consecuencias. Pero nunca he visto una persona tan mala que arremete contra la familia también, contra toda la familia, y que te quiera quitar todo, hasta la esperanza de vivir. Pienso como colla, si me preguntan si odio a Morales, si estoy enojada, en mi corazón de colla ya lo he perdonado. Sé que si él sigue así, se lastima él solo internamente. Yo estoy tranquila y no le guardo rencor ni odio, no porque él tenga la razón, sino porque a nosotros nos han enseñado a no odiar. Cuando uno no lleva ese odio, tenés por seguro que podés seguir viviendo. A pesar de todo lo que me hicieron, no tomo pastillas para dormir, duermo tranquila. En algún momento me gustaría estar cara a cara con Gerardo y decirle todo esto que te estoy diciendo, que la política es linda, pero hay que saber sobrellevarla, pero no con odio, no con rencor, no con venganza, la política, la vida. Y nosotros tenemos que aprender a sobrellevarla, mantener un espíritu sano y una mente sana, que es lo que siempre me pasó. Yo siempre he seguido los dichos de nuestros hermanos de los pueblos originarios, que la vida es linda, pero uno tiene que aprender a sobrellevar la vida y saber que si uno se siente mal, la naturaleza te devuelve la tranquilidad. Por eso es que peleo contra la contaminación, contra la tala de árboles, tienen vida. Algunos dirían que las piedras no tienen vida, las piedras sí tienen vida, la tierra tiene vida, los árboles tienen vida. Así como uno cuida a un animalito, tenemos que cuidar a la naturaleza. Para mí significa mucha energía, energía positiva y muchos no la entienden, algunos dirán que uno está loco, pero no, es lo más lindo.
—Me gustaría que cierres este reportaje con una reflexión dirigida a quien a vos te parezca, a los jueces, a la Corte Suprema, a Morales, a tu pueblo.
—Simplemente que no es un sueño, me gustaría que fuera realidad que se juntaran todos los sectores políticos, el Frente de Todos, Cambiemos, todos los sectores políticos, la izquierda, que tenemos que hablar sobre cómo combatimos la pobreza y cómo los que menos tienen pueden soñar con vivir un poco mejor, y que eso depende de todos los sectores políticos. Nosotros, los políticos, tenemos obligaciones, los políticos y organizaciones sociales, como dirigente y sindicalista, tenemos la obligación de acompañar y estar con ellos. Y para eso necesitamos discutir la redistribución de la riqueza, porque es la única manera que podemos cubrir todas las necesidades de los que menos tienen, y que en el futuro podamos construir un país para todos, no para unos cuantos. Porque hoy el país nos necesita, el país está mal. No quiero culpar a uno u otro; al contrario, que nos juntemos para trabajar para redistribuir la riqueza que les pertenece a todos los argentinos, simplemente patria, patria y patria y que, de una vez por todas, dejen de contaminar nuestros lugares que pertenecen a los pueblos originarios, que dejen de quitarnos el territorio porque, a pesar de que muy pocos lo dicen, cada vez tenemos menos territorio y cada día hay más avance de las grandes empresas mineras, el litio y las contaminaciones, la tala de árboles es impresionante. Pido simplemente que paremos con todo eso.
Producción: Sol Bacigalupo y Natalia Gelfman.https://www.perfil.com/