Por qué creció el desempleo durante la cuarentena pese a la prohibición de los despidos
En la trastienda del mercado laboral hay espacios donde las normas no rigen. Las empresas encontraron los vericuetos legales para recortar personal en la pandemia.
Parece una paradoja: en una Argentina donde los despidos están prohibidos, en 2020 hubo al menos 360.000 desocupados más. El número surge de los datos que difundió el Indec este jueves y que dan cuenta del impacto de la pandemia en el mercado laboral.
Si la medida no estuviera, el escenario sería peor, coinciden los especialistas. Aun así, las empresas encontraron vericuetos legales para recortar personal durante la pandemia, que generó una de las peores caídas en la economía local, con números en rojo del 9,9%.
Para entender por qué hubo cerca de 360.000 desocupados más en un año hay que saber que la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), de donde se toman los datos para elaborar el informe del mercado de trabajo, releva tanto "asalariados con descuento jubilatorio" como "asalariados sin descuento jubilatorio". En otras palabras, empleados que están en regímenes de formalidad y de informalidad.
En este último universo -y en el medio de los dos, los "grises", los que perciben parte de su salario de manera registrada y otra parte no- las reglas no existen. No hay decreto que frene despidos ni doble indemnización que valga para desincentivarlos. Ese universo, además, es grande: al menos un tercio de la economía total.
"En muchos casos tiene que ver con negocios que cerraron, porque la prohibición de despidos es para trabajadores que son desvinculados sin causa y que están registrados. Los que no están registrados fueron despedidos sin carta documento y seguramente les dijeron: 'Después vemos cómo te va con el juicio'", señala Juan Carlos Cerutti, director de Derecho de Trabajo de Plan A.
Ese sector informal es cada vez más frondoso, explica el abogado laboralista y asesor sindical Matías Cremonte. La economía argentina ya venía de dos años de crisis en 2018 y 2019 que llevaron a una caída en la actividad industrial, dice, que a su vez generó el reemplazo de asalariados por monotributistas. "Sucede sin que ello implique un crecimiento del cuentapropismo, sino también del fraude laboral: probablemente sea el mayor problema del mercado de trabajo", concluye.
En el sector formal también proliferaron los acuerdos que le escapaban a la prohibición. Se trata de "desvinculaciones de común acuerdo", o "retiros voluntarios". Así lo explica Enrique Stile, socio de Marval, O'Farrell & Mairal: "Los empresarios saben que estas normas se extienden en el tiempo y hacen cuentas: o esperan un año pagando sueldos o llegan un acuerdo en el que le pagan al empleado la doble indemnización y un 20% o 30% más, por ejemplo".
Detalla que estas opciones muchas veces resultaron atractivas para empleados con muchos años de antigüedad que pudieron llevarse a sus casas sumas cuantiosas, pero no tanto para los más jóvenes. Estas acciones se realizan a cuentagotas y deberían ser una solución a la que se llega por mutuo acuerdo, es decir, con el consentimiento del empleado que ya no trabajará más en ese lugar.
"Para entender por qué sigue habiendo desempleo hay que entender dónde opera la prohibición -dice Javier Adrogué, de AMZ & Asociados-, porque solo tiene efecto en empresas medianas tirando a grandes y para el personal fuera de convenio, o dentro de convenio con bajo nivel de sindicalización".
El especialista detalla que son las grandes empresas las que les prestan atención a las normas, porque están más expuestas a que se las hagan cumplir mediante una acción judicial, como un juicio de reinstalación o una medida cautelar. "Si hablamos de una pequeña empresa, como las del rubro gastronómico o los comercios, que son grandes dadores de empleo, cierran y a los dueños no los encontrás en ningún lado: que vos les hablés de prohibición de despidos y todo el andamiaje jurídico es irrelevante", sentencia.
En el caso de las actividades con alto nivel de sindicalización, indica el abogado, la prohibición de despidos también fue irrelevante "porque los sindicatos ya no permitían hacerlos", concluye Adrogué.