Rusia y China acordaron la creación de una Estación Lunar Científica Internacional
Los jefes de la agencia espacial rusa Roscosmos y de la Administración Nacional del Espacio de China suscribieron el documento que busca promover la creación de la estación
Los Gobiernos de Rusia y China firmaron este martes un memorando de cooperación para la creación de una Estación Científica Internacional (MNLS) en la Luna.
Los jefes de la agencia espacial rusa Roscosmos y de la Administración Nacional del Espacio de China, Dmitri Rogozin y Zhang Kejian, respectivamente, suscribieron el documento que busca "promover la cooperación en la creación de la Estación Lunar Científica Internacional con acceso abierto para todos los países interesados y socios internacionales", dice el comunicado del ente ruso, recogido por la agencia de noticias Sputnik.
El texto, que no detalla ningún calendario, señala que este proyecto tiene por objetivo "fortalecer la cooperación en investigación científica y promover la exploración y el uso del espacio ultraterrestre con fines pacíficos en interés de toda la humanidad".
"La Estación Científica Lunar Internacional es un complejo de instalaciones de investigación experimental creadas en la superficie y / o en la órbita de la luna, diseñadas para llevar a cabo trabajos de investigación multidisciplinarios y polivalentes", señaló el ente ruso.
Estos trabajos incluyen la exploración y uso del satélite natural de la Tierra, "observaciones lunares, investigación fundamental, experimentos y verificación de tecnología con la posibilidad de una operación no tripulada a largo plazo con la perspectiva de una presencia humana en la luna", añade el reporte.
En el marco del proyecto, Rusia y China, "utilizando su experiencia en el campo de la ciencia espacial, la creación y el uso de tecnología espacial y tecnologías espaciales, desarrollarán conjuntamente una hoja de ruta para la creación del MNLS", explica el comunicado.
El anuncio se produce en momentos en que Moscú parece estar a la zaga de los numerosos proyectos espaciales de otros Estados o empresas privadas, muchos de los cuales son considerados además como bancos de prueba hacia Marte, del mismo modo que el estadounidense Artemisa.
El año pasado, Rusia perdió su monopolio de los vuelos tripulados hacia la Estación Espacial Internacional tras la primera misión e este tipo realizada con éxito por la empresa estadounidense Space X.
Respecto al proyecto chino-ruso, la agencia rusa señala que también debe permitir evaluar tecnologías que den cabida a operaciones "no tripuladas", con miras a la presencia humana en la Luna.
Por su parte, la CNSA subrayó que su objetivo será "fomentar la exploración pacífica y la utilización del espacio por toda la humanidad".
Aunque se beneficia de una muy amplia experiencia que data de la era soviética, el sector espacial ruso enfrenta dificultades para innovar, así como problemas de financiación y otros vinculados a la corrupción.
De concretarse, este nuevo proyecto lunar podría reimpulsar a Moscú en la carrera espacial con el apoyo de un socio que no oculta sus ambiciones enormes en este ámbito.
A mediados de febrero, China puso su sonda "Tianwen-1" en órbita alrededor de Marte, una novedad para este país, concretada casi siete meses después del lanzamiento realizado en julio.
En diciembre, también informó que recogió muestras del suelo lunar, en una primera misión de esta características en más de 40 años.
Por su parte, Estados Unidos, país con el que Rusia mantiene una buena colaboración en el sector espacial, logró con éxito a fines de febrero posar un quinto 'rover' en la superficie de Marte.
Bajo la administración del expresidente Donald Trump, Washington había anunciado el regreso estadounidense a la Luna para 2024, en el marco del programa Artemisa, pero su sucesor, Joe Biden, aún no ha anunciado sus prioridades en lo que concierne a la exploración espacial.