Finalizaron los alegatos
“Sé que él me perdonó”, dijo en el juicio una de las acusadas de matar a Lucio
Abigail Páez, la pareja de la madre de Lucio Dupuy, hizo uso de sus últimas palabras en el juicio y pidió perdón. “Quiero pedirles disculpas a mi familia y a mi mamá porque le fallé. No sé realmente lo que pasó”, expresó.
En la última audiencia del juicio por el crimen de Lucio Dupuy, que tiene como acusadas a la madre del menor, Magdalena Espósito Valenti, y su pareja Abigail Páez, la madrastra hizo uso de sus últimas palabras y pidió perdón. “Quiero pedirles disculpas a mi familia y a mi mamá porque le fallé. (...) No sé realmente lo que pasó”, expresó. La sentencia se conocerá el 2 de febrero al mediodía.
Después de 18 jornadas, el juicio por el aberrante asesinato a golpes del chico de cinco años ocurrido en La Pampa el 26 de noviembre del año pasado entró en su recta final. Tanto Valenti como Páez están acusadas de homicidio calificado y abuso sexual gravemente ultrajante, delitos por los que podrían ser condenadas a cadena perpetua.
Las últimas palabras de Abigail Páez
“No declaré en la Policía lo del robo porque no era verdad, fue un momento de desesperación. Eso se lo dije a un vecino que no conocía. No vine acá a mentir, sino a dar mi versión y a decir la verdad de los hechos; y aunque no juré, lo juro ahora por todas mis creencias que lo que dije es la verdad”, sostuvo Abigail Páez, según publicó La Arena, el dario local que cubrió todo el juicio.
Y completó: “Quiero pedirles disculpas a mi familia y a mi mamá porque le fallé. (...) No sé realmente lo que pasó, tengo muchas lagunas en la cabeza, y si no conté detalles es porque estoy muy traumada. Sé que él me perdonó. Ojalá yo me pueda perdonar”.
La fiscalía pidió la pena máxima
En la misma audiencia, la fiscal del juicio pidió que la madre de la víctima y su pareja sean declaradas culpables del “homicidio calificado y abuso sexual” de la víctima, delitos que prevén la prisión perpetua.
A su vez, la querella introdujo en su acusación el agravante de “odio de género”; en cambio, las defensas plantearon la hipótesis de un hecho “preterintencional”, es decir, cuando el agresor tiene intenciones de causar un daño pero no la muerte.
Tras casi seis horas de alegatos, se dispuso que no habrá una siguiente audiencia para que las partes pidan pena, dado que los delitos mencionados prevén la pena máxima, por lo que el debate se reanudará el 2 de febrero al mediodía cuando se resuelva si las acusadas son culpables o no. Después, habrá un plazo no mayor a los 15 días en el que se realizará una nueva audiencia en la que finalmente se fijará el monto de la pena.
El juicio, que se desarrolla a puertas cerradas ya que la víctima era menor de edad y se debate un delito contra la integridad sexual, se lleva a cabo en la sede de la Ciudad Judicial de Santa Rosa, La Pampa. La misma está situada en las avenidas Uruguay y Perón, hasta donde las acusadas fueron trasladadas procedentes de la Penitenciaría 1 de San Luis, lugar en el que cumplen sus prisiones preventivas.
Es que cuando se conoció el caso el 26 de noviembre del año pasado, los vecinos salieron a la calle para expresar su reclamo por el crimen del niño y hubo serios incidentes en la comisaría donde estaban alojadas las detenidas.
Según la autopsia, solicitada por la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), el niño tenía politraumatismos por golpes, mordeduras y quemaduras, que eran de vieja y reciente data. Asimismo, indicaron que el deceso se produjo por una “hemorragia interna” producto de las agresiones.
“En mis casi 30 años de profesión nunca vi algo así”, había dicho el forense Juan Carlos Toulouse antes de iniciarse el debate, lo que luego reafirmó al declarar como testigo.