ROSARIO
Se vende en casi 4 millones de dólares el castillo austríaco Mandl
La mansión de 16 habitaciones lleva el nombre del austríaco Mandl quien se la compró al médico cuyo nombre corona el Palacio del Concejo Municipal
"Castillo Mandl, una casa llena de historia y arte de vivir". Bajo ese título se promociona por 3,8 millones de dólares la venta en la página de la firma de subastas Christie's del palacio de 16 habitaciones que fue propiedad del médico que nació en Gualeguay pero fue un hacendado y filántropo en Rosario: Bartolomé Vasallo (1874-1943). La bella propiedad, que fue reformada de su original, cuelga desde principios del siglo pasado de una ladera, a 1200 metros sobre el nivel del mar, a las afueras de La Cumbre, en el valle de Punilla cordobés (475 kilómetros al noroeste de Rosario).
Vasallo es el apellido que corona también al palacio donde se asienta actualmente el Concejo Municipal de Rosario, frente al Monumento a la Bandera, pero el castillo se denomina con el apellido del millonario austríaco que le compró la propiedad a su dueño en 1943: Fritz Mandl.
Al castillo que parece salido de un cuento de hadas se lo conocía también como El Fuerte o La Fortaleza. Fue construido por el arquitecto Emilio Maisonnave a fines de la década de 1920, en una propiedad de aproximadamente 17 hectáreas, en el señorial pueblo ubicado a 60 kilómetros de la capital cordobesa y ligado a partir del 1969 al escritor Manuel Mujica Láinez, quien vivió hasta su muerte a 3 kilómetros del centro, en Cruz Chica..
El médico cirujano, escalador y escritor cordobés de cinco best sellers sobre Africa, Hernán Lanvers, también se hizo eco de la noticia y escribió en un texto que se viralizó en las redes: "Cuando, en 1910, aquel médico de Rosario conoció las Sierras de Córdoba decidió que parte de ellas serían suyas".
Su texto es parte de una serie de 100 notas llamadas Historias Asombrosas que publicó en su Facebook. Sus klibros publicados son: Kilimanjaro (Guía médica para su ascenso), África: Hombres como dioses, África: Harenes de piedra, África: Sangran los reyes, África: Tormenta de Libertad y África: Cazadores de gloria.
Reconstrucción
Quien comparte la profesión que tuvo Vasallo y es amante de la historia que guía la narración de sus libros, asegura que el rosarino le pidió a su arquitecto un edificación con almenas (prisma de piedra que remata la parte superior de una muralla), torre, muchas habitaciones con baño privado y un gran cañón al lado de su magnífica entrada. El proyecto de castillo medieval duró menos de un año.
"Su constructor no se pudo negar al pedido. Es que el hombre era un increíble cirujano y un trabajador incansable que operaba desde las cuatro y media de la mañana y que, siendo de origen humilde, llegó a tener, sólo en Entre Ríos, siete estancias. Y las tenía en varias provincias. Hizo levantar un verde y frondoso bosque a su alrededor, con selectos árboles europeos, creando un verdadero microclima en esa amplia extensión", se lee en el texto de Lanvers.
Desde la web de Christie's se muestran bellas fotos y videos de la propiedad. No sólo se retrata la fastuosa edificación sino también al poblado: se apunta que tiene aeropuerto propio y que su historia está ligada a la construcción de vías férreas por parte de los ingleses.
Hoy allí se asientan entidades conservadoras como el Rotary Club y el Golf Club, que han visto interrumpid su calma con el Rally Dakar. También por la zona hay campeonatos de aladeltismo y parapente.
Pero no figura allí información del pasado que sí relata Lanvers en torno al palacio rodeado de un "frondoso bosque" y "con selectos árboles europeos, creando un verdadero microclima en esa amplia extensión".
Asegura el profesional cordobés que en el frente de la propiedad había dos altos mástiles. Parece que Vasallo se servía de ellos para marcar territorio casi como un gato.
"Si estaba en la localidad serrana, tenía izada una bandera azul que así lo anunciaba a toda la región, en otro, había una bandera colorada que anunciaba la presencia de su esposa", dice sobre el excéntrico rosarino al que describe también como un filántropo que siempre colaboró con obras de bien público y al morir dejó en su testamento muchas de sus estancias al Estado, a instituciones benéficas y al prestigioso Colegio Nacional de Concepción del Uruguay, en donde había estudiado, además del Palacio del Concejo de esta ciudad.
A su Castillo, que "funcionó un corto tiempo como casino" (según una rosarina acostumbrada a viajar a La Cumbre desde su infancia) lo donó a la Municipalidad de La Cumbre y al municipio de Córdoba. Pero por su gran costo de mantenimiento obligaron a rematarlo en 1943. Mandl, fabricante de armas y multimillonario, la compró y modernizó.
Decidió reformar completamente su fachada y comenzó la obra que demandaría casi dos años con planos traídos de Francia, que incluían un toilette en medio de las caballerizas.Intervino en la reforma el arquitecto austrohúngaro formado en Budapest, que llega tras la primera Guerra, Jorge Kalnay.
El castillo quedó "casi irreconocible", decían algunos pobladores y sus comentarios se sumaban al misterio que rodeaba al personaje europeo.
Mandl había heredado las poderosas acerías de su padre, pero al ser Austria anexada al imperio del régimen alemán de Hitler, las empresas fueron expropiadas. Entonces desembarcó en Argentina en 1938 y pronto sumó a sus varias estancias y propiedades, la empresa que fabricaba bicicletas y luego derivó a la industria de las armas.
A sus estadías en La Cumbre llegaba acompañado de su segunda mujer Herta de Mandl, asistentes y un cocinero personal. Hasta 1950 estuvo alojado allí el príncipe de Staremberg y su padre, el heredero de la corona de Austria.
"También se decía en el pueblo que en el pasado se había alojado Hitler", dice una rosarina que tiene casa en La Cumbre.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, Mandl dejó de viajar al pueblo pero los rumores seguían en torno a la propiedad.
Durante el menemismo, se vinculó al secretario de inteligencia Hugo Anzorregui con el castillo. Estuvo en funciones desde el 30 de enero de 1990 hasta el 10 de diciembre de 1999.
"No se si lo alquiló o se lo cedieron al castillo, pero le hizo innumerables reformas a la casona. Llegaban aviones con mármoles, cortinados y artefactos de baño desde Buenos Aires y se veía a su gente de lentes negros por los bares y calles, de película. Las historias las contaba la gente del pueblo que trabajaba en la reforma, pero también a las personas en cuestión las veíamos todos".
Hoy casi 80 años después, esa joya arquitectónica rodeada de sigilo y belleza, vuelve a ser ofertada. ¿Quién podrá comprarla?
Descripción del Castillo
El Castillo tiene tres plantas, zonas comunes ubicadas en la planta principal y dos entradas principales, una por el lado del bar y otra por la fachada principal.
El hall de entrada, el bar, dos grandes salones y el comedor poseen inmensos ventanales que dan al magistral paisaje serrano.
Hay chimeneas en funcionamiento y el bar luce suelos originales de la época de Vasallo, mientras que los grandes salones tienen suelos de mármol.
En una de las grandes salas hay un largo sofá verde ubicado junto a la ventana para aprovechar las vistas. El vestíbulo de entrada está adornado con una gran pintura de la escuela cusqueña, de la colección personal del propio Mandl.
La mesa redonda de madera en el comedor fue hecha a medida del segundo dueño y se ubica debajo de un enorme candelabro de hierro forjado con velas y bombillas eléctricas.
El comedor tiene una forma parcialmente redondeada. Las 16 habitaciones están conectadas por medio de grandes puertas corredizas: hay 4 en planta baja, 9 en el primer piso y 3 en el segundo piso. Todas tienen su propio baño con bañera, excepto el de los niños, que comparte baño con el dormitorio de la niñera.
Y además en ninguna falta un detalle especial: o la vista, o una chimenea o un balcón con vista en 180 grados y proximidad a la piscina, rodeada de amplio deck.
Una escalera de caracol conduce al rellano del primer piso. También hay una segunda escalera que llega a todos los pisos.
Entre las áreas de servicio está la cocina que se divide en tres y una delas áreas tiene acceso al comedor. Hay varios tragaluces que atraen mucha luz natural y ofrecen vistas a lo lejos. También un sótano donde Vasallo había instalado una mazmorra falsa y Mandl renovó a bodega.
Finalmente en la página de la firma que subasta se aclara que "en 1994/2000 y 2005, el castillo experimentó algunas mejoras adicionales y trabajos de mantenimiento".