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Videojuegos: ¿Sabés a qué están jugando tus hijos?
El mundo de los videojuegos es una industria millonaria y es preocupante la tendencia hacia el adoctrinamiento ideológico mediante mensaje subliminal
Que el mundo de los videojuegos es una industria millonaria a nivel global no es ninguna novedad. Tampoco su incursión en el universo de las películas de Hollywood y cualquier manifestación de la cultura popular. Lo que resulta peligrosamente atendible es la tendencia hacia cierto tipo de adoctrinamiento ideológico en la peor de sus maneras: el mensaje subliminal, pero ¿qué contenido ideológico podría tener un videogame de acción? Más allá del uso indiscriminado de la violencia para conseguir los objetivos de cada juego hay datos que nos llevarían a pensar que nada es inocente en ese mundo de acción y aventuras.
En: Judgement Day, Jesucristo, en 2028 regresa a la Tierra para reimplantar un mundo de justicia. ¿Cuál es la metodología? El jugador deberá ayudarlo dirigiendo su violencia contra personas de la comunidad LGBT y de la izquierda política. En este mundo gobernado por “multimillonarios satanistas reptiloides” llamados George Sorrows y Mark Cuckerberg, no parece ser producto de la coincidencia el parecido de sus nombres con los de los magnates George Soros y Mark Zuckerberg.Que el mundo de los videojuegos es una industria millonaria no es novedad. Es preocupante la tendencia hacia cierto tipo de adoctrinamiento ideológico mediante mensaje subliminal
En este juego, el usuario pelea codo a codo con Donald Trump, Adolf Hitler, Benito Mussolini, Eva Braun, Napoleón Bonaparte, Vladimir Putin, Jair Bolsonaro, Pepe the Frog, Shrek y Brenton Tarrant (un terrorista neocelandés que atentó contra creyentes musulmanes), enfrentando a personas gays, lesbianas, transgéneros, musulmanes, inmigrantes, feministas, entre otros. La acción transcurre en mezquitas, clubes nocturnos, un estudio de TV donde se difunden noticias y en la frontera México-Estados Unidos. Los enemigos de Jesucristo pasan a ser los políticos del partido Demócrata, Barak Obama, Nancy Pelossi, Hillary Clinton y Bernie Sanders.
En Assassins creed, el credo de los asesinos, dos fuerzas milenarias se enfrentan en diferentes épocas históricas.
Los dos bandos opuestos son “La Orden de los asesinos” y “Los Templarios”.
El jugador sólo puede participar en el bando de los Asesinos, una organización secreta mundial que vela por el derecho de los hombres a elegir libremente. Su ideología se basa en que solo el libre albedrío garantiza el progreso colectivo de la humanidad mediante el desarrollo de cada individuo y permite que nazcan nuevas ideas. La Orden no espera que la humanidad sea perfecta, al fin y al cabo solo se crece aprendiendo de los errores; pero sí que persiga el ideal de la perfección mediante la libertad, la autorrealización y una actitud abierta hacia el conocimiento, sus lemas son “Nada es verdad, todo está permitido” y “Trabajamos en la oscuridad para servir a la luz”, es en ese sentido que se justifica el asesinato para lograr los objetivos del juego.
El bando oponente, los Templarios, ha tenido a lo largo de la historia “verdades” que defienden y han buscado la realización colectiva poniendo lo social por encima de lo individual. Es decir defienden a la humanidad de sí misma.
La controversia se vuelve evidente cuando, en tiempos de la Revolución Francesa, el pueblo oprimido y la esquilmada burguesía deben ser combatidos por sus ideas de abolir los privilegios de la monarquía y reivindicar las mayorías. El usuario debe, en cambio defender las posturas realistas para preservar el libre albedrío (¿?), es decir, pelear del lado de María Antonieta y Luis XVI.
Esa racionalidad, en períodos de esclavismo también justifica el comercio de esclavos y la trata de personas, todo en pos de las libertades. En otros videogames debes matar a desesperados inmigrantes africanos y medio orientales antes de que ingresen a Europa en sus balsas para luchar contra el mal llamado ISIS (DAESH). Ya en el antigua “Patrulla de frontera” debías matar a los inmigrantes mexicanos, caracterizados/estigmatizados como “mujer coneja” (mujer embarazada), “nacionalista mexicano” y “traficante de droga”. Hay argumentos más que sólidos para pensar que esta ideología extrema se conecta directamente con las nuevas generaciones normalizando el sentido común sobre ciertos temas sin que los adultos y la educación siquiera identifiquen el problema. Por ello, si “nada es verdad” no es de extrañar que en Estados Unidos haya, más de 15 millones de “terraplanistas”, en su mayoría jóvenes. Por esos motivos sería bueno saber, a qué están jugando nuestros hijos.