Burruchaga
A 25 años del retiro del entrerriano Burruchaga, “el socio ideal de Maradona”
“El hombre de los goles importantes”, “el socio ideal de Maradona”, le puso fin a su carrera profesional el 15 de septiembre de 1998, recordó Kevin Rivero en un publicación hecha para “El Diario” de Paraná.
En efecto, el 15 de septiembre de 1998, Jorge Burruchaga anunció su retiro definitivo del fútbol profesional. Lo hizo después de 19 años de debutar en primera y con una carrera deportiva repleta de éxitos, en la que tuvo el privilegio de tocar el cielo con las manos, tanto a nivel clubes como en la Selección Argentina.
Un gualeyo en el mundo
Un gualeyo en el mundo
Burruchaga nació el 9 de octubre de 1962, en la localidad entrerriana de Gualeguay. A los 11 años se incorporó a las divisiones inferiores de River Plate, club que prescindió de sus servicios cuando jugaba en la octava división. Luego, arribó a Arsenal de Sarandí, donde en 1979 la pareja de entrenadores Oscar López y Oscar Cavallero lo llevaron a debutar en primera, en la segunda división del fútbol argentino.
Tras buenas actuaciones en el conjunto de Sarandí, Independiente apostó por él. De esta manera, en 1982 pasó a vestir los colores del “Rojo” de Avellaneda, donde comenzaría una carrera llena de logros.
En su primera etapa con el elenco de Avellaneda ganó el Metropolitano 1983, la Copa Libertadores 1984 y la Copa Intercontinental de ese mismo año.
Futbolista de selección
La carrera deportiva del entrerriano quedó marcada a fuego tras su paso por el seleccionado nacional. Con la albiceleste jugó 59 partidos y anotó 13 goles entre 1983 y 1990.
Fue una pieza fundamental en el ciclo exitoso que encabezó como entrenador Carlos Salvador Bilardo y se convirtió en un socio vital de Diego Armando Maradona.
Su pico máximo de rendimiento fue en la Copa del Mundo de México 1986. Fue esencial en el sistema y aportó su cuota goleadora en el compromiso de fase de grupos ante Bulgaria y convirtió uno de los goles más recordados por los argentinos: el 3 a 2 en la final ante Alemania, que le permitió a Argentina obtener la segunda estrella mundialista.
Asimismo, cuatro años más tarde, en Italia 90 también fue fundamental y fue subcampeón del mundo.
Europa y su regreso a Independiente
Luego de grandes rendimientos en Independiente, en 1985, “Burru” fue transferido al Nantes, un equipo de la primera división del fútbol de Francia. Allí, el mediocampista también deslumbró con su juego. Entre 1985 y 1992, con la camiseta amarilla disputó 163 encuentros y anotó 30 tantos.
Tras siete temporadas, pasó al Valenciennes, un club que en ese momento recién había ascendido a la máxima categoría de las competencias francesas. Y el entrerriano transitó una temporada futbolística atípica. Intervino en 34 juegos y marcó 11 tantos; pero, estuvo involucrado en un caso de soborno en un partido entre su club y el Olympique de Marsella y fue suspendido por la Federación Francesa de Fútbol.
A mediados de 1995 retornó a Avellaneda. En su segundo ciclo, el gualeyo vistió la camiseta roja en 109 partidos y convirtió 22 goles, ganando la Recopa Sudamericana y la Supercopa Sudamericana de la edición de 1995.
Más allá de ser un emblema de la institución, Burruchaga no se retiró como quiso. No lo pudo hacer en la cancha por algunas diferencias con el cuerpo técnico y la dirigencia. Pero, nada de eso manchó su nombre. En ese momento, con 35 años, le puso fin a una historia inolvidable.
Datos claves de su carrera
Burruchaga es el único futbolista nacido en Entre Ríos que pudo consagrarse campeón del mundo con la Selección Argentina (en México 1986) y con un club (logró la Intercontinental con Independiente en 1984).
Además, con 59 partidos jugados, es el tercer entrerriano con más presencias en el seleccionado albiceleste mayor, detrás de Roberto Ayala (115) y Gabriel Heinze (73).
“Burru” fue el autor del gol decisivo que le permitió a Argentina celebrar su segunda estrella mundial en México 1986. Asimismo, en 1984, el volante ofensivo anotó un tanto trascendente para la historia de Independiente: en la final ante Gremio en Porto Alegre, que terminó valiendo la séptima y última Copa Libertadores para la entidad de Avellaneda.