Deporte sin público
Deporte sin público: una decisión caprichosa....
Las autoridades municipales de Gualeguaychú dejaron pasar una oportunidad de lograr empatía, al no habilitar al público en los espectáculos deportivos.
Las autoridades municipales de Gualeguaychú dejaron pasar una oportunidad de lograr empatía, al no habilitar la presencia de público en los espectáculos deportivos, que pidieron mediante protocolos oportunamente presentados por clubes, asociaciones y diversas entidades, tener la posibilidad de generar un ingreso genuino de dinero para paliar las flacas economías que dejó casi un año sin actividad por la pandemia.
Opinión - Por Daniel Serorena
Para conocer un poco los entretelones de una novela que acumuló capítulos de forma innecesaria, hay que remontarse a fines del año 2020, cuando de a poco se fueron flexibilizando las actividades deportivas en la ciudad, luego de varios meses sin deporte por razones lógicas de la pandemia. Volvieron los entrenamientos con protocolos, los clubes fueron adecuando sus instalaciones para que poco a poco, la vida deportiva de los clubes retome cierta normalidad. Por su parte, Juventud Unida tuvo la chance en diciembre de disputar el Federal A aunque sin público en la cancha, mientras que comenzado el nuevo año y pasado el brote de contagios que mostró la ciudad, el deporte empezó a querer normalizar su actividad luego de casi un año sin competencia.
Desde la provincia se dio el visto bueno a las municipalidades para autorizar la presencia de público en los espectáculos deportivos, siempre adecuando las cantidades a los protocolos que cada asociación o club interesado presente ante las autoridades sanitarias locales. Sin embargo, pese a tener el visto bueno del COES local, que recomendó la autorización para que el público sea parte de los espectáculos, la Municipalidad de Gualeguaychú no autorizó la presencia de público, basándose en que no se contaba con una normativa de Provincia que llevara la firma de alguna autoridad provincial competente, las mismas autoridades que de forma verbal y abiertamente por los medios, habían dado el visto bueno a los Municipios para avanzar sobre el tema.
Claramente se trató de una cuestión política. La Municipalidad de Gualeguaychú no quiso "comprarse un problema" autorizando el público en los espectáculos deportivos "sin el gancho de provincia", mientras que desde Paraná nunca se dijo abiertamente que se iba a enviar esa firma que tanto requerían por estos lados.
Paralelamente quedaron al desnudo situaciones ridículas que se vieron y se siguen viendo fin de semana tras fin de semana. Los múltiples torneos de fútbol libres, barriales y amateurs que se disputan todos los fines de semana, inclusive desde mucho antes de que reanudara la actividad, sin recaudos, sin barbijos, sin nada de nada. Se juntan a jugar al fútbol y parece que nadie de la Muni ni de las autoridades que tienen que controlar se enteran.
Otro mamarracho se dio en el Hipódromo, donde se disputó una reunión oficial y se vieron imágenes al menos preocupantes, con gente sin respetar el distanciamiento, sin barbijos y con varios centenares de personas pululando en el Hipódromo como si no hubiera pandemia. ¿Controles? Ninguno, nada de nada.
Lo más contradictorio fue cuando llegó a la ciudad el Secretario de Deportes de la Provincia, José Gómez, acompañado de una importante comitiva, a entregar subsidios a instituciones y becas a deportistas. Hicieron un acto político en el mismo estadio de básquet donde tres días antes no habían autorizado la presencia de público para el clásico del básquet de la ciudad, con la misma gente -distanciamiento y barbijos mediante- que pidió habilitar la dirigencia de Racing Club, una de las tantas damnificadas por esta medida absurda. Lo más extraño, es que aparentemente ninguna autoridad local planteó ante el Secretario de Deportes el tema, como si no hubiera un reclamo de varios clubes e instituciones sobre el tema.
Los principales damnificados con esta determinación, claramente fueron los clubes de básquet, que están desarrollando la competencia asociativa con la paradoja que en Gualeguay y Urdinarrain, cuyos clubes forman parte de la Asociación, se juega con público autorizado, pero en Gualeguaychú no sucede. El fútbol local, que viene trabajando desde hace cuatro o cinco meses para poder diagramar su competencia, dejó claro que sin la presencia de al menos un mínimo de público, no podrá jugar porque es insostenible desde lo económico para los clubes afrontar los gastos que se originan en cada fecha. También el automovilismo, que comenzará la temporada a riesgo de no poder volver a competir, por los altos costos que se generan y la imposibilidad de recaudar dinero en concepto de venta de entradas, por mínimas que sean las mismas.
Surgen preguntas que no tienen respuestas. Si se habilitó el cine y el teatro, en recintos cerrados, por qué no se actuó de la misma forma con el básquet o el vóley. Por qué no se contempló la autorización de eventos con público al aire libre, donde se puede marcar con claridad el distanciamiento. Suena a capricho.
Por estas horas se está por habilitar el funcionamiento de un circo en la ciudad. Sería la gota que colme el vaso. No por el circo en particular, sino porque marcaría con demasiada evidencia que al deporte, pese a que estaban dadas las condiciones para que pudiera contar con cierta cantidad de público en sus espectáculos, se le dio la espalda de una forma caprichosa y preocupante.