100º Aniversario Fundación
Jockey Club Gualeguay, primeros hombres, primeros tiempos: Por Patricia Míguez Iñarra
Desde la época de la conquista, cuando los colonizadores trajeron los primeros equinos para aliviar las tareas rurales, ya se empezaron a elegir entre los caballos de silla y tiro, y fue así que aquellos animales que tenían mayor resistencia y velocidad se designaron para chasquis y diligencias. De esta manera se lograba establecer más rápida comunicación entre las poblaciones, así como trasladar personas y enseres desde los principales puertos hacia el interior del territorio. De esta forma nació la estirpe de caballos criollos, que luego se fueron cruzando con otras razas para lograr mejores ejemplares.
Naturalmente surgió la competencia natural entre los hacendados, lo que se tradujo en un principio en carreras en pleno campo. Con el paso del tiempo se fueron alisando pistas para evitar rodadas, y más adelante se fueron señalando andariveles para cada caballo. Estas eran las famosas carreras cuadreras, que se efectuaban en algunas estancias con variada frecuencia. En cada oportunidad se concertaba un desafío previo, y se apostaban fuertes sumas de dinero entre los amantes del deporte hípico.
Estas cuadreras juntaban a muchos aficionados, casi todos hombres, que pasaban largas jornadas organizando las pistas, las caballadas y recogiendo las apuestas. Los desafíos se efectuaban a último momento, algunas veces “de palabra” y otras poniendo cada apostador en el suelo el dinero convenido, que luego del fallo del “sentencia” era retirado por el ganador de la apuesta.
Cada vez se fueron perfeccionando más estas pruebas hípicas en los alrededores de Gualeguay, y con el tiempo se intentó tener un lugar permanente, un hipódromo. Así fue que se reunieron los dueños de tropillas y las grandes masas de aficionados para lograr concretar este objetivo.
Ya Buenos Aires había dado el primer paso en ese sentido, y había fundado el Jockey Club de Buenos Aires con la intención de organizar el deporte y nuclear a los hombres amantes del turf. Desde allí se propició la formación de filiales en el resto del país, con el aditamento de la ciudad sede al nombre Jockey Club.
Se cristalizó rápidamente en Gualeguay la idea de crear un club de hombres que reuniera a todos los aficionados de las competencias hípicas en Gualeguay, y por tal motivo se realiza una invitación pública a través de la prensa.
Los concurrentes que participaron de esta primer asamblea de constitución eran personalidades de la época como: Belisario Paredes, Miguel Aguirrezabala, Adán N. Carbone, Juan Bisso, José L. Surraco, Alberto Camilión, Juián A. Lazo, Francisco M. Crespo, José M. Elizarán, Luis Bordato, Antonio Jurado, Lorenzo Bravo, H. Mercau, F. Longhi, M. Morán, M. Yañez, Ulises Filippini, J.R. Lobosco, Jorge Suaya, P. Morán, Alberto Morán, Antonio Morán, Gregorio V. Morán, Benigno Echevarría, Alberto Burgo, Miguel Elizalde, Isidro V. de Urquiza, Ventura Belderrain, Jorge R. Thompson, Vicente Mastroiacovo, Amadeo Vasallo, Mateo Lopetegui, Marcial Arribillaga, Augusto Badaracco, A. Rodríguez Vivanco, F. Rodríguez Vivanco, y Julián Saizar.
Es así que el 29 de noviembre de 1924 se desarrolla en el local de la Sociedad Fomento Educacional una reunión, y en el acta consta que los presentes eligieron al Sr. Fortunato Solanas como presidente provisorio, a lo que éste accedió, agradeciendo el honor que se le concedía, y solicitando autorización para designar como secretario de la asamblea al Dr. Aguirrezabala.
Fue a solicitud de Aguirrezabala que, después de un extenso cambio de ideas, se propuso acordar la constitución del Jockey Club Gualeguay, elegir la primer comisión directiva, y delegar en ella la conformación de los estatutos y reglamentos así como facultarlos para la designación de los encargados más idóneos para completar las demás funciones de la institución, en especial de lo que sería la Comisión de Carreras, así como también establecer las cuotas de ingreso y mensualidad de los flamantes socios.
Fue primer presidente del Jockey Club Gualeguay don Fortunato Solanas, quien dirigió sus destinos desde su fundación y hasta el año 1935. Las siguientes reuniones, luego de conformada la institución, se realizaron ya en el estudio jurídico que Solanas compartía con el Sr. Rodríguez Vivanco.
Más adelante seguirían otros encuentros de Comisión Directiva en el conocido como edificio Del Son (San Antonio y Maipú, hoy Chacabuco), y a partir del 29 de noviembre de 1927 las reuniones recalarían en el domicilio particular de don Darío González Calderón que a tal efecto la alquiló, y que quedaba en el actual emplazamiento de la sede de la institución.
Uno de los objetivos prioritarios era la inauguración de la pista del Hipódromo del Jockey Club Gualeguay, que en principio se realizó en el lugar que actualmente se encuentra ubicado sobre Avda. Perón, que luego sería Círculo de Pilotos, y más tarde una planta de alimento balanceado. Este Hipódromo “viejo” con el tiempo sería trasladado y modernizado a terrenos donados por don Fortunato Solanas y predios que el Concejo Deliberante autorizó ocupar en forma gratuita por el término de 10 años, en zona noroeste de la ciudad donde actualmente
se encuentra. La reinauguración fue a mediados de 1927, y justamente ese año se disputaron las primeras carreras en las nuevas instalaciones. El 6 de julio del año anterior, el gobierno de Entre Ríos había otorgado la personería jurídica al Jockey Club Gualeguay.
Tal como surge de la primera acta de constitución, entre los principales impulsores del Jockey Club Gualeguay estaban los Morán, nietos de don Gregorio María Morán Labandera, asturiano que supo tener almacenes de campaña, y de doña Micaela Moreno, hacendada e importante mujer dedicada a colaborar con diferentes instituciones como la creación del hospital y asilo en la ciudad de Gualeguay. Sus hijos Gregorio Estanislao y José Vicente Morán fueron los impulsores de la Colonia Morán en sus campos en el distrito Gualeguaychú (La Palma y La Palmita) hacia 1880, donde se afincaron más de 40 familias oriundas del norte de Italia para iniciar la producción de trigo en las zonas altas de la estancia.
Los Morán proveyeron a lo largo del tiempo de importantes tropillas, primero en las guerras internas con el corazón puesto en la causa jordanista, y más tarde para el ejército nacional. Llegaron a tener más de 70.000 has., y hay comentarios acerca de que Urquiza habría expropiado algunas tierras a la familia, otros dicen que les habría entregado tierras... De todos modos como criadores de caballos para los eventos hípicos, su incidencia fue tan importante al momento de la fundación del Jockey Club Gualeguay, que uno de ellos ocupó la segunda presidencia, desde el año 1936 al 1937, Félix Alberto Morán.
Los Morán intervinieron siempre en política, participando en la fundación del Partido Radical junto a Alem, estando postulados en Entre Ríos en diversas oportunidades, y llegando a ser don José Vicente diputado nacional por ese partido.
Félix Alberto Morán había nacido el 21 de noviembre de 1884, era hijo del primer matrimonio de Gregorio Estanislao Morán con Rosa Fernández. Alberto se casó en 1913 con María Agustina Cabo Onagoity, nieta de un reconocido comerciante de origen vasco francés asentado en la zona de Barracas, que arrendaba los campos de los Pereyra Iraola. Tuvieron siete hijos, de los cuales sólo quedan en Gualeguay los descendientes de María Mercedes Morán, casada con el escribano Jorge P. Míguez Iñarra.
Félix Alberto Morán falleció el 5 de julio de 1960, a los 76 años, con decrecida fortuna debido a diferentes causas, entre ellas por la crisis del año 30.
Volviendo al Jockey Club Gualeguay, el 8 de julio de 1938, bajo la presidencia del Dr. Luis R. Mac Kay se inaugura el edificio actual de estilo racionalista y con amplias y confortables instalaciones, que constituyó un progreso para la fisonomía urbana de Gualeguay, y que fue un acontecimiento de extraordinaria gala que quedó para el recuerdo de los amantes del deporte ecuestre. Mac Kay dirigió los destinos de la entidad hasta el año 1945.
Del año 1946 al 1948 fue presidente Carlos Spangemberg, y a continuación del 1948 al 1950 el escribano Jorge Patricio Míguez Iñarra, período en el cual quedaron terminados los cimientos de la tribuna oficial. En el año 1950 la plataforma fue terminada por el nuevo presidente Sr. Emilio Néstor Pérez Chiama. Esta tribuna sigue siendo la mayor instalación con que cuenta el Hipódromo, si bien ha resultado insuficiente para recibir a tantos aficionados que concurren a las carreras.
Jorge Patricio había nacido el 17 de marzo de 1907 en Buenos Aires, era hijo del escribano Jorge Pío Míguez Iñarra y de Pura Muragas Tost. Era nieto del Dr. Práxedes Míguez, quien había sido Notario General de Gobierno de Urquiza y posteriormente Juez de Paz en San Luis y de doña Carmen Iñarra, mujer emprendedora y solidaria que participara de la fundación del “Hospitalito” en Concepción del Uruguay y del Hospital de Gualeguay. Jorge Patricio prosiguió con la tradición familiar de estudiar leyes, y se graduó de Notario en la Universidad del Litoral en 1930. Luego se radicó en Gualeguay, donde desarrolló su profesión con mucho prestigio a lo largo de toda su vida. Es recordado como una persona honesta y seria hasta su muerte, ocurrida el 18 de julio de 1970.
Ya cerrando un poco esta reseña, en la cual se cruza parte de mi historia familiar con la historia del Jockey Club Gualeguay, puedo afirmar que el programa de actividades hípicas desarrollado a lo largo del tiempo y hasta la actualidad, así como la labor realizada en la propia sede social, le dieron un gran prestigio a la institución, tanto dentro como fuera de la provincia, y le han permitido cumplir con creces el objetivo inicial con el que el club fue gestado. En su sede los socios a lo largo del tiempo han podido recibir prestaciones del bar, salones de juego, salón comedor, reuniones sociales, etc. donde además es tradición hasta nuestros días festejar las fiestas patrias con espléndidos bailes y cenas, en especial cada 25 de Mayo.
Mis mejores deseos para el Jockey Club en estos 100 primeros años!