Visita
Juan Lofrano visitó Club Bancario Gualeguay y dejó una jornada llena de aprendizajes y pasión por el minibásquet
Este domingo, el Club Bancario Gualeguay tuvo el honor de recibir a Juan Lofrano, entrenador Nivel 3, Head Coach de LG Básquet, Coordinador Nacional del Departamento de Mini-Básquet de la CABB y capacitador ENEBA, en el marco de un campus formativo que dejó huellas profundas en toda la comunidad del básquet local.
Con una jornada intensiva y cargada de contenido técnico, humano y formativo, Lofrano —junto a todo su equipo de trabajo— compartió no solo su experiencia sino también su visión sobre los grandes desafíos que enfrenta el minibásquet argentino. “Es un lujo, un honor, una alegría recorrer el país y estar en los lugares que sostienen al milagro del básquet argentino: los clubes. Recorro Latinoamérica y el fenómeno club es extremadamente argentino”, expresó con orgullo.
Durante el campus, se realizaron entrenamientos diferenciados con grupos de distintas edades, charlas técnicas y una valiosa capacitación con las familias. “Encontramos esta fecha, este domingo, como para hacer un trabajo integral. Hicimos dos entrenamientos con un grupo de 9 años, dos con uno de 11 y uno con los de 13. Luego, almorzamos con el staff, tuvimos una charla formativa y cerramos la jornada con las familias, abordando cómo acompañar a sus hijos, el rol de la competencia, y sobre todo, cómo construir juntos”, detalló.
Más allá de las técnicas, los drills o los conceptos tácticos, Lofrano puso el foco en el objetivo central del minibásquet: enamorar a los chicos del juego. “Si después salen con dribbling, mejor. Si la pasan con la izquierda, ni hablar. Pero el gran objetivo es que jueguen por motivación intrínseca. Tal vez vinieron por un amigo, porque el papá jugaba, o porque el pediatra recomendó hacer un deporte. Todo eso es válido, pero el verdadero desafío es que se queden porque el deseo se les instaló y ya no lo quieren perder más”.
En sus palabras, no hubo recetas ni respuestas cerradas, pero sí muchas preguntas poderosas que invitan a reflexionar: ¿Qué rol tienen los entrenadores en las etapas formativas? ¿Cómo se acompaña desde la familia sin presionar? ¿Qué lugar debe ocupar la competencia en estas edades?
“El único gran objetivo que persigue el minibásquet es enamorar a los chicos del juego. Estas jornadas reafirman ese vínculo profundo entre el básquet y su gente”, concluyó.
El paso de Lofrano por Gualeguay no solo fue una experiencia formativa, sino también una inyección de energía para seguir apostando al desarrollo del deporte desde la base, con compromiso, vocación y pasión.