River
Un River de la Premier League
Juega un fútbol espectacular parecido a lo que vemos en Inglaterra. Partidazo y 4-2 a Argentinos, que nos superó en varios momentos.
River hace que el fútbol argentino tenga esperanza. Es River, un poco también Defensa, insinúa algunas cositas Racing y de tanto en tanto Argentinos. Estudiantes gana y golea pero es otra cosa, otra cultura. No es inválida, pero es más físico, roce, juego aéreo, pelota parada. River es juego, pase al compañero, asociaciones, espectáculo.
El mismo día que Manchester City y Liverpool regalaron un 2-2 espectacular en el que los dos merecieron ganar, llegó este River 4, Argentinos 2 que le da sentido a que sigamos viendo fútbol argentino.
River juega un fútbol que casi no se juega en el país, ni siquiera en el continente. Obliga a los rivales a adaptarse. A plantear los partidos para contrarrestar nuestro juego y en esa búsqueda hay esencialmente dos maneras. La mayoritaria receta es todos atrás y tratar de meter alguna contra. La más desafiante es la que hizo Argentinos imitando a Racing y a Defensa: el Bicho vino a la cancha de River a jugar de igual a igual, a no meterse atrás y a tratar de manejar la pelota. Por muchos momentos, lo consiguió. Pero que no se precipiten los amantes de titular derrotas tácticas de Gallardo contra técnicos rivales, en este caso Milito. Sinceramente, no creo que el Muñeco no supiera a qué iba a jugar Argentinos. Es más, creo que lo sabía perfectamente. Lo que se puede concluir de lo que pensó el Muñeco es: vamos a jugar mano a mano, cambiar ataque por ataque que nosotros vamos a hacer la diferencia con la jerarquía de nuestros jugadores.
El partido pudo haber terminado 7-4 tranquilamente. La pasamos mal en el desarrollo por muchos momentos, especialmente entre los 30 del PT y los 20 del ST, pero River generó situaciones nítidas de gol incluso cuando no estaba en dominio del partido.
El recambio al que obliga la doble competencia y la frecuencia de partidos a la intensidad a la que juega River, va a generar algún tipo de desajustes que es deseable se vayan corrigiendo con el tiempo. También es verdad que todavía no se asentaron jugadores que llegaron en el último mercado. No es soplar y hacer botellas jugar como River, por lo tanto los jugadores necesitan de un período lógico de aclimatación y cierta cantidad de entrenamientos para entender y asimilar los conceptos de juego. Jugar como River es lindo pero no es fácil.
Esta vez, que sufrimos, que la pasamos mal, en el momento que peor estábamos volvió a aparecer la figura de un Armani que dio la cara, literalmente. Esa tremenda salvada contra Avalos cambió el rumbo del partido. Lo que pudo ser el golpe de nocaut terminó siendo el que nos despabiló para intentar retomar el control del partido. Ya las piernas de ellos no tenían tantas energías y empezó a funcionar mejor nuestra media cancha. El resto lo hizo la calidad de nuestros jugadores.
Julián incluso sin embocar el arco es importante, Enzo Fernández volvió a tener un partido enorme, con gol y asistencia, que lo hicieron merecedor de una ovación que habitualmente es para el Enzo grande. Gran evolución de un chico llamado a ser estrella y que ojalá podamos disfrutar un tiempo más.
Después del penal que concretó Juanfer, pudimos hacer varios goles más. Terminó siendo corto el resultado pero eso no nos puede nublar. Argentinos mostró que lo que pasó con Racing no fue casualidad, dos veces en corto tiempo nos remontaron un resultado de dos goles de ventaja, cosa que en el fútbol argentino no pasa. Es cierto que River juega un fútbol de Premier y que esa nobleza para con el juego favorece partidos extraordinarios y permite vuelcos en el resultado, cosa que no ocurre con otros equipos más mezquinos, menos generosos con el fútbol, más aburridos y más previsibles, que si se ponen dos goles arriba utilizan todo tipo de recursos poco edificantes para que el partido no se juegue o se juegue lo menos posible.
Más allá de esta victoria tenemos mucho para mejorar. River es una alegría para el fútbol y se nota en el entusiasmo de los hinchas. Pero para tener pretensiones hay que ser más sólidos y no ofrecernos vulnerables. Es un lindo desafío seguir mejorando lo mucho bueno que tenemos.