Dr. Bernardo “Cacho” Gandini
“A este le dicen Zapata, si no la gana la empata…” Tu cerebro no tiene ningún interés en que seas feliz…
Continuemos con interesantes comentarios del Dr. Bachrach, que investigó: Sobre la relación del cuerpo y el cerebro. Repasemos qué pasa cuando realizo yoga, pilates, meditación, natación y pensemos qué me pasa corporalmente antes, durante y después. Todas las actividades tienen que ver con autoconocimiento o conocerse a uno mismo: ¿Qué les pasa a mis pulmones cuando nado?, ¿A músculos del muslo, en clase de pilates? ¿A mi cuello cuando bailo?; atender lo qué pasa al mover el cuerpo; el autoconocimiento, es punto de partida para el proceso de cambio. No se puede cambiar lo que no se conoce; no se puede mejorar lo que no se conoce; no se puede entender qué pasa si no se conoce. Conocerse a partir de lo relacionado con la vida y el cuerpo. En la educación habitual, no hay aprendizajes de autoconocimiento; salvo maestros/as entusiastas que te hagan escucharte, sentirte, ver qué te pasa y por qué pasan las cosas; padres sensibles a esto, que crean recursos importantes al niño y su formación como adulto. Podemos ver el autoconocimiento, a través del budismo, otro día a través de la meditación, luego a través de la ciencia, así después el niño/adulto, puede elegir. Da miedo la gente que cree tener la verdad sobre las cosas. Por experiencia personal y profesional, las cosas no son de una manera, hay distintas perspectivas y formas de entender lo que pasa. Con esto seríamos una sociedad mucho mejor, más abierta, más empática.
Una predicción errónea o correcta produce modificaciones físicas y mentales, que Uds. perciben. El cerebro como un genio del engaño crea experiencias y dirige acciones como un mago, sin revelar cómo lo hace y haciéndote sentir falsa confianza en su producción. Las emociones son parte de tu “ser” cerebral, las experimentan sin esfuerzo consciente, pero no significa que sean unos receptores pasivos de experiencias. Hemos llegado a un momento donde lo viejo no se termina de ir y lo nuevo no termina de llegar; una especie de limbo del tiempo, donde navegamos, sin rumbo. El nivel de insatisfacción de muchas personas, es superior al de su miedo al cambio. Dentro de ustedes sienten un llamado interno que les da lo que les falta para salir de sus zonas de confort, en las que están anestesiados. Es cuando sienten que tienen mucho por ganar y poco por perder; es cuando, con dolor, reconocen que están perdidos; pero es un dolor liberador, porque darse cuenta de que estás perdido, es tu primer paso para encontrarte, en el cambio; en el animarse a asumirse sin negaciones, está el comienzo y también se puede pedir ayuda capacitada, si se la cree conveniente.
“La valentía es saber qué es lo que no debemos temer”
Platón