Razón crítica
Del lado de los docentes
El conflicto docente en Entre Ríos se ha profundizado en los últimos meses, revelando una crisis que afecta a miles de trabajadores de la educación y que tiene raíces en la pérdida constante del poder adquisitivo y el desfinanciamiento de políticas clave para la subsistencia del sector. A pesar de ser uno de los pilares fundamentales en la construcción de un futuro más justo y equitativo, los docentes de la provincia se encuentran en una situación límite, con salarios que no alcanzan para cubrir siquiera las necesidades básicas, lo que pone en jaque tanto la calidad educativa como la estabilidad de la fuerza laboral en las escuelas.
Una caída histórica en el poder adquisitivo.
Los números hablan por sí solos y pintan un panorama desolador. El 80% de los 50.000 docentes que hay en la provincia de Entre Ríos percibe salarios reales por debajo de la línea de pobreza, tal como fue estipulada en el mes de junio (según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos). En ese período, la línea de indigencia se situó en 393.319 pesos, mientras que el salario testigo real de un trabajador de la educación, es decir, el sueldo de quien recién se inicia en la profesión y trabaja 4 horas diarias frente al aula, fue de apenas 379.000 pesos.
Este dato por sí solo (lejos de mejorar en julio y agosto), deja en evidencia la difícil situación de los docentes entrerrianos, quienes ven cómo mes a mes sus salarios se devalúan frente a una inflación que no da tregua y que ha erosionado brutalmente su capacidad de consumo. Pero el drama no termina allí: la pérdida del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) en marzo pasado significó un golpe aún más fuerte para los salarios. Este fondo representaba el 12% del salario de los docentes, y su eliminación hizo que entre junio y julio se registrara una baja nominal en los ingresos de los educadores, agravando aún más la ya complicada situación.
Un retroceso de dos décadas.
Para encontrar un antecedente tan grave en términos de poder adquisitivo, hay que remontarse a los inicios de los años 2000, cuando la crisis de la convertibilidad hizo estallar al gobierno de la Alianza y el salario docente representaba apenas el 42% de la canasta básica. Aquella época, que dejó profundas cicatrices en la sociedad argentina, parecía ser el piso histórico para los trabajadores de la educación. Sin embargo, los tiempos actuales han demostrado que siempre es posible estar peor.
En la actualidad, el salario real de los maestros y profesores de Entre Ríos representa tan solo el 39% de la canasta básica, lo que lo convierte en el peor registro en los últimos 40 años. Este dato es alarmante, no solo porque evidencia una situación de empobrecimiento que no tiene precedentes en la historia reciente, sino también porque pone en peligro la capacidad del sistema educativo para retener a los docentes y garantizar una educación de calidad para los estudiantes.
El deterioro interanual y la insuficiente respuesta gubernamental.
Si comparamos la situación actual con la del año pasado, el deterioro se vuelve aún más evidente. En julio de 2023, el salario docente representaba el 70% de la canasta básica, mientras que en el mismo mes de este 2024 ese porcentaje se ha reducido drásticamente al 39%. Este desplome en el poder adquisitivo de los docentes refleja no solo la falta de políticas salariales efectivas, sino también la ausencia de una estrategia integral por parte del gobierno provincial para revertir la tendencia.
En respuesta a esta crisis, el gobierno de Entre Ríos ha ofrecido un aumento salarial del 5%, acompañado de bonos que solo aplican a los trabajadores activos, excluyendo a los jubilados docentes, quienes también se encuentran en una situación crítica. Esta propuesta ha sido vista como insuficiente y ha generado un fuerte rechazo por parte de los gremios que consideran que la medida no aborda las necesidades reales del sector y que, además, profundiza las desigualdades entre los distintos sectores de la comunidad educativa.
El desafío de mantener la dignidad docente.
La situación de los docentes en Entre Ríos es, sin lugar a dudas, insostenible. La pérdida de poder adquisitivo, la eliminación de fondos clave para el sostenimiento salarial y la falta de una respuesta contundente por parte del gobierno provincial han creado un cóctel explosivo que amenaza con detonar en cualquier momento. En este contexto, es urgente que se tomen medidas que permitan revertir esta tendencia y garantizar que los docentes puedan vivir con dignidad, sin tener que enfrentar la angustia de no poder cubrir sus necesidades más básicas.
La educación es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de una sociedad y, por lo tanto, no puede seguir siendo desatendida de esta manera. Los docentes merecen salarios que reflejen la importancia de su trabajo y que les permitan vivir dignamente. Es hora de que las autoridades gubernamentales tomen cartas en el asunto y trabajen en conjunto para encontrar una solución que ponga fin a esta década perdida y que permita a los educadores de Entre Ríos recuperar su poder adquisitivo y su dignidad laboral.
Julián Lazo Stegeman