por Santiago Joaquín García
El legado de Micaela
Durante la movilización que se realizó por el 8M hubo pancartas recordando a Micaela García. No fue el primero ni el último de los femicidios de Gualeguay, pero su nombre se convirtió en un símbolo que contiene muchas historias.
por Santiago Joaquín García
Hace poco más de siete años, cuando desde las páginas de El Debate Pregón le dábamos cobertura a la incipiente Multisectorial de Mujeres, no faltaban las críticas contra nuestras publicaciones. Después vino el femicidio de María Edith Morales, un intento de femicidio en pleno centro de la ciudad y el cimbronazo que provocó la búsqueda y el desenlace fatal de Micaela. En esta nota repasamos algunos elementos que conforman ese legado que ha trascendido con creces los límites de Gualeguay.
El origen
Volvemos al 8 de abril de 2017 en la Plaza Constitución de nuestra ciudad. Ese año Micaela había participado del Primer Paro Internacional de Mujeres, con pancartas y actividades en la ciudad de Concepción del Uruguay. Sin embargo, en ese momento su mamá y su papá, Andrea y Yuyo, recibían la peor noticia que una familia puede recibir. Se pararon ante una ciudad que buscó a su hija durante una semana y dijeron esto:
Yuyo: “Me atraviesa un dolor que no se lo imaginan pero de por vida voy a estar agradecido a esta gente. Sé lo que laburaron, sé que no durmieron (…) Voy a cumplir porque sé lo que ella pensaba, voy a vivir para eso. Mi familia es fuerte y con Andrea vamos a laburar el doble para lograr que sea realidad el país que Mica quería”.
Andrea: “Desde lo más profundo les agradezco a las personas que han estado al lado nuestro. Me han ayudado a estar en pie. (…) Gracias Gualeguay (…) Gente, chicas y chicos, estudien, tengan una profesión, sean responsables (..) como era y quería Micaela. ¡Vamos todos por Micaela! ¡Quiero que mi hija sea el sostén de todos ustedes!”. Esas palabras que se pronunciaron en nuestra ciudad, y que impactan conociendo la historia posterior son el nacimiento de un legado que ha atravesado las fronteras del país.
La Ley Micaela y las leyes Micaela
Varios proyectos de Ley, impulsados entre otros por Carmen Argibay y sus colaboradoras, y por el Movimiento Evita, confluyeron bajo el nombre de Ley Micaela en el Congreso de la Nación. Lo que planteaban era la necesidad de capacitar en forma obligatoria en género y violencia a las y los agentes del Estado Nacional. Había quedado demostrado en el femicidio de Micaela que la falta de perspectiva de género para tomar decisiones (en el caso del Juez Carlos Rossi, por ejemplo), puede tener consecuencias fatales. Apenas fue el femicidio de Micaela todos los funcionarios reaccionaron para las cámaras (el presidente Mauricio Macri pidió la cabeza del Juez Rossi, quien hoy sigue ocupando el mismo cargo en el Juzgado de Ejecución Penal de Gualeguaychú), pero cuando fue pasando el tiempo empezaron a poner trabas para la aprobación de la Ley. Fue gracias a la denuncia de Thelma Fardin, que el tema volvió a ponerse sobre el tapete y en diciembre del año 2018, finalmente, se convirtió en una normativa nacional, la N° 27.499. Un poco más de cuatro años después, se han adherido las veintitrés provincias argentinas, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las universidades nacionales, y demás organizaciones e instituciones que así lo decidieron. Sin embargo, es preciso decir que no todas las adhesiones han sido iguales, que en algunos lugares se cumple a conciencia y en otros a regañadientes, y que en algunos lugares se asigna presupuesto y en otros no. Por tal motivo, desde la Fundación Micaela García suelen decir que no existe una sino muchas leyes Micaela.
Tu nombre como bandera
Cuando se realizó el Abrazo a Micaela García, el 11 de abril de 2017 en el Estadio Hugo La Nasa de Concepción del Uruguay, muchas personas llevaron las pancartas que habían usado en su búsqueda para recordarla. También hubo pintadas y murales. Desde entonces, este fenómeno se ha expandido a lo largo y a lo ancho del país. En la ciudad de Santa Rosa, La Pampa, existe un asentamiento que se llama Micaela García. En un Centro Cultural de Río Gallegos, Santa Cruz, hay una pintada enorme que la recuerda. Lo mismo ocurre en una intervención hecha en el Lago Nahuel Huapi de Bariloche que recuerda a mujeres víctimas de femicidio de nuestro país. La biblioteca de la Facultad de Ciencias de la Vida y la Salud de Uader en nuestra ciudad lleva su nombre. También tiene un mural en el frente de la Escuela Técnica N°1 de Gualeguay. Su imagen está presente en el Polo de la Mujer de Córdoba, y en centenares de merenderos. Se ha convertido en canción, libro, tatuaje, y emblema de una lucha que está definida por la solidaridad. En ese sentido, creo que hay una anécdota que explica este movimiento político (en el verdadero sentido) que es el más potente de los últimos años.
El mismo día que desapareció Micaela, también desapareció una chica de la provincia de Buenos Aires que se llamaba Araceli Fulles. A diferencia de Micaela, nadie buscaba a Araceli. Cuando en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las amigas y las compañeras de gimnasia de Mica, junto con militantes feministas organizaron una marcha para pedir por la aparición de Micaela, la familia de Araceli se acercó para pedir por su hija. Cuando entrevistaban a las amigas de Micaela, les pedían a los periodistas que también escucharan a esa familia que estaba sufriendo lo mismo, y que posteriormente supimos que también fue víctima de femicidio. Esas actitudes son las que hacen que el feminismo crezca exponencialmente.
Fundación
Esas palabras que Andrea y Yuyo dijeron en la Plaza Constitución de nuestra ciudad las llevaron a la práctica. Hoy en día, en la ciudad de Concepción del Uruguay, la Fundación Micaela García cumple una función social que intenta imitar lo que Micaela hacía en los barrios. Respecto a la contención, cada vez que reciben donaciones se reparten para centenares de personas que la pasan mal en los barrios periféricos de la ciudad. También hay clases de apoyo escolar para las familias que no pueden pagar por eso. En relación a la educación, brindan talleres (vivero, tejido, costura, entre otros) que tienen como objetivo brindar herramientas para la independencia económica de las mujeres. Desde luego, hay un espacio para las situaciones de violencia, ya que la Fundación brinda asistencia legal y psicológica gratuita para las víctimas no sólo de la ciudad, sino de todo el país, a través de una red que se ha tejido a través de los años de lucha. Finalmente, y no menos importante, se están llevando a cabo cursos para replicadoras y replicadores de la Ley en los que participan personas de todo el país.
Consideraciones finales
La reacción en la ciudad de Gualeguay fue dispar. Por un lado, tenemos centenares de cámaras que colaboran con la investigación de otros delitos. La realidad es que la mayoría de los femicidios ocurren en el ámbito de una pareja, ex pareja, o vínculos violentos, y en consecuencia suceden dentro de un hogar. Después de una dilación de muchos años se abrió la Casa Refugio el año pasado y eso es un gran avance, más allá de los debates que pueda haber sobre el enfoque que siempre son válidos, pero que no nos corresponden. El oficialismo le negó dos veces una calle a Micaela García en nuestra ciudad. Con diferentes excusas, lo cierto es que se opusieron. Y si no le quieren cambiar el nombre a uno de tantos coroneles, o batallas, o supuestos próceres que jamás pisaron Gualeguay y se oponían al federalismo, pueden elegir otras arterias. Por qué no seleccionar un grupo de calles sin nombre, de esas que se abren con el crecimiento urbano y homenajear no solamente a Micaela García, sino también a María Edith Morales, Micaela Presentado, Miriam Emilce Sombo, La Salatino, y tantas otras mujeres que sufrieron violencia de género en nuestra ciudad. Tal vez, el tema no les parezca tan importante. De todas maneras, el verdadero legado que ha quedado en nuestra ciudad es, precisamente, este poder de convocatoria. Si uno piensa en aquellas primeras reuniones de menos de diez mujeres, y ahora ve las nutridas movilizaciones que se realizan cada 8M y cada 3J entiende por dónde pasa el legado. Contra todas las injusticias, contra todos los jueces intocables y los femicidas sueltos, hay una fuerza que se les opone y que crece cada vez más.