Razón crítica
El quiebre entre el Frente de Todos y el populismo
Caído el bloque socialista a comienzos de la década de 1990, la sociedad tuvo que dejar de seranalizada por el concepto marxista primordial en aquellos días: la lucha de clases.
Esta oposición binaria, entre proletarios y burgueses, dejó de tener lugar en una sociedad
atravesada por lo que Fukuyama denominó el “fin de la historia”. Ya no era la lucha de clases el
motor de ésta, sino que ahora la distinción entre dominados y dominantes y su antagonismo
único y fundamental fue reemplazado por una pluralidad y una multidirección de demandas
antagónicas. En este contexto, se volvió necesario desde el plano político la existencia de
discursos que puedan articular y unificar las demandas antes mencionadas. Así aparece lo que
el intelectual Ernesto Laclau denominó “populismo”. Lejos de la caracterización negativa que le
otorgan a esta noción las corrientes liberales, este autor la configuró desde una perspectiva
positiva ligada a un dinamismo democrático que haga confluir las demandas de los sectores
postergados de la actividad política para contraponer sus demandas en oposición a los
sectores hegemónicos de un determinado momento histórico. Para Laclau, básicamente, el
“populismo” es ese discurso que unifica y articula desde el plano político aquellas variadas
demandas de los sectores postergados, bajo la categoría de “Pueblo”, en oposición a los
bloques hegemónicos en un determinado período de la historia.
Anclados en esta definición, muchos cuadros del Kirchnerismo situaron a su agrupación
política como un actor de carácter populista. En este sentido, se proclamaron como los
encargados, luego de obtener el poder Ejecutivo en el 2003, de llevar adelante las demandas
de los segmentos más humildes, precarizados y desprovistos de derechos en contra o por
encima del establishment político y económico que se había conformado luego de la década
peronista -menemista y, entrado el 2000, el Gobierno de la Alianza. Tal posición Kirchnerista se
mantuvo desde el año en el cual llegaron al oficialismo hasta la actualidad. Precisamente es en
este punto donde el Frente de Todos encuentra una de sus mayores contingencias en estos
días. Es decir, su incapacidad de articular las demandas de los sectores postergados que
pretende unificar bajo la ya citada categoría de “Pueblo”.
Para ubicar las dificultades del FdT en esta cuestión, se puede acudir a los datos
macroeconómicos concretos. Por ejemplo, la pobreza. El Instituto Nacional de Estadística y
Censos de la República Argentina marcó que los resultados del primer semestre de 2022
correspondientes al total de aglomerados urbanos registraron que el porcentaje de hogares
por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 27,7%; en ellos reside el 36,5% de las
personas. Ligada a esta información, están también los números al respecto de la indigencia.
Según el INDEC, los porcentajes presentados indican que durante el primer semestre de 2022
se encuentran por debajo de la LP (línea de pobreza) 2.684.779 hogares, los cuales incluyen a
10.643.749 personas. En ese conjunto, 660.494 hogares se encuentran, a su vez, bajo la LI
(línea de indigencia) e incluyen a 2.568.671 personas. Uno de los puntos que explican estas
problemáticas es la inflación. La tasa de variación anual del IPC en Argentina en septiembre de
2022 ha sido del 83%, 4,5 puntos superior a la del mes anterior. La variación mensual del IPC
(Índice de Precios al Consumo) ha sido del 6,2%, de forma que la inflación acumulada en 2022
es del 66,1%.
Como se puede observar, los datos son una muestra cabal de las dificultades del Frente de
Todos para articular las demandas de los segmentos sociales más vulnerables. Es imposible
unificar desde el discurso político a estos sectores y sus reclamos cuando la coalición
gubernamental actual no puede brindar soluciones concisas a la pobreza, la indigencia y la
inflación. Todas éstas son cuestiones claves que atañen al cotidiano de la sociedad civil y que
significan la posibilidad de las personas de cumplimentar sus demandas básicas como
alimento, salud, educación y vivienda.
Para finalizar, cabe decir que la ruptura del FdT con el populismo que otrora asimilaba con
orgullo deriva en un profundo desgaste con una parte de su electorado. Las bases que los
ubicaron en el poder ven incumplido el acuerdo electoral que pretendía estar en vigencia
desde el 2019.
Julián Lazo Stegeman