Retratos Íntimos
Graciela Saavedra, docente y referente de la cultura de nuestra ciudad.
Yo soy gualeya por adopción porque nací en Leandro N. Alem, provincia de Misiones, lejos en edad de mis hermanos que eran 2. Mi padre era jefe de correo acá en Entre Ríos.
Comenzó como mensajero, luego fue telegrafista, después fue justamente jefe de correo en varias pueblos entrerrianos y, estando en Basavilbaso, era la época de la primera presidencia de Perón, mi padre era un acérrimo radical, muy peleador, y en ese sentido fue castigado. Por este motivo, en su momento quiso presentar la renuncia pero mi madre le pidió por favor que no dado de que no sabía de qué iban a vivir teniendo en aquel entonces 2 hijos. El castigo fue que nos enviaron, mejor dicho, los enviaron ya que yo no era nacida aún, a Misiones. Leandro N. Alem era un pueblo que en ese momento tenía un tamaño chico, de multiplicidad de razas, vivíamos en el mismo correo. El Jefe de Correo, por lo tanto, para una pueblo tan chico era una autoridad importante en la zona. Este pueblo y todo Misiones en esos tiempos era una selva, actualmente tiene el 10% de esa selva, y los caminos eran de tierra, eran un jabón intransitable cuando llovía, incluso si salíamos a la calle y nos embarrábamos nos quedaba como tintura la ropa.
Mi papá siguió con su rebeldía que lo llevó a tener problemas físicos digamos, se enfermó de los nervios. Todo este episodio histórico finalizó con la Revolución Libertadora en el año 55. En el año 50 mi padre decidió pedir la jubilación dado que él había comenzado a trabajar a los 14 años por lo cual ya podía retirarse y volver a Gualeguay, que era su ciudad natal. Para ese momento, yo tenía 5 y mis hermanos uno me llevaba 17 años y la otra 12. Mi hermano mayor quedó trabajando en el correo en Posadas, Misiones, donde vivió siempre, y mi hermana cuando nos vinimos a Gualeguay ya estaba terminando el magisterio y luego se fue al campo como maestra y directora de una escuela en Talitas. Así que yo me crie con mis padres, realmente me hubiera gustado mucho tener a mis hermanos más cerca, después pude disfrutar más a mi hermana avanzada mi niñez porque iba al campo donde ella vivía, en una estancia muy linda. Posteriormente, ya de grande, me fui a estudiar el profesorado en Gualeguaychú.
Cursé la primaria en la escuela Chiclana, esta institución era algo muy especial para mi en ese momento. Estaba ubicada donde estuvo el ANSES en la calle mitre y Belgrano, y a espaldas de la escuela, sobre calle Rivadavia, estaba la usina de electricidad que tenía muy seguido explosiones e incendios, así que era todo una aventura porque nos tenían que evacuar de la escuela, salíamos por arriba de los bancos. Sin embargo, más allá de esto, para mí era una escuela muy linda. La viví muy bien a esa parte de mi primaria.
Cuando estuvo la escuela Chiclana nueva yo ya me había ido a la escuela normal a cuarto grado. Entonces, cuarto, quinto y sexto lo hice en la escuela Normal en donde luego seguí estudiando en la secundaria. Llegado tercer año nos daban a elegir si queríamos ser bachilleres o maestros, muchos elegimos el magisterio. Nuestra aula era lo que es la biblioteca de la escuela Normal actualmente. Lo pasamos muy bien. Yo y mis compañeros, promoción 1968, somos la anteúltima promoción de maestros normales nacionales porque después cambió y siguió el superior una vez que se terminaba el secundario. Nuestros profesores fueron excelentes entre ellos te puedo nombrar a Graciela Freyre y otras profesoras muy especiales para mi con Beba Burgos.
En aquel momento durante el peronismo, siendo radical, era muy difícil porque uno se sentía espiado, perseguidos porque había muchos peronistas y mi padre, por ejemplo, dentro del correo, que estaba muy señalado, como te dije antes su salud no terminó bien, además él era muy Rebelde hasta el punto que, por decirte, cuando en la segunda presidencia de Perón, que falleció Eva, hubo grandes actos de homenaje y bueno, le hicieron un busto allí en el pueblo y pasaron todas las autoridades con ofrendas florales y cuando dijeron que pase el jefe de correo no pasó nadie, es decir, él era muy rebelde y, por supuesto, tenía la reacción de la otra parte y se sentía perseguido.
Para navidades o para fin de año en el correo se repartía la sidra y el pan dulce que llegaba desde Buenos Aires, a las 3 o 4 de la mañana, vivíamos en el correo nosotros, escuchábamos mucho el murmullo de la gente que salía de la selva para buscar pan dulce y la sidra. Muchas veces a las 8 de la mañana mi papá con sus empleados distribuían esos productos y muchas veces el pan dulce venía verde o estaba crudo y, por otro lado, la gente de allí no conocía la sidra entonces se cruzaban a la terminal que estaba en frente al correo y la cambiaban por vino. El recuerdo del murmullo, yo era muy chica, lo tengo en mi mente y no me lo voy a olvidar nunca más.
Yo en este momento estoy descreída de la política porque los partidos perdieron la esencia. Ya no tenemos partidos políticos. Yo no estoy en ningún partido pero si me pedís una inclinación tengo la radical, de todas formas en la actualidad se ha diversificado mucho, hay mucha gente que está con otros rumbos o yéndose a otros partidos o pensando algo que quizás los radicales de antes no lo consideramos así, por lo tanto yo creo que en este momento es un disloque de partidos políticos y no veo un buen futuro para los partidos. No sé si van a desaparecer habría que hacer una limpieza y que las cosas se pusieran en su lugar. Con los principios, ¿se respeta los principios o no?, ¿qué principios?, ¿estamos o no de acuerdo?. Eso llevaría mucho tiempo de congresos, de reuniones y de todo, pero pueden llegar a resurgir. No obstante, en este momento diría que es una ensalada.
Yo opino que la educación pública, yo soy hija de ella, es la madre de la educación y tiene que continuar. La educación privada se mantiene bien pero yo creo que ha perdido en cierta forma su calidad. No obstante, como te digo, sigue siendo buena. Ha tenido etapas mucho mejores la educación privada, te lo digo por experiencia. Sin embargo, la educación pública es la base de la educación de un pueblo y considero que es uno de los principios claves de los que se tiene que ocupar un gobierno y para eso tiene que suministrarle los medios. Pero hay una cosa: la educación pública acérrimamente politizada tampoco sirve. Yo creo que no hay que dejar aparte la política de la escuela, es importante que se haga una formación política pero no el fanatismo y no la politización, menos la persecución.