Jorge Eduardo Lozano
La tecnología avanza, la humanidad no
Te pido disculpas si el título puede sonar despectivo. No es esa la intención. Pero pareciera algo contradictorio que cuanto más avanzadas son las herramientas tecnológicas de las cuales disponemos, más endebles resultan los vínculos sociales que establecemos. Parece mentira que se instale la irracionalidad de la guerra y se incremente la capacidad de destrucción y muerte. La tecnología ayuda a las ciencias médicas, al ahorro de energía y tantos otros beneficios; y por otro lado multiplica la capacidad destructora del ambiente llegando al límite de desaparición de algunas especies animales.
En este tiempo marcado por la irrupción de la Inteligencia Artificial no acertamos en madurar como seres humanos. Nos volvemos primates, involucionamos en el respeto a los derechos humanos y el cuidado de la casa común.
Estamos celebrando la Ascensión al cielo de Jesús Resucitado, y en este contexto, la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. El Papa nos ha regalado un Mensaje cuyo título es “Inteligencia artificial y sabiduría del corazón para una comunicación plenamente humana”. En este Mensaje Francisco nos dice que “la difusión acelerada de sorprendentes inventos, cuyo funcionamiento y potencial son indescifrables para la mayoría de nosotros, suscita un asombro que oscila entre el entusiasmo y la desorientación”.
Nos advierte que “en esta época que corre el riesgo de ser rica en tecnología y pobre en humanidad, nuestra reflexión sólo puede partir del corazón humano. Sólo dotándonos de una mirada espiritual, sólo recuperando una sabiduría del corazón, podremos leer e interpretar la novedad de nuestro tiempo y redescubrir el camino de una comunicación plenamente humana”. Tal como expresaba el Principito, “solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos”.
Las computadoras son de gran ayuda, “poseen una capacidad inconmensurablemente mayor que los humanos para almacenar datos y correlacionarlos entre sí, pero corresponde al hombre, y sólo a él, descifrar su significado”. Podemos correr el riesgo de confundir el alcance de las estadísticas dándoles un valor inadecuado. Los números son importantes, pero la sabiduría del corazón humano va a las causas que están en la raíz de los problemas sociales.
Los seres humanos buscamos superarnos venciendo limitaciones, “empezando por los primeros artefactos prehistóricos, utilizados como prolongación de los brazos, pasando por los medios de comunicación empleados como prolongación de la palabra, hemos llegado hoy a las máquinas más sofisticadas que actúan como ayuda del pensamiento”. Me resulta muy expresiva esta imagen de “prolongación de la palabra”, como para que ella siga resonando una vez pronunciada. Los antiguos papiros, la imprenta, las grabaciones, las redes sociales… todo buscando que lo dicho alcance a muchos y perdure.
Los Medios de Comunicación son de gran ayuda. “Según la orientación del corazón, todo lo que está en manos del hombre se convierte en una oportunidad o en un peligro.” El profeta Isaías inspirado por Dios avizoraba el momento en el cual los pueblos “de las espadas forjarán arados y de las lanzas, podaderas”. (Is 2, 4)
Otra dificultad que nos plantea Francisco es la “contaminación cognitiva” que altera la realidad mostrando lo falso como si fuera verdadero. “Es decir, de la creación y difusión de imágenes que parecen perfectamente verosímiles pero que son falsas (también yo he sido objeto de ello), o de mensajes de audio que utilizan la voz de una persona para decir cosas que nunca ha dicho. La simulación, que está a la base de estos programas, puede ser útil en algunos campos específicos, pero se vuelve perversa cuando distorsiona la relación con los demás y la realidad.” Hace falta tener una mirada crítica acerca de todo lo que se muestra, especialmente en redes sociales, y chequear la autenticidad. Se hacen circular frases y fotos que distorsionan la realidad. Con frecuencia se busca generar un clima de intolerancia, odio, rechazo de quienes piensan distinto.
Buscamos una comunicación plenamente humana. “La información no puede separarse de la relación existencial: implica el cuerpo, el estar en la realidad; exige poner en relación no sólo datos, sino también las experiencias; exige el rostro, la mirada y la compasión más que el intercambio.”
El jueves pasado el Papa proclamó solemnemente el próximo Año Jubilar 2025, y publicó el Documento (llamado Bula) titulado “La esperanza no defrauda”. Te invito a leer y meditar estas enseñanzas de Francisco. Nos recuerda que “en el corazón de cada persona habita la esperanza como deseo y expectativa de lo bueno que vendrá, a pesar de no saber lo que nos deparará el futuro”.
Ayer, 11 de mayo, se cumplieron 50 años del asesinato del padre Carlos Mugica. Recemos por la paz en los corazones y la sociedad.