Dr. Bernardo “Cacho” Gandini
“Las cosas claras y el chocolate espeso…” Lo tengo en la punta de la lengua… 3ª Entrega
¿Qué ocurre en el cerebro cuando una palabra se queda en la “punta de la lengua”? Es habitual cuando hay distracciones, estrés y ansiedad. Las causas podrían relacionarse con un deterioro cognitivo, si sucede en edad avanzada. Es frecuente que una persona olvide la palabra que necesita durante una conversación, lo que es frustrante; los neuro-científicos denominan fenómeno de la “punta de la lengua”, ToT, por las siglas en inglés. Se suele recurrir a sinónimos y expresiones similares. Las personas de tercera edad lo experimentan con más frecuencia en comparación con otros grupos etarios; puede aumentar en quienes hayan auto-percibido un deterioro leve, como breves lapsus en la memoria. Las experiencias de la punta de la lengua son normales y generan pocas preocupaciones en personas jóvenes, pero en adultos mayores, son señales poco claras de un deterioro cognitivo. Factores como la fatiga, el estrés y falta de sueño pueden incidir en la manifestación del fenómeno; estar bajo presión o en situaciones de nerviosismo también puede agravar estos lapsus. Pacientes con este tipo de problemas experimentaron dificultades en recordar nombres propios, lo que indicó un vínculo directo con el acceso léxico. Se presentó con más frecuencia en situaciones de compañía, que aquellos que se enfrentaron solos al desafío, en la investigación. La memoria correcta no se vio afectada, lo que sugiere que el fenómeno está separado del proceso de recuperación de datos. La idea es que las personas, al estar juntas, creen que es más probable que recuperen con éxito la palabra.
Algunas recomendaciones para evitar el ToT son intentar recordar por sí mismos antes de buscar pistas o ayuda, ya que ejercitar la mente puede ser beneficioso para mantener activas las conexiones neuronales. La práctica de ejercicio físico aeróbico regular en mayores de 55 años y más jóvenes, mayor en las mujeres, mejora la memoria episódica; se sugieren 15 a 90 minutos, tres veces por semana. La actividad física puede ser una intervención accesible para mejorar la memoria en la edad adulta tardía. Una dieta nutritiva, estimula la memoria y la función cognitiva, especialmente en la vejez. Mantener relaciones sociales y participar en actividades mentales desafiantes, como resolver rompecabezas o juegos, son otras maneras de prevenir la declinación cognitiva.
QUERIDOS LECTORES: Esto que nos pasa a muchos, especialmente con nombres propios o apellidos, hay que tomarlo con calma, no ocultarlo, no desesperarse y recuperar la palabra poco después. No escuchen las opiniones no competentes, sino de expertos. El desgaste natural con la edad es inevitable, pero se puede retrasar con las sugerencias planteadas. Es importante cuidar los aspectos estresantes, porque aumentan estos fenómenos y contribuyen a preocuparnos. Disfrutemos de la vida diaria, con lo que cada uno tenemos, sin limitarnos del goce con temores inútiles.
“En algún lugar, algo increíble está esperando ser descubierto”
Carl Sagán