Pbro. Jorge H. Leiva
No nos olvidemos de Loan
Todos los argentinos vivimos con angustia la desaparición de Loan Peña, el niño de apenas 5 años desaparecido desde el pasado jueves 13 de junio, en 9 de Julio, provincia de Corrientes.
Es tristemente célebre este tipo de prácticas en la humanidad de todos los tiempos, pero no tenemos que acostumbrarnos a que cada tanto perdamos un hermanito. Jurídicamente se trata de un delito contra la libertad de forma ilícita, a una persona o grupo de personas, generalmente durante un tiempo determinado, con el objetivo de obtener un rescate o el cumplimiento de otras exigencias en perjuicio del o los secuestrados o de terceros. Se distingue de la desaparición forzada, cuyo objetivo es la desaparición misma.
Las personas que llevan a cabo un secuestro se conocen como secuestradores o traficantes de personas. A veces ese tráfico se destina lisa y llanamente a la esclavitud en sus diversas expresiones. De este modo, la persona esclava pasa a ser considerada como un objeto. En algunas ocasiones, la libertad se “vende” a cambio de otras lo cual es conocido como secuestro extorsivo. Asimismo, el secuestro da cabida a la comisión de otros delitos, como el tráfico de menores y la trata de personas.
A propósito de la desaparición de este niño en nuestras tierras, el obispo de Goya, Adolfo Canesín, tuvo declaraciones en estos días que vale la pena leer. Las comparto:
“Como Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes, en la cual trabaja también el área de Trata de Personas, junto a la Vida Religiosa de la Región (NEA nor este argentino), queremos expresar nuestra gran preocupación por la desaparición de Loan Peña desde el jueves 13 de junio hasta la fecha en la provincia de Corrientes y solidarizarnos con su familia, orando para que sea encontrado lo más pronto posible.
Nos duele por tratarse de un pequeño indefenso y por las circunstancias que pueda estar padeciendo. Varias conjeturas se hicieron durante estos días de búsqueda y va cobrando fuerza la eventual posibilidad de que pueda ser una víctima más de la denominada "trata de personas", una realidad que lacera el tejido social de nuestra patria y que muchas veces no es reconocida suficientemente por la misma sociedad y por los responsables de velar por la vida de sus habitantes.
Nos preocupa que lamentablemente se siguen reiterando hechos semejantes sin que se activen las alertas y procedimientos a tiempo, entorpeciendo el esclarecimiento de los mismos; ante esta realidad repudiamos las desapariciones, las violencias, las complicidades. Por ello interpelamos a los funcionarios de justicia, del gobierno en sus diferentes estamentos, a las fuerzas de seguridad y a todos los ciudadanos a comprometernos en la búsqueda de justicia y poder encontrar con vida a Loan.
Como Equipo de Lucha contra la Trata y Vida Religiosa (…) unimos nuestras voces a la del Papa Francisco que nos dice: "Es posible combatir la trata, pero es necesario llegar a la raíz del fenómeno, erradicando las causas. Si cerramos nuestros ojos y oídos, si permanecemos inertes, seremos cómplices”.