Stefanía Ferrando
Retratos Íntimos: Stefanía Ferrando
Deportista de Alto Rendimiento y Creadora de Contenidos. Número 8 del mundo en el ranking femenino de Bochas. Selección Argentina.
Mi nombre es Stefanía Ferrando, tengo 28 años y soy de Gualeguay Entre Ríos. Soy deportista de bochas y represento a la selección Argentina. Disfruto muchísimo de lo que hago en muchos aspectos de mi vida. Mi bandera es poder llevar a las personas con discapacidad a que lleguen a muchos lugares.
Mi infancia en Gualeguay fue muy divertida. Al principio vivir con una discapacidad en una ciudad tan chiquita cómo esta a veces fue difícil. Cómo muchos saben no había rampas para movilizarnos. En ese momento tampoco había muchas sillas de rueda en la calle. Recién eso ahora se está pudiendo ver y las personas con discapacidad estamos pudiendo acceder a otros lugares. No solo a la escuela y el trabajo sino también a otras cuestiones sociales y de la vida que se están empezando a mostrar como el deporte. Así que feliz que eso esté pasando. En fin, tuve una infancia muy linda siempre acompañada de mi familia y de mis amigos. Tengo muy buenos recuerdos sobre esa etapa de mi vida.
La realidad es que siempre intenté encontrarle la vuelta al día a día y a mi cotidiano y no de quedarme con cosas que no podía hacer. En la primaria iba a la escuela Chiclana, dónde en ese momento, por ejemplo, no había baño para personas con discapacidad. De todas maneras, siempre me abrieron el baño de los maestros para que yo pudiera acceder. Entonces mi mamá iba y me asistía para ir. O cuando había que concurrir al salón de actos o pasar a la biblioteca, en donde había que subir o bajar escaleras, mis papás iban y me asistían para que yo pudiese estar con mis compañeros. Después había actividades con mis amigos y compañeros en donde ellos mismos intentaban buscar lugares que para que pudiera concurrir y estar presente. Todo eso era lindo para mí porque sabía que contaba a mi alrededor con mucha gente empática que intentaba ponerse en mi lugar. Luego, cuando fui creciendo, por ejemplo en la escuela secundaria, tuve el camino un poco más allanado porque otra persona que también se movilizaba en silla de ruedas ya iba a la escuela Comercio. Entonces ya había una rampa para poder acceder y, también, había dentro de la institución lugares adaptados. En ese momento y en ese sentido fue más fácil para mi. Posteriormente, a mis estudios universitarios en psicología social los hice a distancia y comencé a trabajar en la municipalidad de Gualeguay como empleada administrativa. Así se fue dando mi vida, conocí el deporte y muchas otras cosas más que me fueron abriendo caminos.
Mis papás son un Pilar muy importante en mi vida porque claramente lo que soy hoy en día es gracias a su acompañamiento. Son dos personas fundamentales que me llenan de orgullo por lo muy buenas personas que son. Me han enseñado el camino por el cual tengo que seguir y de tratar de buscar siempre lo mejor para mí.
El 2013 ingrese al equipo deportivo adaptado. El cual es un equipo de deporte para personas con discapacidad acá en Gualeguay. En ese momento empecé con natación que era el deporte que estaba disponible para el grupo de adultos que se movilizaba en silla de ruedas. Debido a que en invierno se complicaba la continuidad del mismo dado que, por ejemplo, en invierno nos solíamos enfermar todos, los profesores comenzaron a pensar y buscar otras alternativas que se pudieran practicar todo el año. Así fue que en el 2016 vinieron unos profesores de Mar del Plata a mostrarnos como era este deporte denominado “bochas” y así fue como lo conocí. La realidad es que fue un camino que tuve que hacer. Del 2016 al 2017 estuve realizando el deporte en modo recreativo. Después, en ese 2017 fui a mi primer torneo nacional en Mar del Plata. En ese mismo año fui a tres nacionales, dos de ellos en mar del plata y uno en Almirante Brown. En el tercer torneo nacional que disputé gané una medalla de plata y el técnico de la selección argentina me citó a formar parte del equipo y ya en el 2018 empecé a representar a nuestro país con mucha felicidad.
Falta muchísima difusión para los deportes adaptados acá en Argentina. Yo por ejemplo, que soy una persona con discapacidad, no sabía de la existencia de los juegos paralímpicos. Me enteré cuando llegué al deporte y observé cómo era toda la movida y tuve la posibilidad de participar en los mismos. Creo que esta falta de difusión tiene que ver un poco con la falta de empatía, educación y la falta de políticas estatales a largo plazo. Por ahí también falta que periodistas tan reconocidos del deporte empiecen a involucrarse un poco más y a ver que las personas con discapacidad hacemos el mismo esfuerzo que un deportista convencional. A mí me pasa mucho de que cuando voy a un torneo a otro lado del país y la gente lo primero que me pregunta es: “¿Y? ¿Fuiste a pasear? ¿Pudiste conocer algo?”. Y yo les respondo: “pero si vos te cruzas a Messi, ¿le preguntás lo mismo? ¿Si fue a pasear al torneo?”. A nosotros muchas veces no se nos ve como deportistas que entrenamos todo el año y nos preparamos para llegar a una competencia y brindar lo mejor de nosotros. En ese sentido, falta un montón todavía.
Estar en lugar tan lindo cómo persona, conmigo misma, que estoy ahora me llevo muchos años de terapia. Fue un proceso de deconstruirme para construirme por una cuestión de cómo la sociedad generaliza y encasilla a cómo tienen que ser las personas con discapacidad. Entonces fue sacarme todos esos pensamientos de encima y empezar a darme cuenta de que con lo que tenía, la cantidad de cosas que podía hacer y con respecto a las que no, pensar en cómo encontrarles la vuelta.
Muchas veces pasa que a las personas con discapacidad se nos toma como minorías y no se nos incluye en algo general. No sólo pasa por la política, sino por todos los ámbitos de la sociedad. Todavía falta un montón para seguir creciendo en este aspecto. Incluir a las personas con discapacidad no es solamente hacer un centro de salud y poner una rampa. Es también hacer un espacio donde una persona con discapacidad puedo ingresar, donde pueda ser parte. Está muy encasillado que a las personas con discapacidad les haces una rampa y ya está. Pero no se piensa en las personas ciegas, en las personas sordas o con cualquier otra discapacidad. Entonces creo que estamos en un momento de cambio pero todavía falta un montón.
La realidad es que no me considero un ejemplo de vida. A ver, a una persona sin discapacidad que estudia, trabaja y hace deporte no le dicen ejemplo de vida. Entonces yo no quiero que por ser una persona con discapacidad me digan así porque estoy haciendo lo mismo que esa otra persona. Creo que lo más importante es que lo que yo pueda contar, tanto en este espacio como en otro en el cual me toque participar, sirva como motivación y no que se encasille en “ejemplo de vida “.