Úrsula Alonso
Úrsula Alonso y su Desmonte
Este viernes por la noche, la poeta gualeya Úrsula Alonso (identidad literaria de Rosa Soto) cerró un ciclo de presentaciones de su obra Desmonte en la Biblioteca Nacional. La semana pasada estuvo en Gualeguay y aprovechamos la oportunidad para hablar de este libro y su recorrido. Santiago Joaquín García
Hace unos días, con un marco inmejorable en la Biblioteca Carlos Mastronardi nos dimos el gusto de estar en la presentación de Desmonte. No sólo fue una jornada de literatura en el sentido más estricto, con la presentación y lectura siempre comprometida de Diana Guerscovich, sino también de ciertos cruces con la música, en la presentación de Las Taruchas. Anoche finalizó una serie de presentaciones de este libro que fue editado el año pasado en Madrid, mientras Úrsula se encontraba en una residencia artística (recomendamos la entrevista en el canal de YouTube de El Debate Pregón dedicada a Úrsula en el marco de la serie Retratos Íntimos). Le preguntamos para comenzar el diálogo por el derrotero del libro que, por el momento, se cerró este sábado:
“Las presentaciones de Desmonte conforman un enorme ciclo que empezó del otro lado del Atlántico, en Madrid, y cerró en Buenos Aires, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. La primera presentación se dio en el marco de un taller que se llamó ‘Sobre Latinoamérica’, donde trabajamos narrativas, pero también algunas obras poéticas de autores latinoamericanos -entre ellos de nuestra tierra- como Jorge Luis Borges, y de Gualeguay a Juan L. Ortiz. También abordamos a Gabriel García Márquez y a Carlos Fuentes. En ese taller hubo un espacio para el poemario que hacía muy poquito había editado en Sevilla y continuó en Estrasburgo que es una ciudad muy hermosa, conocida como ‘la ciudad de la navidad’ en Francia. Fui a dar un taller a la Casa de América Latina de Estrasburgo, y después presentamos el libro en la librería ‘Du monde entier’ también conocida como Librería Gallimard. Esa fue la segunda. Continuamos en Barcelona, en un espacio llamado Club Cronopios, casualmente por nuestro querido escritor Julio Cortázar. Esta fue una presentación más abierta, un intercambio con otros artistas, pero muy poblado y muy diverso en cuanto a exposiciones artísticas. Ahí fue muy interesante poder llevar una parte de la poesía entrerriana y argentina a un marco tan diverso y llevar un trabajo que verdaderamente tiene una nota auténtica en ese contexto. Seguimos en la Casa Argentina de Roma, donde lo expuse junto a directivos y el equipo de trabajo de la casa. Una vez que volví a la Argentina, pude presentarlo en la Feria del Libro de Buenos Aires, en el stand de la provincia de Entre Ríos. La semana pasada, estuve en la biblioteca Carlos Mastronardi de mi pueblo, de Gualeguay, con mi gente. Y la séptima presentación fue anoche en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno”.
Distanciarse de lo propio
Hablamos con ella de la dificultad que supone volcarse en un libro de poesía, en el cual ella expone parte de sus sentimientos y concepción del mundo, y después tener que hacer un trabajo de corrección sobre eso:
“Creo que tiene que ver con el distanciamiento. Para mí es muy importante darle un período de respiración al texto. Guardarlo en un cajón, que es el cajón de los manuscritos, y que quede ... que quede supeditado al tiempo y a las transformaciones que el tiempo genera en todo, no sólo en el texto, sino en quien lee y en quien escribe. Porque la que escribió una poesía en un momento y guardó todo eso como manuscrito no es la misma que tiempo después se acerca a ese manuscrito y lo reinterpreta. Creo que es clave ese tiempo de respiración que puede ser de uno, dos, tres meses, un año o lo que sea, pero cuando una se reencuentra con el texto ve en él algo que funciona o algo que no funciona. Y lo que funciona es lo que puede transformarse en otra cosa, en un libro tal vez. Y lo que no, muchas veces, queda en eso, en el cajón de los manuscritos. Y en este sentido la corrección es clave porque también nos encontramos con cosas que nos gustan, pero que no nos terminan de gustar y ahí es cuando es preciso intervenirlo al texto hasta que funcione.
Un paisaje que está y no está
Nos dejamos de preámbulos y le preguntamos, dentro de la extensión de esta nota, qué nos puede decir de su libro:
“Desmonte es un paisaje familiar, un tejido de poemas donde asistimos a lo que está y a lo que no está; a la destrucción del paisaje, pero también a la destrucción de la familia. Es un libro que habla sobre los cierres, pero con todo cierre viene una apertura, algo nuevo, algo que comienza. Y acá, si bien cae un paisaje donde la naturaleza; las luciérnagas; el campo; el cielo inmenso; los árboles y la familia; la unión; la compañía; todo eso estaba y ya no está. Y lo que queda es el desmonte, lo que queda es la soledad. Entonces, en ese sentido, toca al lector construir la significación de toda esta escena. Si genera nostalgia, dolor, bienestar, o una sensación fortuita, placentera al leer todo esto. Si genera conexión, catarsis. Eso es tarea del lector, pero en principio todo parte de lo que estaba y de lo que ya no está; y
de lo que queda, también habla de lo que queda”.
Le pedimos que convoque a su lectura:
“Invito a todo aquel que haya crecido en el campo y a todo aquel que haya crecido en torno a una gran familia que lo lea y que, quizá, se dé la posibilidad de encontrarse en esas imágenes y en esas escenas y en ese mundo emocional que atraviesa el libro porque verdaderamente, tal vez, con suerte o no lo interpele.
Algunos versos
Si bien el libro es una serie de poemas que están numerados del 1 al 30, todo el libro cuenta una historia. Le preguntamos a Úrsula por esto:
“Sí, hay precisamente una trama narrativa que se entrecruza y dialoga con la trama poética. Esto no es casual. Porque cuando estaba en el proceso de selección de poemas, y de diagramación del libro, pensé en dos relatos. El del monte que ahora es el desmonte: el de la familia que ahora es un no lugar. Y en el medio, la poesía que intenta rescatar lo que el tiempo se quiere llevar: eso que el paisaje y la familia alguna vez fue. Ahí es cuando aparece la infancia y la imagen del monte antes de que sea arrasado.
Es tal el cuidado en la elección de las palabras que, desde la dedicatoria nomás, todo tiene un sentido concreto. Desmonte está dividido en dos partes: El idioma de los clanes y El idioma de los árboles. Así comienza El idioma de los clanes:
La corteza de este árbol
conoce todas las versiones
de las mujeres que fui.
Y luego nos alerta:
antes de condenar
a las ovejas negras del mundo
debimos preguntarnos
cómo eran sus rebaños.
La nostalgia nos invade desde los primeros versos:
Yo era una guarida
donde todas las luciérnagas del mundo
querían posarse.
Hoy han pasado
tantos años;
mi hogar es un edificio
en medio del cemento.
Algunas frases nos conmueven por su belleza, como esta del poema diez:
Quien nace pájaro
en una casa de árboles
se arrancará las alas
en busca de raíces
Otras nos hacen reflexionar por el entorno que nos rodea, que tanta poesía y tan bella ha inspirado:
Muy cerca,
el impacto del filo sobre el leño
resuena en la noche
entre ladridos
y el canto
de las últimas aves.
El espacio de esta nota nos impide mayores licencias, pero esperamos que haya colaborado para que sientan ganas de encontrarse con ese bello mundo de palabras que son tan propias, pero a la vez, muchas veces no alcanzamos a escuchar. Es muy difícil hacerle justicia a un libro tan precioso.
Dónde conseguirlo
Desmonte de Úrsula Alonso fue editado por Punto Rojo Libros e impreso en España en 2022. Se puede conseguir en Gualeguay en la Librería Papelucho y en la Librería Hernández de Buenos Aires.