Espectáculos
La mamá de Fernando Báez Sosa visitó a la hija de Fernando Burlando y Barby Franco
Después de la sentencia que condenó a los asesinos de su hijo, Graciela Sosa compartió un momento junto a la pequeña Sarah, de un mes y medio
Este lunes fue un día muy movilizante para Graciela Sosa, la mamá de Fernando Báez Sosa. Después de tres largos años, finalmente se conoció la sentencia que condenó a perpetua a cinco de los ocho asesinos de su hijo. Y tanto ella como su esposo, Silvino Báez, pudieron sentir un poco de paz en medio de tanto dolor. Así las cosas, después de una jornada intensa, la mujer se tomó unos minutos para conocer a Sarah, la hija de un mes y medio de Fernando Burlando, el abogado que llevó adelante la causa, y Barby Franco. Y su imagen con la beba en brazos conmovió a todos.
“¡Hola tía Greis ! Sé que hoy fue un día muy duro pero quiero decirte que te quiero mucho y gracias por hacerme dormir. Jajaja. ¡Y me alegra poder haberte sacado una mini sonrisa hoy! Te quiero tía Greis @graciela.sosa.33. Sarah Burlando”, escribió la modelo en un posteo de su cuenta de Instagram, en la que se podía ver a la mujer sonriente mientras acunaba a la pequeña. En sus historias, en tanto, publicó otra imagen en la que se la veía de pie, hablándole cariñosamente a la beba que la miraba atentamente.
Luego de conocerse la condena a a los rugbiers que mataron a Fernando, Graciela y Silvino dieron una conferencia de prensa acompañados de su abogado. Pasadas las 18:40 de este lunes, llegaron al Hotel Days Inn, ubicado sobre la calle Belgrano al 2200, a pocos kilómetros de la sala de audiencias donde más temprano dictaron la sentencia contra los atacantes de su hijo, se mostraron “conformes” con el fallo, pero remarcaron que seguirán “luchando día a día para que quede firme” la pena.
“Sonó fuerte cuando dijo perpetua, sentí una emoción al escuchar que me dio un poco de paz en mi corazón. Sé quiénes fueron los que asesinaron a mi hijo, un poco de calma, lo esperé tres años”, comenzó Graciela al ser consultada sobre el impacto emocional de la jornada. Y agregó: “Estamos conformes y empieza una nueva etapa en nuestra vida, vamos a seguir luchando día a día para que quede firme la sentencia de estos asesinos. No es fácil ver cómo asesinan a tu hijo, a mí me costó muchísimo, no podía dormir de noche, siempre pensando en cómo mi hijo levantaba la mano implorando piedad para que no le dieran más patadas, cosa que no sucedió”.
Sobre los días venideros, la mujer expresó: “Culmina una etapa y se inicia una nueva que de a poco iremos viendo (cómo es), porque es realmente ahora que comenzaremos a hacer el duelo y tendremos que aprender a convivir con el dolor. Ahora por lo menos puedo sonreír un poco, no es fácil, pero tendremos que continuar con nuestras vidas”.
Además, se refirió a los ocho rugbiers condenados y sus sentimientos para con ellos tras la sentencia: “En mi mente lo que más mantengo es la forma en la que asesinaron a mi hijo. (Sobre el desmayo de Máximo Thomsen) Lo tomé como algo normal, me pareció que era algo actuado también, como madre. Tengo presente la imagen de cómo le daba la patada a mi hijo. No me conmovió para nada, disfrutaron al matar a mi hijo, llamándolo negro de mierda, que caducó, lo tengo muy presente en el corazón. Quizás algún día pueda perdonar, pero nunca lo voy a olvidar porque a mí me arrebataron a mi hijo. Su ausencia y nuestro dolor también son perpetuos”.
Además, se refirió a los ocho rugbiers condenados y sus sentimientos para con ellos tras la sentencia: “En mi mente lo que más mantengo es la forma en la que asesinaron a mi hijo. (Sobre el desmayo de Máximo Thomsen) Lo tomé como algo normal, me pareció que era algo actuado también, como madre. Tengo presente la imagen de cómo le daba la patada a mi hijo. No me conmovió para nada, disfrutaron al matar a mi hijo, llamándolo negro de mierda, que caducó, lo tengo muy presente en el corazón. Quizás algún día pueda perdonar, pero nunca lo voy a olvidar porque a mí me arrebataron a mi hijo. Su ausencia y nuestro dolor también son perpetuos”.
“Creo que en algún momento algo tendré que hacer con todas sus cosas, porque Fer no va a volver nunca. Muchas veces saco su ropa, la lavo y la vuelvo a poner en su lugar. Muchas veces voy al cementerio, toco ese mármol y tengo ganas de llevármelo un ratito a casa, pero eso no va a pasar”, agregó la mujer, visiblemente conmovida.