ESPECTÁCULOS
Nico Vázquez y su increíble transformación para hacer Tootsie: “En 40 segundos tengo que pasar de hombre a mujer”
En la obra que estrena en Calle Corrientes, se pondrá en la piel del personaje que interpretó Dustin Hoffman en la película. Para eso, debió bajar de peso y practicar durante seis meses en su vida cotidiana. Además, en esta charla intima con Teleshow, cuenta cómo es el desafío de producir en Argentina
Apenas surgió la idea de producir y protagonizar Tootsie, Nico Vázquez se fue a su casa, se subió sobre un par de tacos y caminó por todos los ambientes. Necesitaba comprobar cómo era vivir como una mujer, al menos cómo era estar en sus zapatos. Y este primer experimento dio paso a una prueba de maquillaje, a un entrenamiento vocal, a una exigente rutina para cambiar su físico y a un período de observación hacia las mujeres, para saber cómo piensan, caminan y se expresan.
Y así, el engranaje comenzó a tomar forma: ensayos, pasadas y la puesta en marcha final de una maquinaria que ya augura un éxito. Porque esta noche sube al teatro Lola Membrives la adaptación de la película que interpretó Dustin Hoffman en 1982, y antes de que se levante el telón, ya llevan más de 10 funciones completamente vendidas.
“Te diría que es el personaje más hermoso que me tocó interpretar”, cuenta el actor en una extensa charla con Teleshow. En la comedia, Vázquez asume dos personajes, a los que entra y sale en cuestión de segundos, y eso demanda un desafío mayor. Tootsie cuenta la historia de un actor de mal carácter (el personaje se llamará Santiago, como el hermano de Nico fallecido en 2016)) que lleva años sin ser contratado y, desesperado por reunir dinero para montar una obra de teatro, decide vestirse de mujer y audicionar para obtener un papel en una telenovela. Para su sorpresa, queda elegido y la producción se convierte en un éxito, por lo que debe conservar su doble identidad (a la que bautiza como Dorita Sánchez).
Todo cambia cuando se enamora de su compañera de elenco, interpretada por Julieta Nair Calvo (rol que en el filme estuvo a cargo de Jessica Lange), y tendrá que decidir entre seguir con la farsa o darle luz verde a sus sentimientos. Vázquez asegura que la obra no perdió vigencia aunque tenga más de 40 años y que algunas situaciones fueron adaptadas al tiempo actual.
Dirigidos por Mariano Demaría, la puesta promete una escenografía deslumbrante y ya cuelga un telón rojo con 82.654 lentejuelas bordadas que da la bienvenida y adelanta lo que vendrá.
—Se viene Tootsie, ¿con qué nos vamos a encontrar?
—Con una comedia de mucha risa y con una historia de amor espectacular, muy fiel a la película. Obviamente, con una puesta a nivel Broadway. Estoy muy, muy feliz con lo que creo que va a suceder, muy orgulloso. Todo lo que viste en la película no te va a faltar. Y después hay sorpresas, porque obviamente, el teatro es distinto al cine. Vos en el cine cortás, al actor lo maquillan cuatro horas, acá en 40 segundos tengo que pasar de hombre a mujer, tengo 19 cambios de vestuario y maquillaje, hay tremendos cambios de escenografía, no sé, unos 20. Entonces, la dirección de Mariano se basó en eso, en no perder nada de la esencia de la peli y, obviamente, yo creo que tiene un poquito más potenciada la comedia porque el teatro te permite eso, estás como más a flor de piel, más vivo.
—Contame un poco de la transformación que hiciste para este personaje.
—Sí, una cuestión de que el personaje lo requería. Para empezar hay que cambiar de género, por lo cual tenía que encontrarme con un montón de cosas, acercarme mucho a la mujer, ¿no? Así que empecé trabajando mucho en casa, como seis meses antes, todo lo que tenía que ver con las formas de cómo sentarse, caminar, hablar. Después hice un cambio físico muy grande. Yo soy de una estructura bastante grande, mido 1,83.
—Estás muy flaco.
—Bajé 5 kilos con Daniel Cajarabilla, que es un entrenador que yo vengo laburando todo lo contrario de eso. Por ahí estar, como bien marcado. Desapareció el brazo, desapareció la bolita que yo tenía marcada siempre, mis hombros, empezamos a achicar un poco todo lo que era la cintura. Eso me requirió un cambio bastante fuerte, físico y aeróbico. La voz mixta con Vir Módica, que es la directora vocal, fue para mí fundamental. Empecé mucho tiempo antes solo y el primer día que se lo mostré, me dijo: “Sí, es esto”. “Listo, ¿Cómo hacer para poder mantenerla durante tanto tiempo sin lastimarme?”. El maquillaje me ayudó muchísimo a encontrarme con esa belleza que tiene que tener el personaje femenino.
—¿Cuántas horas te lleva meterte dentro del personaje en cada función?
—Ahora es más inmediato porque vengo laburando hace muchos meses. Al principio me costaba más entrar. Cuando iba a un ensayo decía: “¡Ay, la voz se me fue! No la encontré”. Ahora vengo hace tantos meses laburando, fueron seis meses realmente de mucho laburo y un mes y medio ensayando con mis compañeros, que ya lo tengo que tener muy así, porque sucede en la obra que paso de hombre a mujer en un segundo. Me transforman en 40 segundos, me cambio 19 veces y por ahí, hablo como hombre y mujer cinco veces en la escena que tengo con Diego Hodara. Entonces, tiene que aparecer la voz de hombre y la voz de mujer. Creo que el laburo ahí se nota.
—Lo tenés que mecanizar…
—Bueno, ahí está el director, que es el que me dice “esto sí, esto no, guarda, pasó esto”. A veces cuando se me va la postura, que realmente requiere de mucha concentración, porque la mujer se para mucho más recta y tiene otra forma de caminar, y el taco te mata. Dame la mano: te admiro muchísimo, a vos y a todas las mujeres (Risas). Estoy muy atento a eso. Es maravilloso lo que me está pasando a nivel personal también con el personaje. Es muy hermoso lo que encontré.
—Un desafío en tu carrera.
—Lejos, y creo que hasta ahora sin haberlo probado con el público, te diría que es el personaje más hermoso que me tocó interpretar, porque tiene ese doblez de ser hombre por un momento, mujer por otro momento y encontrarse con esta historia maravillosa.
Con su sello
De un tiempo a esta parte, Nico también es el productor de sus obras. Con Del otro lado de la cama y Una semana nada más el público acompañó, tanto en la calle Corrientes como en sus repetidas giras en todo el país. Para Tootsie se asoció con RGB y con Preludio Producciones. “Me gustó demasiado este rol, a un nivel que quiero darme el lujo de volver a producir algo o dirigir, donde yo no esté arriba, donde pueda disfrutar solo de eso y no estar en el escenario al mismo tiempo, porque todo junto realmente requiere mucho tiempo y me quema”, explica.
—Debe ser difícil también bajarte del protagónico porque la gente te quiere y siempre hacés éxitos. ¿Crees que llegará el día que dejes la actuación o combinarías una etapa de cada rol?
—A veces me lo pregunto y sí, una cosa es decirlo, otra cosa es hacerlo. La actuación para mí es energía, subirme a un escenario es amor, agradecimiento. Me costó mucho llegar hasta donde estoy hoy, entonces, cada vez que me subo a un escenario, lo disfruto y me encuentro también con ese niño que hacía las imitaciones en la casa de mi abuela y mi abuelo Anselmo. No hay día que llegue al teatro y no mire la marquesina y me dé cuenta dónde estoy. Entonces, cuando lo haga, quiero hacerlo porque necesito descansar para tomarme vacaciones. De verdad, extraño mucho la risa, la energía. Es algo que a mí me hace muy bien, a mi persona. Entonces, lo veo difícil, pero sí tengo ganas de encarar algún proyecto donde solamente pueda ocuparme de producir y dirigir a otros actores para poner la lupa en eso y no siempre en mí, dejar un poco mi ego de lado.
—Esta temporada habrá mucha competencia en calle Corrientes. Están todas las salas llenas y estrenan tanques con mucha inversión. ¿Cómo te llevás con eso? ¿Sos de mirar al de al lado?
—A mí no me gusta la palabra competencia, entiendo desde qué lado lo decís porque es verdad, cuando salimos a trabajar inevitablemente el medio, la taquilla, te lleva a esa palabra. Pero no tiene que ser competencia, tiene que ser: hay mucho teatro, hay mucha diversidad, hay muchas propuestas. A mí me pone muy feliz. Me pone mal cuando un espectáculo empieza y termina rápido o cuando un actor me para en la puerta para decirme: “Che, necesito laburar, la próxima vez teneme en cuenta”.
—¿Te pasa muy seguido?
—Obvio, y más ahora. Empiezo a entender a muchos amigos que admiro, siempre lo pongo en la lista primero a Adrián Suar, le pasa a Gustavo (Yankelevich) también, pero los cupos son pocos. Entonces a veces, a ese actor le digo: “Perdoname, lo que pasa es que justo cuando audicionaron ahora ya estaba medio el ensamble armado pero quedate tranquilo que te voy a tener en cuenta para lo que viene”, porque yo estuve de ese lado. Y eso es lo que cuenta Tootsie, el personaje que va a los casting, no queda, no queda y es tanta la desesperación que se termina vistiendo de mujer, imaginate. Entonces, eso sí, me está pasando y por eso está bueno que haya tanta propuesta, tanto teatro.
—¿Y cómo es producir acá en argentina con los costos? Vos siempre apostás.
—No es fácil, pero es hermoso porque genera mucho trabajo, porque genera mucha felicidad a muchas familias, acá somos 80/90 familias, pero no te voy a mentir, no es fácil o sea una obra que empezamos a producir hace nueve meses de preproducción y en siete meses empezamos a saber cómo iba a ser la escenografía. Yo no tenía duda de lo que había que hacer. Empecemos a congelar, saquemos plata de donde sea y empecemos a congelar, porque esto en tres meses va a salir mucho más y no sabemos dónde vamos a estar parados. Entonces hay una cosa inmediata también que uno necesita, de poder no dormirse porque lo que vale hoy una cosa, mañana vale otra cosa y es lógico.
—¿Te angustia eso? ¿Te tiene alerta?
—Me preocupa, me angustia, pero bueno, hoy también es lo que nos toca enfrentar y hace mucho que venimos con esto, ¿no? Hace muchos años que venimos con esto y es algo que ojalá que en algún momento podamos manejarlo porque también eso nos quita a nosotros como productores la posibilidad también de darle al público una entrada lógica, yo lo sigo haciendo, por suerte. Vos vas a tener una entrada que el espectáculo debería valer más y yo trato de... Y lo hablamos con Gustavo (Yankelevich) y yo sé que vale ponele, dos lucas más, pero dejémoslo acá. Y arriba yo sé que debería valer pero dame lo más económico, ¿qué es lo más que podemos hacer de margen para para que el teatro siga siendo popular? Porque el teatro tiene que ser popular, porque el teatro nació siendo popular hace miles de años, que no sea algo elitista. Y por suerte en mis espectáculos sucede, viene gente que nunca vio teatro y tenés todas las clases en una sala viendo mis espectáculos. Y yo quiero que suceda eso en todos los espectáculos.
—Estás full teatro desde hace varios años, pero ¿no te tienda producir algo para plataformas, usar las nuevas alternativas para hacer ficción?
—Vengo laburando hace unos años en algo que viene medio retrasado, que ojalá en algún momento salga. No actúo, ahí hago producción y estoy muy contento porque cada vez falta menos para poder mostrarlo y que suceda. Pero bueno, aprendí que hay tiempos, no me quita el sueño. Yo soy un tipo que disfruto mucho de la aquí ahora y a veces hasta me olvido que eso está en camino. Y gracias a Dios, no me gusta abarcar todo, me gusta ir un pasito a pasito.