Gualeyos por el Mundo
Leila Farías: Un viaje al mundo medieval 1ª parte
La arquitecta Leila Farías comparte con nosotros una visita al Castillo Condal dentro de la ciudad de Cacasona. Leila tuvo oportunidad de conocer estas reliquias históricas arquitectónicas cuando realizó un intercambio a Montpellier, Francia, mientras cursaba sus estudios universitarios.
“Cuando cursaba la facultad de arquitectura me fui de intercambio a Montpellier, Francia. Es una ciudad que tiene su casco histórico donde se puede descubrir su patrimonio arquitectónico que data desde la Edad Media. Mompellier, además de tener lo típico de Francia como ser la boulangerie, las boutiques, los vinos, tiene el barrio Antigone diseñado por el arquitecto Ricardo Bofill, el gran jardín de plantas, la Peyrou con el acueducto y un paisaje costero maravilloso.
En el École National Superieure d’Architecture de Montpellier (ENSAM), donde estudiaba, conocí a mis amigos ERASMUS, así llamado el programa de gestión que facilita la movilidad académica entre estudiantes de la unión Europea. De vez en cuando hacíamos algún viaje cerca de la ciudad como ser Nîmes, Marcella y un fin de semana fuimos a conocer el Castillo Condal. El mismo está ubicado en la famosa “Cité”, ciudad fortificada, de la ciudad de Carcasona. Fue construido en el siglo XII por los Trencavel, vizcondes de Carcassonne, una familia muy poderosa del sur de Francia. Y fue restaurado, junto a la Cité, en el siglo XIX por el arquitecto Viollet-le-Duc gracias a una campaña para conservar la ciudad y el monumento histórico.
Viajamos en tren hasta la ciudad de Carcasona y allí disfrutamos de la misma, de la ciudad medieval y del castillo Condal. Cuando llegamos a la ciudad caminamos un poco, visitamos durante el día la Catedral San Miguel de Carcassonne, la iglesia San Vicente, el museo de Bellas Artes y el museo de la ciudad. Al día siguiente nos dirigimos hacia el sureste de la ciudad de Carcasona, cruzamos el río Aude y comenzamos a ver a lo lejos la ciudad medieval, un conjunto arquitectónico patrimonial de un valor excepcional, rodeada por dos murallas defensivas de dos a tres metros de espesor, una del siglo IV de 1287m y la otra del siglo XIII de 1672m de piedra almohadillada, y cuenta con cincuenta y dos torres de distintos tipos y dimensiones. Es considerada una de las mayores fortalezas de Europa por su arte militar y su conservación. El acceso es libre y gratuito; tiene cuatro ingresos, los más importantes son La Porte de l’Aude y La Porte Narbonnaise. Nosotros entramos por la puerta L’Aude y caminamos por las lizas, el espacio entre las dos murallas. También recorrimos las murallas desde arriba. Desde allí se podía contemplar las hermosas vistas de la región y podíamos observar al lado nuestro las almenas y merlones; cada almena posee una altura que cubre mínimamente la cintura de una persona y cada merlón, bastante más arriba, llega a cubrir la figura humana. Y allí mismo conocimos las torres, de diferentes épocas, las galorromanas se distinguían de las demás por su forma de herradura y techo plano”.
(continuará)