Leila Farías: Un viaje al mundo medieval 2ª parte

 Esa entrega cerraba diciendo: “Allí mismo conocimos las torres, de diferentes épocas, las galorromanas se distinguían de las demás por su forma de herradura y techo plano”. Hoy compartimos la segunda parte de estas ricas descripciones.

“Y por supuesto visitamos el gran teatro de la ciudad Jean Deschamps y la Basílica de San Nazario de rasgos góticos y otros romanos. También paseamos por las pequeñas y angostas calles pavimentadas de la Cité y por las plazas, las cuales te transportaban a un ambiente medieval. En el castillo conocimos las vallas, la entrada, la barbacana, el interior de las torres, el foso y el museo ¡Fue increíble! El monumento es una fortaleza dentro de otra fortaleza, da testimonio de lo que fue la arquitectura militar de hace aproximadamente mil años atrás. En el ingreso nos encontramos con una barbacana con un camino de ronda, que era la defensa de la entrada, después el puente con el foso, y al final la puerta de entrada enmarcada por un par de torres gemelas y una muralla con un matacán de madera, que es una galería colocada en lo alto de la muralla que reforzaba el sistema de defensa durante los asedios; a la madera se la recubría con pieles húmedas de animales para evitar los incendios. 

Una vez que ingresamos, llegamos a un patio rectangular donde vimos que el castillo estaba constituido por dos cuerpos, formando una «L» y dominado por una atalaya, la torre Pinte, que es la más alta de toda la ciudad. Adentro del monumento se encontraba el museo y allí vimos una proyección de imágenes relacionadas con la historia del castillo, luego la maqueta de la Cité que era enorme, ocupaba todo un recinto, después hicimos un recorrido por la muralla y al final fuimos a un lugar dentro del castillo para comprar recuerdos. 

Existe una leyenda que hace referencia al origen del nombre de Carcasona, se remonta a los tiempos de la ocupación musulmana y del emperador Carlomagno a principios del siglo VIII. Se dice que el ejército de Carlomagno emprendió un asedio a la fortificación que duro unos cinco años. Al frente de quienes defendían se encontraba la Dama Carcas. En el último tiempo, en la ciudad comenzaron a escasear el agua y la comida entonces la Dama Carcas ordenó que se lanzara un cerdo cebado con trigo desde la torre más alta, siendo estos los últimos víveres. El ejército de Carlomagno al ver ese espectáculo interpretaron que los habitantes tenían abundantes víveres por lo que consideraron inútil seguir con el ataque y se retiraron. Ante el fin del asedio, Carcas ordenó sonar todas las campanas de la ciudad para festejar y uno de los hombres de Carlomagno se dio vuelta y dijo “¡Carcas sona!” 

Este sitio fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1997 por lo tanto es un preciado lugar para ir a conocer y, si tienen la oportunidad de estar cerca de allí, no duden en visitarlo”.

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