18 de Septiembre, Día del Ordenanza

Durante nuestra etapa de alumno de la primaria era “la/el portera/o”, mantenían la escuela impecablemente limpia. Hallaban todo lo que perdíamos en los recreos u olvidábamos en el estante de abajo del pupitre.

En este marco dialogamos con Diamela Pumini y Juan Alberto Cosso, para que nos comenten sus sensaciones, anécdotas. Ambos ordenanzas del Colegio San José, quienes comparten y compartían sus tareas con “Cacho”, Alejandro y Miriam. 

Diamela, hace aproximadamente cinco años que está trabajando por la mañana, en la escuela secundaria del Colegio San José. Arranca su jornada a las 6.30 y finaliza a las 12.30hs. “Mi primer día en el 2018, fue con un poco de miedo, nerviosa pero feliz porque era un trabajo, más que era en el colegio, que esta la iglesia, cuando comencé arranque por ahí no sabia como manejarme pero los que estaban anteriormente me fueron guiando”

“En el interior de la escuela pasa de todo, llegamos y tenemos que preparar la parte del secundario, recibir los chicos, después hacemos limpieza de patio, veredas, miramos a los profes en los recreos, si tienen agua, mate, le preparamos café. Las horas se nos pasan rápido porque siempre hay trabajos para hacer, somos compañeros siempre nos estamos ayudando el uno al otro”, continuaba. 

En otro párrafo Diamela contaba “Cuando arranque en el 2018 estaban Cacho y Juan que ahora está jubilado, pero me ayudó mucho, nos enseñó el tema de las llaves, que ahora lo hace Cacho, ellos vienen a las 6” 

Y ante esto es que fuimos en busca de la palabra de Juan Alberto Cosso, quien trabajo 32 años, fue uno de los primeros ordenanzas del Colegio y desde hace cuatro meses disfruta de su jubilación. 

“Cuando comencé me costo un poco, pero me fui  adaptando, les fui agarrando cariño a las personas y en definitiva termino siendo mi segunda casa, hasta el día de hoy que aun jubilado no puedo olvidarme del colegio y cada tanto por ahí me doy una vueltita”, contaba. 

Y proseguía “yo entre en el tiempo cuando las hermanas religiosas San José entregaron el colegio al obispado de Gualeguaychú y quien quedo a cargo en 1990 fue el Padre Pancho, como yo ya estaba en la parroquia, él es quien me habla a mí para que le diera una mano, abra la escuela, la cierre. Se arrancaba todo de cero, directivos y todo. Asique comencé siendo multiuso, cubriendo todas las necesidades e imprevistos que se necesiten, incluso hasta el día que me jubile, dando solución rápida a las cosas que surgían y que no podían tardar mucho mas”

En otro punto, Juan recordaba “arranque con Mercedes Ramos quien ya falleció, a quien le debo mucho porque ella fue quien me enseño, porque aunque esto parezca una cosa simple, hay que aprender a limpiar a barrer, no es que se arranca por cualquier lugar”

“Tengo muy lindos recuerdos de los chicos, muchos de ellos al ingresar corrían a darme un beso, el cariño de los chicos queda muy adentro y lo voy a llevar siempre en mis recuerdos. Lo más lindo nos llevamos de los lugares de trabajo es el cariño de alumnos, padres, directivos”, sostenía Juan con respecto a sus recuerdos.

Y agregaba “en mi paso por el Colegio me han tocado directivos buenos y estrictos, porque si vos queres que la cosa funcionen bien, tenes que tener una persona que sepa conducir, que tenga cierto carácter, porque sino se desbanda todo, entonces uno se acostumbra”

“El día antes de irme, yo sabía que era mi último día, que venía una nueva etapa, manejar el tiempo, uno se acostumbra a ver gente todo el día y saber que ya no la vas a ver. Y hoy cada vez que paso por la puerta se que ya no pertenezco, y recuerdo todo con mucha nostalgia, pero siempre estaré muy agradecido a toda la gente, el cariño, los saludos”, culminaba.