Pbro. Jorge H Leiva
Agradecimiento y partida
A la Trinidad por el don de la vida, de la fe y del sacerdocio ministerial para el que fui elegido sin mérito de mi parte. Agradezco a la Virgen que me cuidó y me envió. Al conjunto del pueblo de Gualeguay que con tanto cariño me recibió y me acompañó en mis tareas de la caridad pastoral, sobre todo en los momentos difíciles. Al señor obispo que me confirmó en este lugar durante todos estos años y que ahora me confía otra parroquia. A los hermanos presbíteros con quienes ejercimos el ministerio en Gualeguay: los que ya no están porque partieron a la casa del Cielo (como los padres Viviani y Magnano), los que ya no están porque partieron a otras misiones y los que están en esta ciudad: los padres Carlos y Exequiel (éstos son muy misericordiosos conmigo). A los agentes pastorales de San Antonio y de las tres parroquias con quienes hemos tratado de vivir la comunión y la participación para la misión. Quiero agradecer a la música y a los músicos de Gualeguay con quienes hemos compartido horas de vuelo en la liturgia y en las guitarreadas. Quiero mencionar de modo especial a los pobres débiles y sufrientes de estas comunidades que me dieron ejemplo de paciencia en la identificación con el Hijo Abandonado. Agradezco a San Antonio que me ayudó a guardar las palabras de Jesús, a conocer y respetar el camino de esta parroquia dos veces centenario. En este lugar viví la dedicación del templo, el año de San José propuesto por el papa Francisco y en él recibí el don de la paternidad del custodio del Redentor para crecer en mi paternidad espiritual. En este lugar con ustedes viví también el año vocacional propuesto por el señor obispo para rezar por las vocaciones y promover la “cultura vocacional” en general y la vida sacerdotal sobre todo en las nuevas generaciones en particular. Por supuesto quiero pedir perdón porque en muchísimas oportunidades no estuve a la altura de las circunstancias por falta de fe, esperanza y caridad. Y si hay un favor que puedo pedirles es que no dejen de rezar por los sacerdotes de la diócesis y de todo el mundo, por la evangelización de todos los pueblos y la salvación de todas las almas.
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Padre Jorge Leiva:
“El Debate Pregón” lo despide con mucho afecto y agradecimiento por confiar en nosotros su columna semanal, una forma más de llegar a nuestros lectores con la palabra del Señor y oportunas reflexiones y consejos. Sin lugar a dudas que la comunidad lo va a extrañar, se ha ganado un lugar importante en la vida de este pueblo por su sapiencia y sencillez, por su compañía en los momentos difíciles y los felices.
¡Le damos gracias al Señor por haberle permitido compartir estos años con nosotros! ¡Gracias por su apostolado! Le deseamos la mejor misión en el destino que le han asignado.