Aldana Giménez de Benítez “Me siento dichosa y afortunada de ser mamá de tres maravillosas personitas”

 Hace 14 años me convertí en mamá por primera vez de Santiago, con él cambio mi mirada de la vida desde otra perspectiva, otras prioridades, miedos, virtudes que desconocía. A los tres años y medio llego Fausto, hoy con 10 años, con el descubrí como se podía amar con la misma intensidad a otra personita. Por mucho tiempo buscamos y esperamos un tercer hijo, pero no llegaba. Como familia somos muy devotos del Divino Niño Jesús quien ha hecho innumerables milagros en nuestras vidas; nuestros hijos siempre le pedían un hermanito. Luego de ocho años empotramos una imagen de él en el jardín de nuestra casa en agradecimiento por los favores concedidos y al mes él nos volvió a regalar el milagro de la vida, nos enteramos que llegaría Ítalo, hoy con dos añitos. Como mamá fue un volver a empezar, me sentía mamá primeriza, pero los hermanitos y el papá siempre estuvieron ahí para cuidarnos y ayudarme en todo.

Ser mamá de tres varones es sentirme una reina, son muy cariñosos; los más grandes me cuentan todo lo que les pasa, como se sienten, me encanta que puedan confiar en mí, trato de estar en todo lo que necesitan; tenemos esa complicidad única imposible de describir… Y el chiquitín, ni hablar, nos tiene locos de amor a todos.