NOTA CLARA
Aldo Riquelme - Hablemos de Educación
Volvimos a estar con el profesor Aldo Riquelme para hablar de educación. Intentamos volver a observar el significado como conquista social desde el nivel inicial al secundario. Pretende incorporarla a un gran Pacto Social. El mismo Riquelme se convence de que la Escuela desnuda problemas nuevos y muchas veces se la carga con la responsabilidad de poderlo todo y solucionarlo.
¿Se discute o se posiciona la educación pública?
-Veo que el resultado de un nuevo panorama político puso en entredichos una conquista que realmente ha sido significativa para los argentinos. Con esto me refiero a la cuestión de la educación pública, que creo que a pesar de sus deficiencias sigue siendo la única reserva moral y cultural que no tiene una intromisión de la política.
¿Justo ahora?
-Sí. Claro que sí, que cada gobierno le imprime algo de su mirada, pero en sí, la educación o mejor dicho el sistema educativo sigue siendo un proceso por el cual se asegura a distintos sectores de la sociedad tener acceso a la cultura, aprender valores como el respeto, el trabajo en equipo, la libertad y autonomía, el poder aprender el ejercicio de ciudadanía, ejercerla y proyectarse para participar activa o pasivamente de la realidad sociopolítica del país.
-Yo creo que estamos entrando en una discusión extemporánea, una discusión que no pasa por el poder que tiene y puede tener la escuela, sino por mirar cuánto es el gasto que genera. Eso es peligroso porque aparecen los que creen que el problema se resuelve desde afuera de la educación pública, sea escuela o universidad pública. Los problemas de la escuela se resuelven en recuperar un gran pacto social para revisar los defectos y virtudes, revisando y reconfigurando los primeros, sosteniendo y reforzando los segundos. Entonces mirar solo desde afuera para criticar es desconocer lo que se hace cada día desde el trabajo docente, cuyo esfuerzo es enorme; pues son los que sostienen el sistema funcionando, lo cual quedo demostrado en pandemia.
Cuesta ponerse de acuerdo o acordar sobre el sistema educativo, ¿cómo lo define?
-Claro, yo digo un gran pacto social porque la familia, en la forma que sea, o los adultos que acompañamos a nuestras niñas y niños, adolescentes y adultos escolarizados, debemos pensar en los problemas de la sociedad, detectarlos y considerarlos como tales, para luego enfrentarlos, trabajarlos y resolverlos en un trabajo articulado. Ese es el desafío de la sociedad, pero también lo es desde el mismo Estado, sea la nación, la provincia o el municipio. La escuela no puede sola, esto está claro, ya que muchos de los problemas que suceden socialmente repercuten en la escuela, lo cual hace que los docentes no tengamos herramientas para resolverlos solos.Hay que recordar que estamos formados para enseñar y apenas informados para atender muchas cuestiones que hoy atraviesan a gurisas y gurises de nuestra ciudad, nuestra provincia o del país.
¿Excede lo educativo, por lo que describe?
-Uno de esos problemas pasa por la alfabetización que es un desafío a recuperar, y digo recuperar porque tanto en las crisis del 2001 a 2003 como la pandemia, dinamitaron algunas formas. En cada caso debimos esperar un tiempo, buscar estrategias y recuperar algunos índices. Creo que el camino es lento, pero se están haciendo cosas. Por otro lado, creo que los usos de dispositivos móviles también generan un enorme problema porque los contenidos que se ofrecen tienen un alto nivel adictivo. Creo que sería primordial reconocer los riesgos de no educar sobre el uso y compartir estrategias entre la escuela y la casa. Sin el apoyo de las familias, es dificilísimo poder entender lo que está pasando, pero no por el artefacto sino por contenidos como los juegos de casino o ciertos programas y aplicaciones que obligan a estar siempre buscando algo más. Esto está tratado por algunos neurocientíficos.
Lo último: una expresión de deseo o lo que imagine…
-Juntar experiencias de gobierno y gestión escolar hubiese sido esencial para mirar, pensar, recuperar lo bueno y evaluar juntos las falencias; sin embargo, creo que eso no sucedió, al menos no tuvimos la posibilidad de dar nuestro punto de vista al irnos. Y eso es visto también como un problema porque actuamos en bloques, como si no pudiésemos establecer un diálogo respetuoso, democrático, desde las diferencias, claro; pero diálogo al fin. Igual tengo y deposito una profunda esperanza en que hay buena voluntad para trabajar en pos de la educación pública, sea desde el nivel que sea.
-Yo miro hoy la escuela desde las escuelas que trabajo, llevo 23 años en el sistema educativo y creo que, si bien hoy hay problemas nuevos, siempre ha tocado cargar a la educación con la responsabilidad de poderlo todo, de solucionar todo. Si bien creo que los docentes hacen, hacemos, un trabajo consciente, también es cierto, repito, que se necesita entender que, si los gobiernos no sostienen la educación pública, es difícil que una sociedad empobrecida pueda aspirar a insertarse socialmente, o si no se mejoran algunas condiciones estructurales, abandonadas en el último tiempo, es difícil aspirar a una mejor calidad educativa. Creo que hay que atender a rediscutir la escuela, pero sin abandonar ni renunciar a un logro del cual la Argentina está orgullosa.Por un lado, la escuela que instaló el estado como elemento de la cultura nacional, como promotora de saberes necesarios para la vida política y democrática o de proyección a estudios superiores, pero también hay que entender que fue una conquista social que la escuela desde el nivel inicial al secundario sea pública y llegue a tantos lugares. Y para eso estado y sociedad fueron pactando; hoy es necesario volver a pactar y defender el último bastión de cultural popular que nos queda.