Por Diego Larrosa De Zán
Amoníaco: ¿Qué es? ¿Para qué se utiliza?
Viernes 19 de noviembre del año 2021, alrededor de las 10:00 am comenzaba, quizás, la desgracia industrial más significativa de nuestra ciudad.
Con humo, llamas, desesperación y desconcierto iniciaba esta tragedia que lentamente con el paso de las horas se veía apaciguada por el inquebrantable heroísmo de nuestro cuerpo de bomberos voluntarios en cooperación con sus camaradas de la provincia de Entre Ríos y Buenos Aires. Mientras las imágenes y videos llegaban a los medios de comunicación e inundaban las redes sociales, pronto se empezó a nombrar el Amoníaco. Quienes trabajan o trabajaron alguna vez en esta empresa sabemos qué es dicho químico y porqué las industrias lo utilizan.
En su forma natural, el amoníaco es un gas incoloro y está compuesto por una parte de nitrógeno (N) y tres partes de hidrógeno (H3). Es producido por la naturaleza en el proceso de descomposición de materia orgánica (plantas, animales, bacterias, desechos de animales) y se puede encontrar en el aire, el suelo, el agua e incluso hasta en nuestro cuerpo; también es una fuente primordial de nitrógeno para las plantas y los animales. Aunque se encuentra en el ambiente, también es fabricado industrialmente por el hombre; de hecho, según la Agencia para Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades de los Estados Unidos (ATSDR), la producción anual de amoníaco por la humanidad es casi la misma que la de la naturaleza.
El amoníaco es ampliamente utilizado en diversos productos. Aunque su uso más común es en la industria agrícola (90%) también se emplea en el sector textil, plástico, refrigerante, belleza, entre otros usos más particulares. Al respirarlo aumenta la presión sanguínea y puede provocar la muerte, lo mismo sucede bebiendo solución acuosa concentrada, los ojos son muy sensibles al amoníaco y quema la piel.
Refrigeración: en la industria es común encontrar el amoníaco anhidro (gaseoso) en un nivel de pureza del 99% y prácticamente sin agua. Permite alcanzar temperaturas de hasta -70°C mediante sistemas de compresión de varias etapas, por eso, se suele utilizar en plantas de refrigeración de complejidad relativa, absorbiendo cantidades importantes de calor en el entorno, además, es el método más económico y con mejor rendimiento energético en el mercado. Su uso se popularizó en la industria alimentaria para mantener a temperatura baja productos como carne, pescados, fruta, vegetales, leche, queso, bebidas, helados, entre otros. El amoníaco es tan necesario en la cadena de la producción alimentaria que probablemente muchos de los artículos comercializados estuvieron almacenados en lugares que utilizan este componente para la refrigeración. Más adelante se empezó a emplear para climatización industrial y aire acondicionado, especialmente en hospitales, hoteles, aeropuertos y demás, pero siempre usando cantidades limitadas por cuestiones de seguridad.
¿Es inflamable?
A pesar de ser clasificado como un gas no inflamable, el amoníaco, puede arder bajo ciertas concentraciones y el riesgo de fuego aumenta en presencia de materiales combustibles. La producción de sales de amonio se conocía en Egipto desde el siglo IV A.C.
Haciendo un paréntesis respecto a la tecnología en la industria, las empresas intentan mejorar la producción mediante los avances tecnológicos; el proletariado de siglos anteriores y parte de este siglo sufrió las consecuencias por no tener un progreso de los mismos. Mediante esta búsqueda de mejorar las condiciones para la mano de obra, tal vez se ha perdido un poco la cultura del trabajo. Máquinas que facilitan la tarea del hombre y otras que lo suplantan ¿Tenemos que vivenciar ser suplantados por una máquina para darle valor al trabajo? ¿Hasta dónde vamos a permitir que la tecnología suplante al hombre laboralmente?