Gualeyos por el Mundo
Angelina Razetto, desde México
Gualeyos por el Mundo en tiempos del coronavirus
Tomamos contacto con Angelina Razetto quien reside con su esposo y sus hijos en México DF y que en este último mes se han trasladado a Playa del Carmen desde donde siguen trabajando y estudiando. Es sabido que México vive la pandemia de una forma diferente a muchos países, con más libertad de decisión en cuanto a las precauciones, aunque con muchos contagios y muertes. Una forma distinta y audaz de enfrenarse al nuevo virus.
Soy Angelina Razetto, tengo 34 años, soy cocinera profesional, organizadora de eventos y casi casi licenciada en Relaciones Publicas y Comunicación, productora de moda y creadora de contenido digital. En diciembre van a hacer dos años que vivo en México, junto a mi marido y mis hijos.
Si bien aquí nunca hubo medidas drásticas, nosotros un poco guiándonos por las medidas que se estaban tomando en Argentina, decidimos quedarnos en casa desde mediados de marzo. Unos 15 días después cerraron negocios y quedaron abiertos sólo los de primera necesidad, y unos cuantos mas no tan `indispensables´, pero uno siempre tuvo la opción de salir sin problemas e ir donde quisiera sin tener que dar explicaciones a nadie.
En este país, con 140 millones de habitantes y donde más del 30% trabaja de manera informal, nunca fue una opción tomar medidas drásticas, ni parar completamente la economía.
Hace un mes y medio aproximadamente que los casos nuevos por día se mantienen más o menos estables y que las víctimas fatales han disminuido, con más camas disponibles en los hospitales, por lo que en julio se decidió abrir de manera paulatina los negocios, restaurantes, cines, centros comerciales y todo lo que se imaginen, con menor capacidad, pero de manera que el país comenzara a marchar nuevamente y donde todos comenzáramos a adaptarnos a esta `nueva normalidad´.
Hace un mes decidimos hacer un cambio radical a nuestra rutina y dejar la ciudad de Mexico para irnos a vivir a la playa por un tiempo, (estamos en Playa del Carmen a 60 km de Cancún), en busca de estar en contacto con la naturaleza, con lo simple y claro.
De esta forma buscamos transformar esta crisis en una experiencia que probablemente jamás podamos repetir, con nuestros hijos en homeschooling, mi marido y yo trabajando online, sería la única vez que podríamos hacer algo así.
Aun no hay una fecha de la vuelta presencial a los colegios y ya varias empresas les comunicaron a sus empleados que nunca más se va a volver a tener la ocupación en las oficinas que se tenía hasta antes del Covid. Se aseguraron de que sus empleados pudieran llevarse desde su computadora, hasta su silla ergonómica a su casa para estar un largo tiempo trabajando desde allí. Para sorpresa de muchos, el resultado de las empresas en esta modalidad ha sido increíble, con un gran rendimiento por parte de los empleados que trabajaron aún más desde sus casas que lo que lo hacían yendo a la oficina.
Hay gente que vendió alguno de sus autos (la ciudad de México es una de las ciudades del mundo donde, en promedio, más autos por familia hay) ya que al estar todos en casa ya no los necesitarían, al menos por un buen tiempo. Muchas familias, como nosotros, optaron por dejar la "Gran ciudad" para irse a otras en busca de calidad de vida, de bajar el ritmo y donde además los precios son mucho más bajos y accesibles que en la capital.
En este país, donde cada uno se cuida como quiere y puede, elegimos seguir cuidándonos, sabiendo que aún estamos en un momento crítico, pero tomándonos ciertos recreos con muchos recaudos que nos renuevan completamente.
Pienso que hoy, aun dentro de la tormenta, no podemos ver el final, ni qué nos dejara en concreto el COVID-19, pero sin dudas, podemos ver que esta pandemia vino (en muchos aspectos) a cambiarnos para siempre.
Pueden conocer mucho de mí y de nuestra aventura por México en mi cuenta de Instagram @angelinarazetto