De un “hobby”, a bailarina profesional de danzas
Celeste Alarcón Puebla, “Ashira”, presentará “AL SARAB”
El próximo sábado 7 de septiembre, a las 21 hs., en el Club Social, se presentará Celeste Alarcón Puebla, ligada por lazos familiares con nuestra ciudad. Con el nombre profesional de “Ashira”, brindará un espectáculo de danzas orientales al que ha titulado “AL SARAB”. Conversamos con ella acerca de su hobby que se convirtió en profesión, sus actuaciones, estilo, competencias, y premios obtenidos.
"Hace 18 años que estoy en esta expresión artística, primero como un hobby cuando aún estaba cursando en la Facultad de Bellas Artes, enfocándome en la Artes Plásticas. A los 16 años ya gustaba porque la veía a Shakira, muy sensual", comienza expresando Celeste". "Las profesoras de árabe generalmente tienen escuelas, profesorados de 4 ó 5 años de duración, donde enseñan estilos, ritmos. Es así que ingresé a una escuela de baile oriental en La Plata; lo empecé a tomar con un poco más de seriedad, pero siempre desde el lugar de alumna, no aspiraba a otra cosa que hacer algo que me hacía bien en los ratos libres. Bailaba en las muestras de fin de año, rendía los exámenes, pero siempre la prioridad era la carrera de Bellas Artes. Una vez que terminé en esa escuela de árabe, en el año 2006, al año siguiente comencé con otra profesora pero ya enfocándome a lo estilizado, que es el estilo de danzas árabes argentinas", nos dice Celeste Alarcón.Luego comenta: "En el año 2007 me recibí de profesora y licenciada en Artes Plásticas y en el 2008 decidí irme a Canadá con ideas de crecer en ese aspecto del arte; me resultó bastante difícil trabajar en lo que se refiere a mi formación, así me dedicaba a otras actividades. Mientras tanto busqué escuelas de danza para no abandonar mi hobby. Entré en una de ellas, me vieron bailar y me propusieron audicionar para la academia "Nada es my ría" (Compañía "Ritmo del Nilo"), integrada por un grupo de bailarinas profesionales que preparaban una obra completa que se presentaba a fin de año. Audicioné y quedé. Me preguntaron si quería ser profesora, acepté; luego si quería ser parte de la agencia de bailarinas para distintos acontecimiento y también acepté; todo se fue dando naturalmente".Celeste nos comenta acerca de la presencia de las distintas culturas en Canadá: "Hay muchísima gente árabe, egipcios, persas, turcos, griegos, incluso de la India a los gusta tener bailarinas en sus fiestas, como también a las empresas y corporaciones. La gente de esos países no es de segunda o tercera generación, sino que son primera generación de esos países". Bailaba en fiestas y restaurantes; comencé a crecer, a vivir de eso; se dio de forma natural, sin buscarlo exclusivamente. Lo empecé a sentir como una manera de vivir, estaba muy bien con las otras bailarinas, daba clases en de escuela de danzas árabes "Nada es my ría". Allá conocí el estilo egipcio original, conocí más el aspecto cultural, la expresión facial y gestual en ciertos bailes folclóricos como uno que se llama "Yavi" y la técnica que es específica. Empecé a sentirme más cómoda con ese estilo original, y fue el momento en que lo vi como una carrera profesional"Más adelante nos habla de su regreso a la Argentina: "Estuve 3 años en Canadá, por razones de la visa, me tuve que volver a La Plata, donde nuevamente empecé de cero porque no tenía carrera profesional acá. En el año 2012 comencé a dar clases con la técnica egipcia, busqué maestros, que en Argentina no es fácil, pero encontré. En el 2015 me presenté en una competencia de distintos estilos de baile; eran selectivas en distintas ciudades, con una final nacional en Mar del Plata y una sudamericana en Brasil, a la que pasé y salí tercera. A mí me significó mucho porque a partir de ese momento me animé a seguir compitiendo. La competencia pone una fecha límite para incorporar algo, para perfeccionarse, o sea que la utilizo como motivación. En el 2016 salí segunda nacional en Mar del Plata; en el 2017 salí Campeona Sudamericana, siempre en la misma competencia. A partir de ahí tomé esta expresión en otro nivel; fue como un trampolín hacia todo lo que vino después"."Ninguna bailarina es igual después de haber ido a Egipto;es muy fuerte lo que uno recibe y absorbe."Celeste nos habla de "lo que vino después": "Luego, por haber sido campeona sudamericana 2017, fui jurado en varias selectivas y en la final nacional. Desde ahí me presenté más seguido en competencias, ya en la Categoría Profesional, competencias que eran sólo de danza árabe, con un nivel mayor de exigencia. En el 2018 fui a competir a Punta Cana, donde salí segunda y el año pasado fui a Egipto donde salí Campeona; una de las experiencias más maravillosas que muchas lo desean para estar con maestros del lugar, vivir la cultura. Ninguna bailarina es igual después de haber ido a Egipto; es muy fuerte lo que uno recibe y absorbe; realmente en un sacudón a las emociones y a la experiencia"."Después de eso comenzaron a llamarme de distintas escuelas de danza árabe para darles estilo; doy clases de técnica egipcia en La Plata; incluso algunas de mis alumnas son profesoras, pero que vienen de otros estilos y quieren aprender lo que hago yo. Además organizo show con orquesta Capital Federal, convoco a bailarinas", nos comenta.Celeste Alarcón prosigue recordando su carrera, los premios, becas: "Este año, en Buenos Aires, en Bella and Suite, gané una beca de estudio en Barcelona para el año que viene. Generalmente los premios son becas para otros festivales de danzas con varios días de clases con maestros de diferentes lugares del mundo. Me presenté en Chile donde gané el pase para un festival en Cancún, un traje, una sección de fotos, premios muy buenos. En otra competencia en Buenos Aires gané un viaje a Miami; luego fui a Paraná donde gané un viaje a Sevilla para octubre, pero no llego a organizar todo. De esa forma funcionan los festivales y así las bailarinas se hacen conocidas, pero lo mejor de las becas que uno gana es que significan estudiar con maestros de distintas partes del mundo y así seguir creciendo"."La esencia de la danza árabeno tiene en cuenta la edad, ni el físico si enseñan la técnica correcta."Le preguntamos sobre su técnica y enfoque en las clases: "Mi idea es continuar. Mi enfoque en las clases siempre es muy técnico, muy interno, ya que el estilo egipcio está muy relacionado al manejo de los músculos; hay que estar muy en conexión con el cuerpo de uno y con uno mismo. Se puede bailar danzas árabes a cualquier edad y con cualquier físico. Lamentablemente hay muchos prejuicios en Argentina, ya que se suele pensar que sólo las chicas jovencitas, esbeltas y flaquitas pueden bailar. Cuando vivía en Canadá, yo tenía 25 años, era la más joven de toda la escuela de danzas; no había nenas. Lo mismo ocurre en Chile. Es algo que me parece muy saludable que no haya edad para hacer esa danza, es todo una cuestión mental, me gusta transmitir eso y vería con agrado que se dejen de lado conceptos erróneos. La esencia de la danza árabe no tiene en cuenta la edad, ni el físico si enseñan la técnica correcta".
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