Las críticas a la gestión y su esperanza en el modelo nacional
Concejales de La Libertad Avanza: "Estamos acá para hacer lo mejor para el ciudadano"
En el marco de este ciclo de entrevistas conversamos con Laura Busquet y Ramiro Astorga, representantes de La Libertad Avanza en el Concejo Deliberante. Fundimos sus voces en una sola para agilizar la lectura. Repasamos sus primeros pasos en la función pública, su vínculo con el resto del cuerpo, la percepción ciudadana y su mirada sobre la gestión local y nacional.
—En esta primera conversación, ¿cómo fue su llegada al Concejo? ¿Cómo se sintieron al comenzar esta tarea?
El año pasado fue de mucho aprendizaje. Somos nuevos en política, nunca habíamos participado antes, así que todo fue nuevo: adquirir conocimientos, entender cómo funciona el Concejo, mucha lectura, y también ver cosas que no gustan tanto, pero que son parte de la política. A veces cuesta negociar con cuestiones que no compartimos. Además, seguimos siendo personas comunes, y eso también marca una diferencia. Lo importante es que mantenemos la postura de no votar algo sólo para quedar bien con alguien. Estamos acá para hacer que las cosas mejoren, para el bien del ciudadano. No vamos a votar algo sólo porque “todos lo votan” o porque “viene de tal lugar”.
Uno de los primeros proyectos importantes que presentamos fue sobre la regulación en la entrega de subsidios y ayudas económicas. Quisimos ordenar la distribución de esa partida presupuestaria que llega al Concejo, para que sea más equitativa. No era justo que a un club se le diera dos veces y a otro nada, o que uno reciba 400 y otro 100. La idea era que se entregue dinero una sola vez al año a instituciones. Se discutió mucho, algunos bloques no lo acompañaron, pero nuestra intención fue simplemente regular y ordenar.
—¿Cómo es el vínculo con los otros bloques dentro del Concejo?
El Concejo es parte de la democracia, y eso implica discutir y tener diferencias. Nosotros tenemos un lineamiento muy claro, que está alineado con el gobierno nacional, y eso a veces genera roces. Pero siempre se da en buenos términos. Hemos tenido charlas fuera de micrófono, por decirlo de alguna forma, para mejorar los proyectos, discutirlos más a fondo, dejarlos en comisión, y así tratar de llegar a acuerdos.
—Como concejales, la gente se les acerca. ¿Qué reclamos o inquietudes escuchan de los vecinos sobre Gualeguay?
Hay muchas críticas. Yo tengo un comercio y estoy bastante expuesto al contacto con el público. Me llaman todos los días, sobre todo vecinos de mi zona, cerca del Parque. Hay mucha queja por la falta de limpieza, por el estado de las calles, por la falta de poda. La ciudad está descuidada. He mandado reclamos incluso a Obras Públicas por problemas puntuales que pueden derivar en complicaciones mayores, y después de un año aún no hay respuestas.
Incluso hoy, antes de salir para esta entrevista, un vecino me preguntó por el tanque de guerra. También hay muchas quejas por la presencia de ratas en distintas zonas. Lo he vivido personalmente en mi casa y lo conversamos con vecinos. A eso se le suma la suciedad y el deterioro de las calles. Se hacen reclamos, incluso como concejales, y tampoco se obtienen respuestas. La gente está cansada, los reclamos más frecuentes son sobre el orden y la limpieza.
—¿Cómo ven la posibilidad de una alianza entre La Libertad Avanza y Juntos por Entre Ríos en Gualeguay?
Es un tema que no hemos charlado profundamente dentro del equipo. Trabajamos de manera conjunta con Agustín Gianini y con todo nuestro grupo. Pero creemos que tenemos lineamientos distintos. Personalmente, no creo que sea beneficioso sumarnos a un mismo movimiento. Hay diferencias de pensamiento, y aunque respetamos otras posturas, no compartimos del todo su manera de ver las cosas.
Nuestro trabajo está centrado en nuestro equipo. Por ejemplo, impulsamos el proyecto de quita de la tasa de contribución municipal de la factura de energía eléctrica, basándonos en una resolución nacional. En algunos municipios como Tigre se aplicó. Acá fue rechazado, pero para nosotros era importante. No proponíamos desfinanciar al municipio, sino que esa tasa se cobre de otra manera, fuera de la boleta de la luz. Nos parece injusto cómo está planteado hoy.
—¿Cómo evalúan la gestión municipal actual? ¿Creen que faltan recursos o es un problema de organización?
No decimos que sobren recursos, pero sí creemos que hay los suficientes como para cubrir cuestiones básicas, como el mantenimiento de calles. Hoy hay calles completamente destruidas, o arreglos que más que arreglos son destrucción. La zona de las chacras, que antes estaba en mejores condiciones, ahora no lo está. A veces la excusa es lo financiero, pero si tampoco hay soluciones visibles, entonces no se trata sólo de falta de recursos: hay una mala organización. Y desde nuestra posición, podemos llevar reclamos, pero la ejecución depende del Ejecutivo.
—¿Qué expectativas tenían antes de asumir y con qué realidad se encontraron?
Uno cuando llega piensa que va a poder hacer mucho más. Pero no es así. La gente también cree que tenés más poder del que realmente tenés. Nos plantean problemas como el arreglo de una calle, la limpieza de una zanja, y nosotros no podemos subirnos a una máquina a solucionarlo. Además, somos minoría: solo dos concejales de nuestro espacio frente a nueve del resto. Eso también limita mucho.
—A nivel nacional, ¿cómo ven el rumbo del gobierno de Javier Milei y la situación económica del país?
Ha habido muchos cambios y apostamos a que el rumbo va hacia un futuro mejor. El sector privado va a jugar un rol clave en eso. Hoy vemos una cierta estabilidad que antes no existía, y eso es un signo positivo. Hay que tener paciencia. No se puede cambiar todo de un día para otro. Estamos saliendo de una política de muchos años en la que la gente se acostumbró a depender del plan social, en vez de trabajar y generar sus propios ingresos. Nosotros creemos en el trabajo y en la educación como motores del país. Apostamos a ese modelo.
—¿Creen que la inflación es la variable que define todo? ¿Les preocupa que el éxito dependa tanto de eso?
Sí, la inflación es clave. Pero también entendemos que no depende sólo del gobierno. Hay muchos factores que influyen. Creemos que, si se fortalece la macroeconomía, eso va a llegar a todas las ciudades y a cada ciudadano. El gobierno nacional está apuntando a eso: al crecimiento, a la estabilidad, al equilibrio en la compra y venta. Es un camino difícil, pero confiamos en que los frutos van a llegar.
—¿Sienten que el sector privado acompaña este modelo de país que propone el gobierno?
Quizás todavía no lo suficiente, pero vemos que se están alineando. A través de muchas charlas, notamos que se está empezando a entender cómo es este nuevo modelo.
—Por último, ¿qué opinan de la llamada "batalla cultural"? ¿Creen que la forma de comunicar del presidente puede ser un problema?
Es difícil. Pero creemos que lo que más molesta es la sinceridad. Estamos acostumbrados a que nos mientan, y ahora tenemos un presidente que dice las cosas como son. Te puede gustar o no, pero siempre va con la verdad. Prefiero eso antes que seguir siendo representado por personas que están hace décadas en el poder, como gremialistas o sindicalistas. No se trata de armar lío para defender derechos, sino de sentarse a dialogar.
Quizás podrían cuidarlo más, asesorarlo mejor, pero lo que él dice es coherente con lo que está implementando. Dice lo que piensa, y eso es lo que estamos viendo reflejado en su política.